?lites m¨¢s vivas que nunca
A base de dinero y acentos, los 'public school boys' en Inglaterra siguen acaparando los puestos de poder, perpetuando el mismo sistema que tanto les favorece
Todav¨ªa hay clases, y sobre todo en Inglaterra. En cuesti¨®n de elitismo y acceso limitado a los puestos de m¨¢s prestigio, dinero y poder, Reino Unido se ha colocado siempre a la cabeza. Lo que sorprende, sin embargo, no es que la situaci¨®n no haya cambiado, sino que, de hecho, ha empeorado. Tras la d¨¦cada del blairismo y un Gobierno de coalici¨®n que incluye a los liberales-dem¨®cratas de Nick Clegg, los datos siguen revelando el siguiente panorama: seg¨²n un estudio reciente, aunque tan solo un 7% de la poblaci¨®n brit¨¢nica acuda o haya acudido a colegios privados, este grupo representa un 71% del rango superior de jueces, un 62% de los oficiales del Ej¨¦rcito, un 55% del cuerpo superior de funcionarios, un 36% del Gobierno y un 43% de los columnistas de prensa escrita. El estudio de la Comisi¨®n para la Movilidad Social y Pobreza Infantil tambi¨¦n revela que acudieron a colegios de pago un 45% de los presidentes de entidades p¨²blicas, un 44% de las personas con m¨¢s dinero (seg¨²n la lista que el Sunday Times publica todos los a?os) y un 26% de ejecutivos de la BBC.
Los resultados han creado el revuelo de costumbre ¨Ctitulares, programas, entrevistas, debates¨C, pero siempre entre personas que tambi¨¦n en su mayor¨ªa han estudiado en escuelas privadas, y escuchados o le¨ªdos por minor¨ªas con una experiencia similar. No es ning¨²n secreto que las ¨¦lites brit¨¢nicas se educan en colegios como Eton o Harrow, para los chicos, o Marlborough, para las mujeres, donde se aprende a debatir, a saber estar y a tener un finish impecable: apariencia f¨ªsica limpia y la capacidad de saber qu¨¦ decir en cada momento, por m¨¢s dif¨ªcil que se presente la situaci¨®n.
Estas cualidades y el sello de un buen colegio dan a los alumnos una red social envidiable ¨Cpor lo cerrada que es y por su dif¨ªcil acceso¨C, otorg¨¢ndoles un cach¨¦ codiciado por empresas o simplemente ciudadanos de a pie. Todo el mundo quiere tener a un ?ex-Eton como amigo, por prestigio social.
La marca de la casa incluye un acento que casi parece otra lengua al compararla con el ingl¨¦s de los barrios m¨¢s humildes
La marca de la casa tambi¨¦n incluye un acento muy cuidado, que casi parece otra lengua al compararla con el ingl¨¦s que se puede escuchar en los barrios m¨¢s humildes. El acento es una de las mayores se?as de identidad de las ¨¦lites brit¨¢nicas. Ejerce la funci¨®n de barrera de entrada. A base de dinero y acentos, los public school boys (sobre todo, chicos) siguen acaparando los puestos de poder, perpetuando el mismo sistema que tanto les favorece. Tan solo de vez en cuando tienen que enfrentarse a un debate nacional, aunque, ya se sabe, la mejor manera de no cambiar nada es fingir cambiarlo todo.
Las consecuencias de esta situaci¨®n son may¨²sculas. Afecta al proceso democr¨¢tico y tambi¨¦n hace que los organismos m¨¢s importantes no solo sean poco representativos, sino que tampoco est¨¦n en sinton¨ªa con los intereses o preocupaciones de las personas diferentes a ellos. Y un menor conocimiento, por lo general, suele traducirse en menos atenci¨®n, o incluso ayuda.
Pero al menos en Inglaterra existe un debate, legitimado por estudios que revelan lo retr¨®grado de la situaci¨®n. Ning¨²n pa¨ªs es perfecto, pero el camino hacia la mejora empieza por reconocer los propios problemas. Algo que, en cuesti¨®n de se?alar a las ¨¦lites, incluso Inglaterra ¨Cuno de los pa¨ªses m¨¢s elitistas del mundo¨C gana la partida.
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