Los secretos que hacen que un cl¨¢sico de Disney sea un cl¨¢sico de Disney
C¨®mo crear un universo nuevo, lograr que el mundo ame al personaje secundario y romper la taquilla, por los creadores de 'Big hero 6'
No es dif¨ªcil comprender la exaltaci¨®n generada por Big Hero 6 all¨¢ donde se ha estrenado. En Espa?a la veremos a partir de ma?ana y viene precedida por cr¨ªticas superlativas y cifras rompedoras que remiten a aquella era dorada noventera iniciada con La Sirenita y bautizada como ¡®el renacimiento Disney¡¯. Desde que John Lasseter, el hombre que levant¨® Pixar, regresara tomando el mando como director creativo en 2006 todo ha cambiado para que todo siga igual, que dir¨ªa Lampedusa. El reinado Disney se perpet¨²a en su 54? producci¨®n gracias a nuevas t¨¦cnicas de animaci¨®n, una alianza con Marvel que promete much¨ªsimo y un robot que ya figura en los sondeos entre las criaturas m¨¢s populares creadas nunca por el estudio.
Para comprender qu¨¦ sigue igual, qu¨¦ es lo que ha cambiado y qu¨¦ hay que hacer en este renacer Disney 3.0 para facturar un taquillazo, acudimos a sus art¨ªfices: el productor Roy Conli (Enredados), los codirectores Chris Williams (Bolt) y Don Hall (Winnie The Pooh), y el animador espa?ol Valent¨ªn Amador (que ya trabaj¨® en Frozen: El reino de hielo).
Arranca con una buena tragedia
Atenci¨®n, spoiler light (nada que no pase en los primeros minutos): el protagonista de Big Hero 6, Hiro Amada, ya viene con la desgracia incorporada. Ha perdido a sus padres y vive en el desv¨¢n de la cafeter¨ªa de cupcakes ecol¨®gicas que regenta su t¨ªa. A sus 14 a?os, Hiro es a¨²n m¨¢s geniecillo que su hermano, estudiante superdotado de rob¨®tica. Un nuevo infortunio familiar trastocar¨¢ su vida para siempre y le convertir¨¢ en lo que esperamos ver: un hombrecillo de acci¨®n. ¡°Esta es una aventura de superh¨¦roes, pero al mismo tiempo es una historia de p¨¦rdida¡±, explica uno de sus directores, Chris Williams. ¡°Eso nos da un juego enorme para plantear la siguiente pregunta: ?Cu¨¢l es el viaje emocional para el personaje principal?¡±.
Es lo que se nos ha brindado siempre, desde la muerte de la madre de Bambi hasta la de los reyes de Frozen. Esa necesaria dosis de crueldad que ya defini¨® el se?or Walt desde que fundara su estudio en 1943 dejando hu¨¦rfana a Blancanieves: ¡°Por toda risa tiene que haber una l¨¢grima¡±.
Crea un mundo entero para una pel¨ªcula
En la caja de magia de John Lasseter, su truco estrella. Lo vimos en el mundo paralelo de mu?ecos animados de Toy story, en la vida de pueblo (y tambi¨¦n la ciudad) de Bichos, en Monstr¨®polis de Monstruos, S.A., en los enormes oc¨¦anos y las diminutas peceras de Buscando a Nemo, en el para¨ªso sure?o-motorizado de Radiador Springs de Cars, en el slapstick sideral de Wall-E, en el amancebamiento arcade de ?Rompe Ralph!, hasta los fiordos cursis del Arandelle de Frozen. Cada pel¨ªcula propulsada desde la cabeza del productor para Pixar o Disney se convierte en un fest¨ªn de referencias remezcladas para alzarse como un espacio ¨²nico donde situar sus aventuras.
El secundario tiene una funci¨®n muy clara en Disney: darle al protagonista alguien con quien hablar. En en la mayor¨ªa de sus pel¨ªculas ese protagonista est¨¢ aislado, o ha perdido a sus padres o nadie le comprende Valent¨ªn Amador, animador de 'Big hero 6'
En esta ocasi¨®n, San Fransokyo, ciudad donde colisionan una topograf¨ªa sobredimensionada de San Francisco y la arquitectura futurista de Tokio (el cr¨ªtico Robbie Collin, de The Telegraph, la define como ¡°un Blade Runner alegre¡±), roba plano a casi todo lo dem¨¢s. Un escenario que sirve de consumaci¨®n perfecta de lo que Roland Kelts esboz¨® en su libro Japanamerica, un ensayo sobre c¨®mo la cultura pop japonesa ha invadido la estadounidense. ¡°Trabajamos sobre un trasfondo que no se ve en la pel¨ªcula: un universo paralelo en el que los japoneses desembarcaron en San Francisco tras el devastador terremoto de 1906 para ayudar a reconstruirla¡±, cuenta Valent¨ªn Amador, que particip¨® en la animaci¨®n de Hiro y su robot Baymax.
