Lo que faltaba: el 'jet lag' tambi¨¦n engorda
Un nuevo estudio vincula el desarreglo horario con alteraciones intestinales que pueden causar obesidad
Somos la ¨²nica especie cuya forma de existencia se rige por uno de los sonidos que m¨¢s odio generalizado incita, el de la alarma del despertador. Gran parte de las decisiones y actividades que llevemos a cabo el resto del d¨ªa depender¨¢n de los dos d¨ªgitos, con decimales incluidos, que marque nuestra pantalla del m¨®vil. Pero no somos los ¨²nicos seres condenados a seguir unos horarios impuestos. Existe un reloj del que tampoco pueden escapar el resto de los organismos, ni siquiera las bacterias. Seg¨²n una investigaci¨®n publicada en la revista cient¨ªfica Cell, los microbios intestinales de los ratones, as¨ª como los de los seres humanos, tendr¨ªan ritmos circadianos controlados por el reloj biol¨®gico del hu¨¦sped en el que residen. El estudio, liderado por el inmun¨®logo Eran Elinav del Instituto Weizmann de Ciencias de Israel, podr¨ªa arrojar luz sobre otras investigaciones anteriores, que relacionan la alteraci¨®n de nuestro reloj interno con una amplia gama de trastornos metab¨®licos, como la obesidad, la diabetes, el c¨¢ncer y las enfermedades vasculares.
Los ritmos circadianos constituyen la maquinaria que sincroniza los procesos fisiol¨®gicos con los estados de sue?o y vigilia, y sus agujas se mueven en funci¨®n de est¨ªmulos como la luz del sol o la ausencia de ella durante la noche. Por ese motivo trasnochar hace estragos en nuestras neuronas. O tras un vuelo de larga duraci¨®n, sufrimos el fat¨ªdico jet lag, del que necesitaremos unos d¨ªas para reponernos y recuperar nuestro ritmo habitual.
Un gran n¨²mero de investigaciones ha vinculado algunos h¨¢bitos caracter¨ªsticos del estilo de vida actual, tales como viajar con relativa frecuencia hasta desarrollar desfase horario cr¨®nico o trabajar por turnos, con una alta propensi¨®n a desarrollar enfermedades metab¨®licas. Estas observaciones se han realizado en estudios con pacientes con obesidad, pero sin poder dar explicaci¨®n a la causa de la relaci¨®n. Ante tal interrogante, Elinav se plante¨® determinar si la microflora del intestino podr¨ªa ser el eslab¨®n perdido entre la alteraci¨®n de los patrones de vigilia-sue?o y el desarrollo de ciertos trastornos metab¨®licos.
Elinav se plante¨® determinar si la microflora del intestino podr¨ªa ser el eslab¨®n perdido entre la alteraci¨®n de los patrones de vigilia-sue?o y el desarrollo de ciertos trastornos metab¨®licos
¡°Puesto que las bacterias intestinales desempe?an un papel esencial en el mantenimiento de la homeostasis metab¨®lica [la capacidad de los seres vivos para mantener un estado interno estable mediante intercambios con el exterior], pensamos que podr¨ªan ser la clave que explicara por qu¨¦ la interrupci¨®n circadiana causada por el jet lag, o por el desorden de horarios, predispone a padecer enfermedades tales como la obesidad¡±, explica el investigador. Para probar su hip¨®tesis, Elinav y su equipo experimentaron con ratones a los que alternaron los ciclos luz-oscuridad incidiendo as¨ª en su ritmo circadiano, adem¨¢s de administrarles una dieta alta en grasa. Cuando analizaron las muestras de heces de estos animales y las compararon con ratones ajenos, observaron que la microflora intestinal de los primeros hab¨ªa sufrido alteraciones en su composici¨®n, adem¨¢s de perder eficiencia en funciones como el crecimiento celular, la reparaci¨®n del ADN y la desintoxicaci¨®n.
