El momento de la reforma
Seg¨²n unas recientes declaraciones, el se?or Rajoy opina que este no es el momento adecuado para afrontar una reforma constitucional. Si bien es cierto que la reciente y profunda crisis econ¨®mica oblig¨® a dar prioridad en el Parlamento y en la sociedad otros asuntos de ¨ªndole social, el leve inicio de recuperaci¨®n y, sobre todo, la actual situaci¨®n pol¨ªtica espa?ola, con el tel¨®n de fondo catal¨¢n y otros problemas derivados de la aplicaci¨®n pr¨¢ctica de las norma constitucionales y su adaptaci¨®n a los nuevos tiempos, provocan que sea preciso abordar, sin prisas pero tambi¨¦n sin pausas, la reforma de la Constituci¨®n.
La Constituci¨®n de 1978 fue, en su momento, posiblemente la ¨²nica salida viable al largo t¨²nel en el que se encontraba sumida la Espa?a del siglo XX. Su consenso normativo hizo posible un profundo cambio democr¨¢tico ejemplar y ejemplarizante. Hizo posible una convivencia en libertad y diversidad, algo impensable en esa ¨¦poca. Pero la Constituci¨®n, vista a distancia, tiene como toda obra humana errores o implant¨® normas que pueden ser manifiestamente mejorables. Dise?¨® unas competencias entre instituciones aparentemente problem¨¢ticas (entre exclusivas y concurrentes). Presenta tal duplicidad de funciones (Senado, Diputaciones) que desembocaron en una proliferaci¨®n de pol¨ªticos.
Estado federal (Estados Unidos, Alemania, Canad¨¢, Australia...) no significa caos, falta de desarrollo econ¨®mico o desigualdades. Espa?a es un pa¨ªs culturalmente rico en su diversidad, pero que funcion¨® siempre como tal prendido con alfileres. No es exclusivamente el problema catal¨¢n. Existen muchos aspectos mejorables y el tema de afrontar de un modo sereno pero firme c¨®mo convertirnos en un Estado federal no tiene por qu¨¦ ser tab¨². En realidad estamos ya a funcionar de esa manera.¡ª Manolo Romasanta Touza.
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