Entiende la importancia del sidekick (o compa?ero de batallas)
El personaje destinado a robar el coraz¨®n del espectador en esta ocasi¨®n es Baymax, un enfermero rob¨®tico inflable y achuchable. Tomen una versi¨®n no cabreada del mu?eco de nube de caramelo que sal¨ªa en Cazafantasmas, un iMac, una campana de un templo sinto¨ªsta, a Stitch (de Lilo & Stitch), a Totoro (de Mi vecino Totoro), al Gigante de Hierro y los andares de un ping¨¹ino y jueguen a reducir todo eso a su m¨ªnima esencia. Todo un quebradero, seg¨²n Amador: ¡°La simplicidad puede llegar a ser lo m¨¢s complejo. Por eso un personaje aparentemente tan sencillo tard¨® un a?o en dise?arse. El sidekick tiene una funci¨®n muy clara en Disney: darle al protagonista alguien con quien hablar. Porque en la mayor¨ªa de sus pel¨ªculas ese protagonista est¨¢ como aislado, o ha perdido a sus padres o, sencillamente, nadie le comprende. Es un recurso c¨®mico para aligerar la historia. Pero en este caso no. No es el t¨ªpico Pepito Grillo o el cangrejo reggae de La Sirenita. La historia entre Hiro y Baymax es el coraz¨®n de la pel¨ªcula¡±.
Busca una conexi¨®n emocional universal
¡°Si de todas las claves hay que quedarse con una sola, ser¨ªa esta¡±, declaran sus directores y productor casi al un¨ªsono. Confiesan que con Big Hero 6 result¨® particularmente complicado. Por eso la cinta pas¨® tres a?os en desarrollo. El c¨®mic original era un producto intrascendente de Marvel del que apenas se sac¨® una miniserie a finales de los noventa como un spin off de otro, Alpha Flight. Trataba sobre un supergrupo japon¨¦s y todo resultaba mucho m¨¢s agresivo que lo que vemos ahora en pantalla. ¡°Baymax era una cosa como m¨¢s bestia, una especie de transformer¡±, relata Amador. ¡°Aqu¨ª se convierte en algo tan encantador y simple que deja todo el espacio para que t¨² proyectes lo que quieras en ¨¦l. Toda la historia est¨¢ construida en torno a la idea de que te enamores de Baymax¡±.
Es una de las cosas que habl¨¢bamos constantemente mientras hac¨ªamos la peli, lo mucho que nos ha influido la animaci¨®n japonesa. Yo, de cr¨ªo, no recuerdo unos dibujos que me fascinaran m¨¢s que Comando G Chris Williams, codirector de 'Big Hero 6'
Roy Conli, el productor, tiene la teor¨ªa de que ¡°cuando logras que el p¨²blico se enamore de los personajes no necesitas necesariamente una historia de amor. Pasaba en Frozen, donde el amor principal era el de las hermanas y pasa aqu¨ª, donde la amistad lo es todo. No es algo nuevo. El libro de la selva es un ejemplo perfecto de eso. Es una pel¨ªcula muy divertida y entretenida, pero la historia no es muy profunda que digamos¡ Aunque es una de las cintas Disney favoritas en Europa¡±. Y con esto el se?or productor aprovecha para meternos una cu?ita promocional anticipatoria de la nueva adaptaci¨®n animada que dirige Jon Favreau (Iron Man) del cl¨¢sico de Mowgli y Baloo que Disney estrenar¨¢ en octubre de 2015.
Si te vas a saltar las reglas, entiende cu¨¢les te est¨¢s saltando
No insistan en saber si en Marvel hubo un pique por ver desvirtuado uno de sus t¨ªtulos. Todos le dir¨¢n que en Marvel est¨¢n encantados. Claro que tampoco hab¨ªa mucha opci¨®n de protesta: no olvidemos que la compa?¨ªa comiquera pertenece a Disney desde que la comprara en 2009 por 2.800 millones de euros. El propio Don Hall, responsable de que se escogiera este c¨®mic ignoto, confiesa que estaba acojonado cuando mostr¨® Big Hero 6 acabada a Marvel¡ ¡°Pero les encant¨®¡±.
