?Por qu¨¦ nos atrapa el olor a tierra mojada?
En general, experimentamos una agradable sensaci¨®n de bienestar ante ciertos efluvios. Existe una conexi¨®n casi instant¨¢nea entre aroma, cerebro y emoci¨®n
?Qu¨¦ siente cuando huele las p¨¢ginas de un libro nuevo? ?Y cu¨¢ndo percibe el aroma a pan reci¨¦n horneado? ?O el olor a tierra mojada? Seguro que ninguno de estos aromas le deja indiferente. En general, experimentamos una agradable sensaci¨®n de bienestar ante ciertos efluvios como el de libro viejo o caf¨¦ reci¨¦n hecho. Pero ?por qu¨¦ nos hacen sentir as¨ª de bien? ?Son los genes, nuestra historia personal o es una cuesti¨®n cultural?
Un bill¨®n de olores
Hasta ahora solo se hab¨ªa podido determinar la capacidad del ser humano para distinguir entre 10.000 olores, pero un estudio reciente llevado a cabo en la Universidad de Rockefeller (Nueva York, Estados Unidos) ha disparado la cifra hasta un bill¨®n. Seg¨²n la investigadora Leslie Vosshall, coautora del trabajo, el descubrimiento abre un amplio e interesante campo de an¨¢lisis, como el que se refiere a los olores considerados agradables o desagradables o el tipo de relaci¨®n existente entre los aromas y las emociones.
La respuesta neurol¨®gica
?Qui¨¦n no ha inspirado alguna vez con intensidad metiendo sus narices entre las p¨¢ginas de un libro nuevo o se ha llenado los pulmones con el aroma a hierba reci¨¦n cortada? Estos son dos de los numerosos olores que, en general, a la mayor¨ªa de las personas nos resultan atractivos.
Ahora bien, ?por qu¨¦ nuestra reacci¨®n ante estos olores es tan similar? Para el Dr. David A. P¨¦rez, jefe de la Secci¨®n de Neurolog¨ªa del Hospital Universitario Infanta Cristina, la respuesta es bastante compleja. "La explicaci¨®n por la que un olor resulta agradable a una persona, mientras que a otra le produce rechazo, incluye razones gen¨¦ticas, culturales y personales". Y es que, el ADN de cada uno "nos predispone, tanto a reaccionar manifestando animadversi¨®n ante olores como el de v¨®mito, heces o podrido, como frente a los aromas que emanan de ciertos alimentos o platos de comida", asegura el doctor.
Precisamente, un estudio elaborado por la Universidad del Sur de Breta?a (Francia) y publicado en The Journal of Social Psychology conclu¨ªa que el olor a pan reci¨¦n hecho hace que las personas sean m¨¢s amables con los desconocidos. Esta afirmaci¨®n es especialmente interesante, ya que aporta pruebas de la existencia de la relaci¨®n entre los olores y las emociones, yendo m¨¢s all¨¢ de si nos resultan agradables o no.
El camino m¨¢s corto a las emociones
Enrique Sanz Bascu?ana, aromat¨®logo y fundador del Instituto ESB, observa una conexi¨®n casi instant¨¢nea entre aroma, cerebro y emoci¨®n. El experto cree que aromas como el de un libro viejo o a tierra mojada "nos encantan porque nos gusta leer o porque sentimos que nos conecta con la naturaleza", aunque matiza que "si una persona asocia el olor a tierra mojada con un desastre natural que implique muerte o sufrimiento, ya que de peque?o vivi¨® una inundaci¨®n, dif¨ªcilmente le resultar¨¢ agradable ese olor en su adultez". "Yo creo que los olores no son agradables ni desagradables. Somos nosotros los que con nuestras experiencias les damos esa calificaci¨®n".
Desde la neurolog¨ªa, el doctor David A. P¨¦rez tambi¨¦n habla de la ¨ªntima relaci¨®n entre lo emocional y el mundo olfativo, la cual respalda con pruebas experimentales. "El bulbo olfatorio tiene conexiones directas con el sistema l¨ªmbico y con la am¨ªgdala, ambos vinculados con la modulaci¨®n de las emociones", explica el neur¨®logo, que describe el olor como "la banda sonora" que envuelve los eventos de nuestra vida impregn¨¢ndolos de emociones.
A pesar de que esta relaci¨®n entre las experiencias vividas, las emociones y los olores no ha sido objeto de estudio en demasiadas ocasiones, el doctor nos recuerda un trabajo experimental en el que se demuestra con pruebas de neuroimagen c¨®mo se activan determinadas ¨¢reas del cerebro cuando son expuestas a ciertos est¨ªmulos olfativos. Se trata de un estudio llevado a cabo entre veteranos de la Guerra del Golfo en el que se comparaba la reacci¨®n de los soldados que tras el conflicto sufr¨ªan estr¨¦s postraum¨¢tico con la respuesta de los que no lo padec¨ªan. "Con la intenci¨®n de comprobar c¨®mo reaccionaban ante un olor asociado con el campo de batalla, durante la investigaci¨®n se les expuso a aromas de todo tipo, entre ellos, el de gasolina. El resultado fue que los soldados que eran v¨ªctimas de estr¨¦s activaban dos ¨¢reas clave en la modulaci¨®n de las emociones: la am¨ªgdala y el c¨®rtex frontal", explica el Dr. David A. P¨¦rez.
Un mundo sin olores
Si los olores quedan integrados en nuestra trayectoria vital formando una especie de pack junto con las experiencias y las emociones, ?qu¨¦ ocurre en el cerebro de aquellas personas que carecen del sentido del olfato? Aunque este trastorno sensorial pueda parecer algo anecd¨®tico, lo cierto es que la anosmia, o ausencia total de olfato, afecta al 2% de la poblaci¨®n mundial. Cifra que no difiere demasiado del 2,2% de personas ciegas o el 2,3% que padece sordera.
Ante esta cuesti¨®n el doctor P¨¦rez admite que no puede dar una respuesta documentada, ya que, la ciencia todav¨ªa no ha estudiado esta circunstancia. Solo se puede referir a un par de estudios hechos con cobayas y ratones en los que "se ha podido comprobar c¨®mo despu¨¦s de haberles extirpado el bulbo olfatorio, los animales han manifestado reacciones hiperemocionales", apunta. Sin embargo, esta conclusi¨®n no puede trasladarse al ser humano, porque, tal y como afirma el experto: "No somos ratones gigantes".
La culpa es de la lignina
El olor a libro viejo es uno de esos aromas que nos encanta y que, incluso, hay a quien le cambia el humor con solo inhalarlo. Pero, ?por qu¨¦ nos "engancha" tanto y a tantos? El quid de la cuesti¨®n de ese olor con cierto parecido a vainilla est¨¢ la lignina del papel. A medida que pasa el tiempo, los efectos de la descomposici¨®n de la tinta y el pegamento se suman al olor de la lignina, produciendo el caracter¨ªstico olor a biblioteca de viejo que nos gusta tanto.
Actualmente, el papel de los libros apenas utiliza este pol¨ªmero, ya que se fabrica libre de ¨¢cidos para que las hojas permanezcan blancas m¨¢s tiempo.
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