Mujeres que rompen tab¨²es en El Salvador
El Parlamento indulta a una joven por abortar en uno de los pa¨ªses m¨¢s restrictivos con la interrupci¨®n volutaria del embarazo
El debate sobre la prohibici¨®n total del aborto est¨¢ hoy m¨¢s vivo que nunca en El Salvador despu¨¦s de la hist¨®rica decisi¨®n adoptada por la Asamblea Legislativa: la joven Carmen Guadalupe, una de las 17 mujeres que cumplen hasta 40 a?os de prisi¨®n por abortar, fue indultada el pasado jueves. La lucha que comenz¨® el pasado mes de abril la Agrupaci¨®n Ciudadana por el Aborto Terap¨¦utico, ?tico y Eugen¨¦sico comienza a dar sus frutos con el primer indulto concedido a una mujer en la historia jur¨ªdica salvadore?a. Un veredicto que supone un claro espaldarazo a los movimientos defensores de los derechos de las mujeres en El Salvador y que podr¨ªa ser el principio del fin de una de las leyes de aborto m¨¢s restrictivas del mundo.
Hoy cada vez m¨¢s las mujeres salvadore?as dan la cara y opinan sobre esta ley. Un acto casi revolucionario, ya que no es f¨¢cil para ellas hablar sobre el aborto en un pa¨ªs donde pueden ser condenada a prisi¨®n por interrumpir un embarazo, donde la voluntad de Dios es la que manda y donde lo que dice el hombre va a misa.
Estos tres ingredientes se dan en El Salvador. Aqu¨ª la penalizaci¨®n absoluta del aborto y sus crudas consecuencias comenzaron a adquirir protagonismo en los medios de comunicaci¨®n hace apenas un a?o y medio a ra¨ªz del caso Beatriz y las 17 mujeres (hoy 16) que todav¨ªa esperan ser indultadas mientras cumplen condenas de hasta 40 a?os de c¨¢rcel.
El debate sobre la legalizaci¨®n del aborto terap¨¦utico ha traspasado a la sociedad. Ellas, las mujeres salvadore?as han perdido el miedo, se atreven a hablar, opinar, contar sus experiencias y, en definitiva, romper tab¨²es hasta ahora inquebrantables. Es la hora de ellas, ni de los partidos ni de la iglesia. Sus voces as¨ª lo reclaman.
¡°Creo en Dios, pero no creo en el Dios que predican algunos que nos obliga a tener una chorrera de hijos para quienes no dispones ni de tiempo para ba?arlos ni despiojarlos¡±. Armida, una mujer menuda y coqueta, en sus treinta y tantos a?os largos, viene de una de las colonias rurales que rodean la localidad de Cojutepeque, conocida por sus mercados y comercio. Habla con seguridad y muestra cierto alivio cuando relata que su mam¨¢ tuvo 15 hijos y ella tiene dos, aunque est¨¢ sola para sacarlos adelante: ¡°Mi pareja nos dej¨® y se fue a EE UU¡±.
Mercedes no tuvo elecci¨®n. ¡°Vamos a tener todos los hijos que Dios nos mande¡±, le dijo un d¨ªa su marido. ¡°Ya me llen¨® de ni?os y yo no ten¨ªa dinero para mantenerlos¡±, relata esta mujer de 47 a?os, quien confiesa t¨ªmidamente: ¡°Hasta el tercer hijo no supe nada de pastillas [anticonceptivas]¡±.
Es la segunda vez que Armida y Mercedes participan, junto a otras mujeres de distintas edades y estrato social, en el taller sobre educaci¨®n sexual y reproductiva que comenz¨® a organizar la Colectiva de Mujeres para el Desarrollo Local en varios municipios de El Salvador hace apenas un a?o. Se trata de encuentros abiertos y participativos en los que las participantes comparten sus experiencias de vida y aprenden no s¨®lo sobre m¨¦todos de planificaci¨®n familiar, sino tambi¨¦n sobre sus derechos como mujeres y las consecuencias de la legislaci¨®n penal del aborto en el El Salvador, una de las m¨¢s restrictivas del mundo. S¨®lo 15 pa¨ªses en todo el planeta proh¨ªben el aborto en toda circunstancia, siete de ellos en Am¨¦rica Latina y El Caribe.
El caso Beatriz, un antes y un despu¨¦s
Durante el taller, se evidencia el desconocimiento por parte de algunas mujeres en torno a los severos castigos (hasta 40 a?os de prisi¨®n) que pueden recaer sobre ellas si interrumpieran voluntariamente su embazado. De hecho, algunas confiesan que no sab¨ªan ni que estaba prohibido el aborto en su pa¨ªs ¡°hasta que sali¨® en la televisi¨®n el caso de Beatriz (nombre ficticio)¡±.
El caso de esta joven de 22 a?os dio la vuelta al mundo en mayo de 2013 ante la crueldad a la que fue sometida. Al borde de la muerte tuvo que esperar 14 semanas hasta que la Corte Suprema de Justicia de El Salvador rechaz¨® su petici¨®n de aborto a pesar de que era un embarazo de alto riesgo y el feto que gestaba era anencef¨¢lico. Afortunadamente, Beatriz sobrevivi¨® y su hija naci¨® por ces¨¢rea, pero falleci¨® a las pocas horas, tal y como el equipo m¨¦dico pronostic¨®.
La veintena de mujeres que participan en el taller, sentadas en c¨ªrculo, comentan el trato ¡°injusto¡± que recibi¨® Beatriz y la mayor¨ªa de ellas coinciden en que el aborto deber¨ªa estar permitido en casos extremos como el de la joven salvadore?a, es decir, cuando un embarazo pone en peligro la vida de la madre y el feto no tiene posibilidades de vivir fuera del ¨²tero.
