C¨®mo contar a un ni?o que ha habido un atentado
Suavice, pero no mienta. Desah¨®guese, sin descontrolar. La clave est¨¢ en los matices. El 11-S dej¨® varias ense?anzas
El a?o empez¨® de forma tr¨¢gica y dolorosa, con m¨¢s de una decena de muertos en un atentado yihadista contra la revista Charlie Hebdo, en Par¨ªs. Y si el episodio es dif¨ªcil de digerir para los adultos, imaginemos lo que ocurre con los cr¨ªos, que por muy lejos que los mantengamos de la barbarie, siempre escuchan conversaciones, ven fragmentos de informativos y lanzan curiosas preguntas. "?Qu¨¦ ha pasado, mam¨¢, pap¨¢?".
Ante todo, resulta primordial disfrutar en casa de un clima de confianza que invite a los ni?os a cuestionar sobre cualquier asunto que les preocupe, sabiendo que van a obtener de nosotros una respuesta cre¨ªble y s¨®lida. As¨ª lo aconseja la Asociaci¨®n Americana de Psiquiatr¨ªa: si el infante necesita interrogar sobre cualquier asunto, esa atm¨®sfera de franqueza le ayudar¨¢ a hacerlo con naturalidad, y as¨ª no se quedar¨¢ d¨¢ndole vueltas al tema en soledad. Si su hijo ha visto im¨¢genes truculentas (como los recientes tiroteos en Francia de los que muchos fuimos testigo), no ceda a la tentaci¨®n de dejar el agua correr, bien por comodidad, bien porque interprete el probable silencio del peque?o como una prueba de que no ha entendido nada. Esto ¨²ltimo es posible, pero ?y si no ha sido as¨ª? Si le han causado el mismo impacto que a usted (como poco), pasarlo por alto ser¨ªa un error. Por ello, los especialistas recomiendan dar el primer paso: aportar una explicaci¨®n, nos la pida nuestro hijo o no. ¡°Es mejor no ocultar. En el colegio ya se est¨¢ comentando la escena. Pero eso debemos adelantarnos y dar explicaciones a nuestros v¨¢stagos¡±, se?ala la psic¨®loga cl¨ªnica Victoria Noguerol, especializada en problemas de la infancia.
As¨ª, con los atentados, ocurre como con cualquier problema de violencia, y nuestro mensaje debe cumplir dos funciones: erradicar el miedo y ser veraz. Decir que esas im¨¢genes son de una pel¨ªcula no vale. Tampoco contar un cuento. ¡°La idea que hay que transmitir es que la mayor¨ªa de los eventos que existen en nuestra vida cotidiana no son traum¨¢ticos, la mayor¨ªa de las personas de las que nos rodeamos son normales y saludables, pero hay un porcentaje m¨ªnimo de individuos y circunstancias que se salen de esa normalidad y causan unos niveles de sufrimiento alt¨ªsimos. Explicar que es un hecho puntual, que es la primera vez que sucede, ayuda. Tambi¨¦n dar una informaci¨®n que el ni?o pueda procesar¡±, dice la experta. Contarles la verdad les ayudar¨¢ a estructurar la realidad y fortalecer su personalidad, y limitar¨¢ su tendencia a agrandar y personalizar los problemas. "De lo contrario, su cerebro empieza a elucubrar y eso da lugar a distorsiones cognitivas¡±, a?ade.
La idea que hay que transmitir es que la mayor¨ªa de las personas que nos rodean son normales, pero hay un porcentaje m¨ªnimo que causan unos niveles de sufrimiento alt¨ªsimos" (Victoria Noguerol, psic¨®loga)
La psic¨®loga pone como ejemplo los atentados de las Torres Gemelas, de 2001. ¡°Todos los ni?os vieron esas im¨¢genes. Pero los que tuvieron la suerte de tener a unos adultos al lado que les daban una explicaci¨®n de lo sucedido pod¨ªan procesar la experiencia de una forma m¨¢s razonable y controlada que los que no recibieron ninguna aclaraci¨®n¡±, apunta.