¡°Pod¨ªa haber pasado como cuando a Stephen King odi¨® El resplandor de Kubrick, pero no¡±, cuenta Valent¨ªn Amador, que recuerda el paso por Disney de John Romita Jr. (uno de los dibujantes que catapult¨® en los ochenta a Iron Man y X-Men) para contar al equipo de la pel¨ªcula que si se iban a saltar las reglas, era mejor que supieran qu¨¦ reglas se estaban saltando y por qu¨¦. ¡°Por ejemplo, en la tradici¨®n Marvel el villano suele ser tan predominante como los superh¨¦roes. Su presencia est¨¢ m¨¢s equilibrada. En esta producci¨®n, en cambio, se decidi¨® poner m¨¢s ¨¦nfasis en la relaci¨®n entre Hiro y Baymax, para no perder la carga emocional de la que hablamos¡±.
Haz caso a John Lasseter sobre todas las cosas
El regreso del pope de la animaci¨®n al hoy conglomerado Disney-Pixar-Marvel ha replanteado la manera de trabajar en toda la empresa. ¡°Aunque no est¨¦ en el d¨ªa a d¨ªa, su implicaci¨®n en cada proyecto es del 100%. Absolutamente todo pasa por sus ojos y opina sobre todo pero, al mismo tiempo, tiene mucho cuidado de respetar lo que hace cada uno. Forma parte de esa filosof¨ªa de devolver el poder a los creativos. Lasseter ha promovido una cultura de la cr¨ªtica constructiva que en Disney ha costado mucho asumir, porque ven¨ªan de una ¨¦poca dominada por los ejecutivos, en la que todo se reg¨ªa por estudios de mercado y cosas as¨ª¡±, cuenta Amador. Para que se hagan una idea, las decisiones han pasado de tomarse en despachos cerrados a orbitar en torno a una cafeter¨ªa central en la que se puede abordar a Lasseter con facilidad. El siguiente paso para derrumbar cualquier barrera comunicacional o creativa pasa por remodelar el estudio entero: el a?o que viene tienen prevista una obra que tirar¨¢ sus laber¨ªnticos muros en favor de muchos m¨¢s espacios comunes que fomenten un intercambio de ideas continuo.
C¨¢mbialo todo en todo momento
Se repite como un mantra antes de cada uno de los screenings (o pases) internos que se organizan abiertos a cualquiera de la compa?¨ªa. De Big Hero 6 se hicieron hasta ocho pases. Lo cuenta Amador: ¡°Yo, por ejemplo, ya he visto las dos nuevas pelis de Pixar [The good dinosaur e Inside out]. Una estaba al 75% de animaci¨®n y la otra a¨²n menos elaborada. Y todo el tiempo te dicen lo mismo: ¡®Nada es sagrado, dadnos todas las opiniones que quer¨¢is. De hecho, esperan que les env¨ªes ese e-mail con tus cr¨ªticas constructivas o, sencillamente, diciendo lo que no entiendes y por qu¨¦. Es algo a lo que te acostumbras con naturalidad en un lugar como Disney: a ver tus ideas cuestionadas siempre¡±.
Promueve la competitividad sana
Durante su largo proceso de elaboraci¨®n, desde su estado m¨¢s embrionario en pantalla (l¨¦ase, en fases de preanimaci¨®n), las pelis de Disney las ven los de Pixar y las pelis de Pixar las ven los de Disney. Pero permanecen como estudios completamente separados. Amador nos da un ejemplo meridiano: ¡°Para resolver un problema como la nieve en Frozen lo f¨¢cil habr¨ªa sido llamar a Pixar para preguntarles c¨®mo la hicieron ellos en esa secuencia de Monstruos S.A. donde se encuentran al yeti. Pero no, hay una filosof¨ªa de ¡®b¨²scatelo t¨² mismo¡¯ y de resolver tus propios marrones, una especie de competencia sana y un sentido como de orgullo que se promueve mucho ah¨ª dentro. Ni siquiera compartimos tecnolog¨ªas, cada estudio desarrolla la suya¡±.
