El tobog¨¢n de la natalidad en Espa?a
Un an¨¢lisis de 38 millones de beb¨¦s desde 1941 refleja la brutal ca¨ªda de los nacimientos
Cada a?o, en una ceremonia aclamada por el nodo y los peri¨®dicos del r¨¦gimen, el dictador Francisco Franco entregaba sus exc¨¦ntricos Premios Nacionales de Natalidad, que siempre destacaban el n¨²mero de hijos de los matrimonios ganadores en tres descarnadas categor¨ªas: el total de hijos nacidos, el n¨²mero de hijos vivos tras la guada?a de la mortalidad infantil y la cantidad de v¨¢stagos que permanec¨ªan fielmente en el hogar familiar.
En 1972, un tercer premio fue para ¡°Juli¨¢n Amor G¨®mez, de 48 a?os, obrero, casado con Pilar Iglesias Arroyo, vecino de Lagartera (Toledo)¡±, como cont¨® el diario ABC. ¡°Han tenido y les viven 18 hijos, todos ellos en el hogar¡±, celebraba el rotativo. El galard¨®n, en realidad, no se tradujo en nada. El matrimonio tuvo que esperar hasta 1987 para recibir una casa para su prole de manos del Gobierno socialista de Castilla-La Mancha.
La peripecia de los Amor Iglesias es un ejemplo extremo de la hist¨®rica ausencia de pol¨ªticas demogr¨¢ficas en Espa?a. Un an¨¢lisis de los m¨¢s de 38 millones de nacimientos registrados en Espa?a entre 1941 y 2010 recuerda ahora los conocidos efectos de esa falta de pol¨ªticas: una ca¨ªda ¡°bestial¡± de la natalidad, en palabras del principal autor del estudio, el pediatra Jes¨²s Mar¨ªa Andr¨¦s.
El trabajo, con datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica, constata cinco puntos de inflexi¨®n en una gr¨¢fica que parece un tobog¨¢n de un parque acu¨¢tico, con un techo en 1944, llegando a tasas de 23 nacimientos por cada 1.000 personas, y un suelo en 1998, con una tasa de 9 reci¨¦n nacidos por cada 1.000 habitantes. El resto de puntos de inflexi¨®n aparecen en 1976, cuando la natalidad se desploma tras la crisis del petr¨®leo y la muerte de Franco; en 1985, cuando se desacelera la ca¨ªda; y en 2008, en el arranque de la actual crisis econ¨®mica, cuando vuelve a caer tras un espejismo de repunte.
¡°Desde 1975 vemos un descenso brutal de la natalidad, a la mitad, y esta tendencia ha llegado para quedarse¡±, pronostica Andr¨¦s, del Complejo Asistencial Universitario de Palencia. Su estudio, publicado en la revista Anales de Pediatr¨ªa, menciona conocidos factores socioculturales detr¨¢s de estos cambios, como el mayor porcentaje de mujeres con trabajo remunerado, el mayor n¨²mero de personas con estudios universitarios, el incremento en la renta familiar y la transformaci¨®n del estilo de vida en Espa?a, que hacen inconcebible la existencia hoy de un matrimonio como el de los Amor Iglesias.
El an¨¢lisis, que no incluye Ceuta y Melilla, termina en 2010 y ¡°no es capaz de mostrar los efectos que, sobre las tasas de natalidad, ha supuesto la crisis econ¨®mica espa?ola¡±, seg¨²n admiten los autores. Sin embargo, a juicio de Andr¨¦s, este tipo de estudios sirve a las autoridades para ¡°programar el futuro¡±, planificando adecuadamente los recursos en los servicios de pediatr¨ªa, educaci¨®n y pensiones.
Para el dem¨®grafo Julio Vinuesa, de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, el nuevo estudio no aporta grandes novedades, m¨¢s all¨¢ de recordar ¡°la ca¨ªda en picado de la natalidad¡± en Espa?a. ¡°Estamos ante un descenso vertiginoso de la natalidad y parece que a nadie le importa lo m¨¢s m¨ªnimo. A corto plazo es un desahogo, porque implica menos gasto para las familias y para el Estado, y nadie se queja porque nadie se para a pensar en las consecuencias para el futuro¡±, reflexiona.
Hemos pasado el? siglo XX en blanco en cuanto a pol¨ªticas demogr¨¢ficas y no hay atisbo de que esto se vaya a corregir", sostiene el dem¨®grafo Julio Vinuesa
Vinuesa, autor de manuales para el Instituto Nacional de Estad¨ªstica, critica la falta de investigaci¨®n sobre la evoluci¨®n de la poblaci¨®n espa?ola en el ¨²ltimo siglo y la consecuente ausencia de pol¨ªticas adecuadas. ¡°En Espa?a hemos pasado el siglo XX en blanco respecto a las pol¨ªticas demogr¨¢ficas y no hay atisbo de que esto se vaya a corregir¡±, lamenta.