Est¨¢ bien, adem¨¢s, compartir emociones con nuestros hijos. Si las noticias de un atentado nos han puesto tristes o nos han sobrecogido, podemos comunic¨¢rselo a la prole, seg¨²n cuenta Victoria Noguerol. ¡°Porque eso les da seguridad. As¨ª ven que no son los ¨²nicos en sentirse mal: 'mi pap¨¢, que est¨¢ viendo la tele, tambi¨¦n se ha sentido triste con el episodio'. Pero, siempre, a?adiendo una respuesta de calma¡±.
Evidentemente, hay que utilizar un lenguaje acorde con su edad. No es lo mismo contarle un atentado a un ni?o de 12 a?os que a otro de cuatro (en los m¨¢s peque?os, seg¨²n los expertos, el impacto de estas escenas puede ser mayor). Tampoco hay que recrearse en las explicaciones: ¡°En el momento en que los ni?os reciben la m¨ªnima informaci¨®n que les tranquilice, que satisface su curiosidad, dejan de demandar m¨¢s. Ya es suficiente¡±, a?ade Noguerol.
Errores que provocan estr¨¦s
?Y qu¨¦ ocurre si lo comunicamos mal o no lo hacemos? ¡°Se puede generar sintomatolog¨ªa de estr¨¦s postraum¨¢tico. El miedo tiene la capacidad de desembocar en trastornos del sue?o, pesadillas, pensamientos recurrentes, flashbacks y trastornos de ansiedad en general¡±, responde. Est¨¦ atento a dolores de cabeza y est¨®mago, posibles s¨ªntomas de un cuadro de ansiedad. Para evitarlos, ayude al peque?o al desahogo. ¡°Una respuesta frecuente y desafortunada de los adultos es: ¡®Ya pas¨®¡¯. No es lo que el ni?o necesita¡±, afirma Nogales. ¡°Lo que precisa es descargar el impacto, hablando de ello, y si tiene al lado a unos adultos que le est¨¢n dando una informaci¨®n ajustada, realista y no impactante, mejor a¨²n¡±.
Un estudio de neuropsiquiatr¨ªa realizado entre ni?os de 94 escuelas p¨²blicas de Nueva York en 2002, un a?o despu¨¦s de los atentados del 11-S, revel¨® que el 26% mostraba al menos un problema de salud mental. Un 15% se quej¨® de agorafobia, el 12,3% padec¨ªa angustia cuando se separaba de sus padres, el 10,5% reuni¨® los criterios del TEPT (trastorno por estr¨¦s postraum¨¢tico), el 9,3% experiment¨® ataques de p¨¢nico y el 8,4% mostr¨® s¨ªntomas de depresi¨®n mayor. Otra investigaci¨®n de la Academia de Medicina de Nueva York, en 2003, subray¨® que el 18% de los ni?os de Nueva York ten¨ªa estr¨¦s postraum¨¢tico grave o muy grave despu¨¦s del 11 de septiembre. Entre las causas, se inclu¨ªan haber visto im¨¢genes expl¨ªcitas de los atentados o el llanto desconsolado de sus padres.
Por ¨²ltimo, es crucial evitar que los ni?os se formen una idea equivocada respecto a ¡°buenos¡± y ¡°malos¡±, identificando a unos y a otros con diferentes etnias, rasgos f¨ªsicos o creencias. Hay que recalcar que los ¡°malos¡± son una minor¨ªa, pero tambi¨¦n que esa minor¨ªa no tiene nada que ver con una etnia o religi¨®n. Recuerde: confianza en el hogar, veracidad en la informaci¨®n, brevedad, sentimientos sinceros pero calmos y el matiz de la excepcionalidad y la justicia. Sus hijos lo agradecer¨¢n.
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