¡°Los microbios se encuentran en nuestras entra?as, por lo que nunca est¨¢n directamente expuestos a los ciclos de luz y oscuridad. Por eso fue toda una sorpresa descubrir que el microbioma intestinal de los ratones estaba tan afectado por las interrupciones de estos ciclos¡±, detalla Elinav.
Una vez descubierta esta sincronizaci¨®n simbi¨®tica de relojes entre microbios y ratones, el equipo quiso ir un paso m¨¢s all¨¢. ¡°Los resultados evidenciaban que no es solo el tipo de alimento lo que importa para mantener a las bacterias intestinales saludables, sino tambi¨¦n el momento de la ingesta de estos. La interrupci¨®n de los ritmos circadianos, que incluye la alteraci¨®n de los tiempos de alimentaci¨®n, afecta negativamente a la homeostasis bacteriana, que a su vez promueve la obesidad en los ratones, y quer¨ªamos comprobar si este hallazgo se pod¨ªa aplicar tambi¨¦n a los humanos¡±, recuerda el investigador.
Para llevar a cabo su experimento, tomaron muestras de heces de pasajeros que hab¨ªan cogido un avi¨®n de Estados Unidos a Israel y que hab¨ªan experimentado desfase horario. Tras analizar estas muestras encontraron un cambio en las funciones y composici¨®n de los microbios intestinales, similar al encontrado en los ratones y caracter¨ªstico de trastornos asociados a la diabetes.
¡°Aunque solo se trata de un estudio preliminar, los resultados sugieren que la microflora humana tambi¨¦n sufre los cambios de d¨ªa-noche en su composici¨®n, favoreciendo el crecimiento de bacterias implicadas en las enfermedades metab¨®licas como la obesidad¡±, a?ade el cient¨ªfico.
Faltan personas
En opini¨®n de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Fern¨¢ndez, jefe de Departamento de Microbiolog¨ªa Molecular y Biolog¨ªa de las Infecciones Centro de Investigaciones Biol¨®gicas (CIB - CSIC),¡°este estudio tiene un enorme inter¨¦s ya que tenemos casi 1.014 millones de bacterias que, lejos de ser da?inas, son casi esenciales para nuestra salud f¨ªsica y, seg¨²n parece, hasta mental¡±. No obstante, Rodr¨ªguez, que realiz¨® su tesis doctoral en el mismo centro donde el grupo israel¨ª ha desarrollado su investigaci¨®n, se muestra m¨¢s esc¨¦ptico con la parte del estudio relativa a los humanos. ¡°Los autores han intentado confirmar los resultados obtenidos en rat¨®n usando solo a dos individuos. Parece un n¨²mero muy reducido para un estudio tan importante. Pienso que en el futuro tendr¨ªa que hacerse en humanos un trabajo mucho m¨¢s exhaustivo, con un mayor n¨²mero de personas¡±, sugiere.
De la misma opini¨®n, Ignacio L¨®pez Go?i, catedr¨¢tico de Microbiolog¨ªa de la Universidad de Navarra, incide adem¨¢s en la importancia de algunos factores que no se han considerado en el estudio. ¡°Teniendo en cuenta que la microbiota var¨ªa mucho entre personas y que depende de la edad, sexo, tipo de alimentaci¨®n, as¨ª como de otras enfermedades, me parece muy aventurado sacar estas conclusiones en humanos.
A pesar del escepticismo, la investigaci¨®n de Elinav podr¨ªa abrir nuevas l¨ªneas de investigaci¨®n m¨¢s amplias con relaci¨®n al estudio de los trastornos metab¨®licos. "El hallazgo ofrece una nueva diana terap¨¦utica que puede ser utilizada en futuros tratamientos para normalizar la microflora en aquellas personas cuyo estilo de vida implica alteraciones frecuentes en los patrones de sue?o", especula el inmun¨®logo. Mientras la ciencia avanza para encontrar mayores evidencias que sugieran una relaci¨®n entre el jet lag y la obesidad, algunos quiz¨¢s se lo piensen m¨¢s de dos veces a la hora de enredar tanto en las manecillas del reloj que todos llevamos dentro.
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