Para Big Hero 6, Disney esgrime dos nuevos software: uno llamado Denizen para las masas animadas, que permiti¨® dise?ar casi 700 extras diferentes; e Hyperion, con el que trabajaron una iluminaci¨®n m¨¢s pr¨®xima a lo real tanto en las tomas a¨¦reas como en el robot Baymax.
Mira a Jap¨®n
Bambi era el cartoon favorito de Osamu Tezuka, tambi¨¦n conocido como ¡®el dios del Manga¡¯. Y Disney tuvo que afrontar, poco despu¨¦s de la muerte de Tezuka, las acusaciones de plagio por las similitudes entre Kimba, el Le¨®n Blanco y Simba, el Rey Le¨®n (aunque al asunto nunca lleg¨® a los tribunales). El propio Lasseter, durante la distinci¨®n de Hayao Miyazaki el pasado noviembre en Los ?ngeles con el Oscar honorario a toda una carrera, proclam¨® que solo hab¨ªa dos personas a las que se pod¨ªa considerar los grandes animadores de la historia: Miyazaki y Walt Disney. Totoro, el esp¨ªritu del bosque de la animaci¨®n del japon¨¦s, ya tuvo su cameo en Toy Story 3.
Big Hero 6 se alza como el sue?o h¨²medo nip¨®n definitivo de Lasseter. Y tambi¨¦n de sus directores. Don Hall se arranca: ¡°En este caso est¨¢ justificado, porque la fuente original es un superh¨¦roe japon¨¦s. Pero quer¨ªamos aprovechar para expresar nuestro amor hacia la fuente original¡±. Sigue Chris: ¡°Es una de las cosas que habl¨¢bamos constantemente mientras hac¨ªamos la peli, lo mucho que nos ha influido la animaci¨®n japonesa. Yo, de cr¨ªo, no recuerdo unos dibujos que me fascinaran m¨¢s que Comando G, que era una versi¨®n del anime japon¨¦s Gatchaman. Despu¨¦s nuestra ventana a ese mundo se fue abriendo hasta que llegamos a la facultad y las pel¨ªculas de Miyazaki se convirtieron en algo grande. Hacer de Big Hero 6 un acontecimiento donde conviven ambos mundos es nuestra manera de rendir homenaje a esa cultura¡±.
Sue?a con un futuro mejor
El San Fransokyo Institute of Technology, la escuela de cerebros de la que salen los otros colegas de aventuras de Hiro, est¨¢ inspirado en un lugar real, el Robotic Institute de la Carneggie Mellon University. Hasta este centro de ingenier¨ªa biom¨¦dica se trasladaron los directores de la pel¨ªcula para ver los avances en rob¨®tica. ¡°Nos topamos con un brazo inflable de vinilo blanco que nos dio la clave para desarrollar a Baymax. Si no hubi¨¦ramos ido, jam¨¢s se nos habr¨ªa ocurrido. De igual manera, las Girls of Steel, unos combates de robots facturados por chicas de esta universidad, nos sirvieron de referencia por ejemplo, para los personajes Honey Lemon y Gogo Tomago, de la pandilla que acompa?a a Hiro y Baymax en sus batallas¡±.
Don Hall deja una reflexi¨®n final que trasciende la pantalla. ¡°Estuve en Jap¨®n entrevistando a ingenieros dedicados a la rob¨®tica. Tipos serios. Y todos confesaban haber llegado hasta all¨ª impulsados por los dibujos animados que ve¨ªan de peque?os, esos robots de ficci¨®n eran los que les hab¨ªan animado a estudiar rob¨®tica. La ciencia ficci¨®n les hab¨ªa inspirado para tratar de hacerla realidad. Cuando hablamos de tecnolog¨ªa, esa es la principal diferencia entre el temperamento oriental y el occidental. Al menos en la cultura pop. Mientras que en Jap¨®n contemplan la tecnolog¨ªa como el camino hacia un futuro mejor, en Occidente es el camino hacia nuestra propia destrucci¨®n. Por eso no me gustan las pel¨ªculas apocal¨ªpticas. Primero, porque hay demasiadas. Y segundo, porque me resulta m¨¢s interesante mostrar un futuro esperanzador¡±. Y sale su codirector, Chris Williams, a matizar: ¡°Completamente de acuerdo con todo lo que acabas de decir, pero¡ ?podemos salvar Mad Max?¡±.
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