Sin darse cuenta, estas mujeres se ven inmersas en un debate que hace apenas un a?o era impensable: la legalizaci¨®n o no del aborto terap¨¦utico. ¡°El caso de Beatriz vino a romper el hielo, gracias a ello ahora se habla de esta problem¨¢tica¡±, afirma Wendy, de 41 a?os y una de las mujeres que moderan los talleres de la Colectiva de Mujeres.
Mitos y creencias patriarcales
Para ella, es imprescindible la labor pedag¨®gica si se quiere avanzar en el respeto de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, y, en particular, en el de decidir sobre su propio cuerpo. ¡°No es suficiente con el apoyo a las campa?as, muchas mujeres no se plantean o no saben que tienen una serie de derechos como personas que se deben respetar. Primero, hay que hacer pedagog¨ªa¡±, explica Wendy, soltera y con tres hijos, a quien incluso le cuesta asimilar la elecci¨®n individual, libre y voluntaria de una mujer de no tener hijos, ya que cree que ¡°si no tienes hijos no eres una mujer completa¡±. Esta idea o creencia patriarcal est¨¢ muy interiorizada en la sociedad femenina salvadore?a.
Sin embargo, el problema reside no tanto en el hecho de tener o no hijos, sino en el derecho a planificar y decidir cu¨¢ndo tenerlos. La realidad hoy en d¨ªa en El Salvador es que cada vez hay m¨¢s adolescentes embazadas (el 32% de todos los embarazos en este pa¨ªs era de adolescentes, seg¨²n datos ofrecidos por el Ministerio de Salud salvadore?o en 2013) y la cifra de abortos inseguros y clandestinos no para de crecer. Calculando sobre la tasa para Centroam¨¦rica que proporciona la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), que establece 29 abortos inseguros por cada 1.000 mujeres en edad reproductiva (15-44 a?os), se practicar¨ªan alrededor de 40.700 abortos inseguros al a?o en El Salvador.
Claritza, de 25 a?os y natural de Santa Cruz Michapa, sufri¨® un aborto cuando era adolescente. ¡°Yo no sab¨ªa que estaba embarazada¡±, relata. Como otras mujeres salvadore?as estaba planificando, pero no funcion¨®. Una vez en el hospital, cuando despert¨® se encontr¨® que le hab¨ªan denunciado por aborto y se le abri¨® una investigaci¨®n. Afortunadamente, no fue a prisi¨®n, pero el estigma que sufri¨® en el colegio y el pueblo donde reside fue muy traum¨¢tico: ¡°Me daba miedo salir a la calle por las represalias¡±.
La propia Beatriz, hoy recuperada de las secuelas f¨ªsicas del embarazo de alto riesgo que sufri¨®, confiesa que tambi¨¦n ha recibido muchas cr¨ªticas por parte de gente que no entiende lo que ella sent¨ªa. Ahora que ha retomado su vida y regenta una peque?a tienda de ropa, solo tiene palabras de agradecimiento para aquellos que la apoyaron y anima a todas las mujeres en su misma situaci¨®n a que no se queden calladas y busquen ayuda. "Que no sufran como sufr¨ª yo¡±, afirma.
Si bien Armedia, Mercedes, Wendy, Claritza y otras muchas mujeres est¨¢n del lado de Beatriz, cuando se les pregunta si ellas abortar¨ªan en caso de que el hijo no fuera deseado, la respuesta es casi un "no" un¨¢nime; relacionan el aborto con el ¡°pecado¡±. ¡°S¨®lo porque no se quiere tener un beb¨¦, yo no estoy a favor del aborto. Una tiene que protegerse y evitar el problema¡±, sentencia Marta, una mujer de Cojutepeque con m¨¢s de 50 a?os a sus espaldas. Antonia, de 23 a?os, no le contradice, pero recuerda que ¡°a veces hay accidentes¡±.
'Las 17', ?una esperanza para el cambio de ley?
Accidente o no, hasta hace unos d¨ªas, permanec¨ªan en prisi¨®n 17 mujeres cumpliendo penas de hasta 40 a?os condenadas por delitos relacionados con el aborto. La Agrupaci¨®n Ciudadana por el Aborto Terap¨¦utico, ?tico y Eugen¨¦sico?comenz¨® en abril una campa?a en la que solicita el indulto para Las 17. Despu¨¦s de meses de espera y todo tipo de obst¨¢culos, la Asamblea Legislativa de El Salvador se pronunci¨® el pasado jueves y concedi¨® el indulto a Carmen Guadalupe, acusada de homicidio tras sufrir un aborto espont¨¢neo. La Asamblea reconoci¨® que en el proceso penal no se respetaron las garant¨ªas fundamentales para declarar la culpabilidad, espec¨ªficamente en las pruebas cient¨ªficas.
Sin duda, una noticia esperanzadora para las otras 16 mujeres que siguen encerradas en la c¨¢rcel por haber sufrido en la mayor¨ªa de los casos abortos espont¨¢neos y no provocados, y a pesar de registrarse ¡°vicios procesales¡± en sus respectivos casos judiciales.
Esta decisi¨®n parlamentaria, que se esperaba para Navidad, lleg¨®. A partir de ahora podr¨ªa suponer el inicio de un cambio de ley que legalizase, al menos, el aborto terap¨¦utico como ya se permit¨ªa antes de 1998. Una revisi¨®n de la legislaci¨®n que ya ha sido en repetidas ocasiones demandada a la Rep¨²blica de El Salvador por parte de organismos de Naciones Unidas. Sin embargo, mientras no haya una tregua electoral, la legalizaci¨®n del aborto no parece ser un asunto prioritario para el gobierno de turno. La pregunta ahora es ?podr¨ªa estar cambiando algo en El Salvador con esta hist¨®rica decisi¨®n?
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