¡°Las ciudades est¨¢n dise?adas como jaulas de sedentarismo¡±
En pa¨ªses de ingresos medios y bajos conviven las epidemias de obesidad y desnutrici¨®n
Mar¨ªa Neira, nacida en La Felguera (Asturias) es directora de Salud P¨²blica y Medio Ambiente de la OMS. Ha estado en Las Palmas de Gran Canaria en un congreso mundial de Nutrici¨®n para hablar de dos de las epidemias que alarman a la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS): la obesidad y la desnutrici¨®n. Es parte de una incesante actividad que la mantiene tan ocupada que, a veces, mezcla sitios y planes, y lo corrige con humor.
Pregunta. ?Est¨¢ relacionado el nivel de ingresos y la obesidad?
Respuesta. Hay pa¨ªses de ingresos bajos o medios en los que conviven las dos epidemias: la obesidad y la subnutrici¨®n. Es algo reciente que est¨¢ relacionado con el ansia de mejorar socialmente, que conduce a alguien que pas¨® hambre a tener tendencia a mostrar que est¨¢ bien nutrido. Uno de los pa¨ªses m¨¢s impactantes es China, con lo que conocemos como ni?os buda. Poblaciones pobres que en menos de una generaci¨®n han criado hijos ¨²nicos, cambi¨¢ndoles la alimentaci¨®n, sobrealiment¨¢ndolos y que se convierten en ni?os obesos. La curva indica tendencia de crecimiento importante. Hay ciudades de Nigeria y Sud¨¢frica en las que las cifras son compatibles a pa¨ªses desarrollados aunque conviven con la desnutrici¨®n. Tambi¨¦n M¨¦xico, donde el crecimiento de la obesidad es alarmante.
P. ?C¨®mo queda Espa?a?
R. Tenemos cifras y desaf¨ªos similares al resto de pa¨ªses del entorno. Comer en Espa?a es parte de nuestra sociedad, y tendr¨ªamos que explotarlo mucho m¨¢s. Es una garant¨ªa de prevenci¨®n de la obesidad. Tomarse su tiempo para comer previene el sobrepeso: se tiene m¨¢s sensaci¨®n de saciedad, se come m¨¢s despacio y hay m¨¢s variedad en los alimentos. Deber¨ªamos aunar la pol¨ªtica social y l¨²dica y entenderlo como una oportunidad, e ir m¨¢s all¨¢ para ser fu¨¦ramos el modelo del slow food, el comer despacio alimentos producidos localmente.
P. ?C¨®mo se puede prevenir la malnutrici¨®n infantil que hay ya en Espa?a?
R. Con programas en las escuelas para que se pueda incluir en el curr¨ªculo m¨¢s informaci¨®n sobre alimentaci¨®n para los ni?os. Por ejemplo, hay que poner en marcha pol¨ªticas destinadas a que los ni?os beban m¨¢s agua. Se han hecho encuestas y, cuanto m¨¢s bajo el nivel socioecon¨®mico de los ni?os, m¨¢s bebidas empaquetadas llevan.
P. ?Qui¨¦n est¨¢ fallando?
R. Est¨¢ claro que la educaci¨®n es fundamental. Es verdad que se pone la responsabilidad en la familia, pero si los padres no tienen la formaci¨®n y medios adecuados, lo m¨¢s f¨¢cil va a ser que compren alimentos asequibles, con menos nutrientes y m¨¢s grasas saturadas. Se est¨¢ viendo ya que en Europa que la pobreza est¨¢ ligada al sobrepeso.
P. ?Es la desnutrici¨®n el problema m¨¢s grave de la poblaci¨®n mundial?
Tomarse su tiempo para comer previene el sobrepeso"
R. Por supuesto. Es un problema ¨¦tico, de derechos humanos, moral; es vergonzoso que siga habiendo hambre.
P. Tambi¨¦n hay una relaci¨®n demostrada entre la obesidad y la ciudad.
R. Las ciudades est¨¢n dise?adas de tal forma que son una jaula de sedentarismo. El acceso a la alimentaci¨®n es diferente que en las zonas rurales. Los alimentos m¨¢s asequibles son normalmente procesados y con m¨¢s grasas saturadas, mientras que el acceso a productos frescos y saludables son m¨¢s caros y menos accesibles. En 20 a?os, el 70% de la poblaci¨®n vivir¨¢ en n¨²cleos urbanos. Si no contribuimos a dise?ar esas ciudades del futuro, ser¨¢n trampas mortales y lugares que favorecer¨¢n los factores de riesgo que conducen a la obesidad. Y vamos a perder oportunidades para promover la salud.
P. ?Est¨¢n concienciados los dirigentes del cambio necesario?
R. Cada vez se usa m¨¢s el concepto de ciudad saludable. Ahora mismo este concepto tiene que ir un poco m¨¢s all¨¢, tenemos que hablar de poluci¨®n, de transporte sostenible, de parques, de zonas verdes con producci¨®n de alimentos, de pasillos para que la gente pueda caminar y tenemos que hablar de edificios pensados en la salud.
P. La contaminaci¨®n tambi¨¦n causa muertes.
R. El aire que respiramos se est¨¢ convirtiendo, junto a la obesidad, en uno de nuestros peores enemigos. La obesidad nos lleva a un s¨ªndrome metab¨®lico que hace que enfermedades como la diabetes y cardiovasculares est¨¦n m¨¢s presentes. La exposici¨®n al aire contaminado representa siete millones de muertes al a?o. Los ciudadanos de las grandes ciudades del mundo saben bien.
P. ?Hay ciudades referentes en pol¨ªticas saludables?
En Estocolmo un joven que va en coche se considera un pobre diablo"
R. Es una cultura que est¨¢ muy adentro de los escandinavos. En Estocolmo, por ejemplo, los ciudadanos consideran que una persona joven que se desplaza en coche, por muy pudiente que sea, es un pobre diablo. Cuanto m¨¢s nivel intelectual, social y econ¨®mico tienes, con m¨¢s raz¨®n se practican pol¨ªticas ambientalistas y se contribuye a nivel individual a no generar contaminaci¨®n y a un desarrollo sostenible.
P. ?No est¨¢n vinculadas estas pol¨ªticas a la ideolog¨ªa, al relato izquierda-derecha?
R. Estas pol¨ªticas est¨¢n vinculadas a la inteligencia. Son pol¨ªticas saludables. Hemos tenido sorpresas, como cuando Arnold Schwarzenegger era gobernador de California, es una persona muy conservadora, pero ten¨ªa pol¨ªticas ambientalistas muy avanzadas.
P. En Espa?a, ?Qu¨¦ ciudades destacar¨ªa por cuidar la salud de sus ciudadanos?
R. Me gusta se?alar a Vitoria, Bilbao o Avil¨¦s como ejemplo, pero no tanto por lo que representan, sino por de d¨®nde ven¨ªan.
P. ?No chocan la austeridad en la obra p¨²blica y los intereses sanitarios?
R. No. Una inversi¨®n en una ciudad saludable no es ni m¨¢s cara ni requiere m¨¢s recursos. Lo que se estar¨ªa haciendo es prevenci¨®n primaria. Ocurre que hay que tener la visi¨®n de todo esto y no siempre los dirigentes la tienen. Si evitas la exposici¨®n al aire contaminado, vas a ahorrar muchas enfermedades cr¨®nicas que son muy caras, por no hablar de las consecuencias en la vida del paciente. Invertir en prevenci¨®n primaria es barat¨ªsimo, es muy coste-eficiente. Pelear contra aquellos que no tienen la visi¨®n clara es nuestra lucha diaria.
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