Si, como ha sugerido el economista brit¨¢nico Paul Wallace, autor de El se¨ªsmo demogr¨¢fico, la principal inversi¨®n de cualquier sociedad debe ser en su propia sustituci¨®n, la poblaci¨®n espa?ola ha fracasado. Esto es un hecho de sobra conocido pero, como subraya Vinuesa, la explicaci¨®n sigue siendo una acumulaci¨®n de conjeturas.
Hace ya una d¨¦cada, el dem¨®grafo intentaba explicar el batacazo de la natalidad en Espa?a. Durante los a?os setenta, en Espa?a nac¨ªan de media unos 665.000 ni?os al a?o, frente a los 380.000 de los noventa. Sin embargo, el n¨²mero de mujeres en edad f¨¦rtil hab¨ªa crecido, desde los 8 millones de 1970 a los m¨¢s de 10 millones de 1996. La primera pista estaba, por lo tanto, en la disminuci¨®n de la fecundidad. Espa?a pas¨® de ser el pa¨ªs con la mayor fecundidad de Europa (2,90 hijos por mujer en 1970) a tener el ¨ªndice m¨¢s bajo del mundo (1,15 en 1998), se?alaba Vinuesa.
Pero, ?por qu¨¦? Durante el franquismo, lo que la sociedad espa?ola esperaba de las mujeres es que se casaran y tuvieran hijos. Ese papel fue esfum¨¢ndose. Al mismo tiempo, durante la segunda mitad del siglo XX, los hijos dejaron de ser una ayuda en la econom¨ªa familiar para convertirse en ¡°un bien de lujo¡±, en palabras del nobel de Econom¨ªa estadounidense Gary Becker. Y, en paralelo, la mujer deb¨ªa trabajar fuera de casa para sostener el aumento del nivel de vida y el consumismo familiar. Poco a poco, el ¨¦xito social dej¨® de conseguirse mezclando espermatozoides y ¨®vulos y se lig¨® a la proyecci¨®n profesional y a los ingresos econ¨®micos.
Sin embargo, como recalca Vinuesa, todas estas circunstancias est¨¢n presentes en todas las sociedades desarrolladas, pero el tobog¨¢n de la natalidad en Espa?a no tiene parang¨®n. ?D¨®nde est¨¢ la explicaci¨®n entonces? ?Qu¨¦ tiene Espa?a de diferente?
Espa?a pas¨® de ser el pa¨ªs? con mayor fecundidad de Europa (2,90 hijos por mujer en 1970) a tener el ¨ªndice m¨¢s bajo (1,15 en 1998)
Vinuesa respond¨ªa hace una d¨¦cada con un arsenal de datos, como el de la vinculaci¨®n natalidad-nupcialidad, una de las m¨¢s altas de la UE. La proporci¨®n de nacimientos dentro del matrimonio era casi del 90%, frente al 60% de pa¨ªses como Francia, Suecia y Dinamarca. Adquirir una vivienda costaba, adem¨¢s, el 50% de la renta familiar, convirtiendo el mercado espa?ol de la vivienda en uno de los m¨¢s caros del mundo. Y las viviendas p¨²blicas en alquiler representaban solo el 2%, frente al 18% de la UE.
Al mismo tiempo, el porcentaje de j¨®venes de entre 25 y 29 a?os que permanec¨ªa en el domicilio familiar, a menudo sin empleo o con trabajos precarios, superaba el 60%, frente a proporciones de menos del 20% en Alemania, Francia y Reino Unido. Y, todo ello, en un mercado laboral en el que la maternidad era un factor de exclusi¨®n. Ya hace 10 a?os, Vinuesa solicitaba ¡°pol¨ªticas decididas de apoyo a la fecundidad¡±. Y sigue pidi¨¦ndolas. ¡°No han existido nunca¡±, critica. Y el tobog¨¢n sigue bajando.
Copular en julio, parir en abril
Hubo un tiempo en Espa?a, y en otros pa¨ªses europeos, en el que los ni?os nac¨ªan sobre todo en abril. Un an¨¢lisis de 33 millones de beb¨¦s espa?oles nacidos entre 1941 y 2000, elaborado en 2007 por el equipo del pediatra Jes¨²s Mar¨ªa Andr¨¦s, ha mostrado que, durante d¨¦cadas, los nacimientos se concentraban en un gran pico alrededor del mes de abril y en otro m¨¢s peque?o en septiembre. Las concepciones ten¨ªan lugar, por lo tanto, en julio y diciembre. En las d¨¦cadas de los cuarenta y cincuenta, cuando no abundaban los m¨¦todos anticonceptivos eficaces, estos patrones estaban marcad¨ªsimos. En los noventa, desaparecen. "Las fluctuaciones tan marcadas que exist¨ªan en otros tiempos se han ido limando y se ha perdido la estacionalidad, que aparentemente se ajustaba a ciclos de mayor actividad agraria", explica Andr¨¦s, aunque en realidad la causa no est¨¢ nada clara. Otros investigadores han apuntado a la euforia de los d¨ªas libres de verano y navidades, aunque esa teor¨ªa no cuadra con la generalizaci¨®n de las vacaciones impuestas en determinadas fechas en Espa?a a partir de 1960, seg¨²n el equipo de Andr¨¦s.
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