Estilo Canali
La hist¨®rica firma italiana se abre a la innovaci¨®n 80 a?os despu¨¦s, sin olvidar sus se?as de identidad: el proceso artesanal, la calidad y el esp¨ªritu pr¨¢ctico.
Cuando Jeffery Deaver recibi¨® el encargo de prolongar la memoria literaria de James Bond hace tres a?os, tuvo la consideraci¨®n de devolverle al personaje su licencia para fardar. ¡°A las siete y cuarto ya estaba vestido: traje azul marino Canali, camisa de algod¨®n Sea Island blanca y corbata de Grenadine burdeos, estas ¨²ltimas adquiridas en Turnbull & Asser¡±, relata el autor estadounidense en Carta blanca (Umbriel Editores, 2011), la novela que por fin resintonizaba al agente secreto brit¨¢nico con el impecable gusto indumentario de sus or¨ªgenes. La referencia a la aristocr¨¢tica camiser¨ªa londinense remite en efecto al universo estil¨ªstico concebido por Ian Fleming medio siglo atr¨¢s, pero ?Canali? Pese a la puntillosa descripci¨®n de su vestuario, Fleming no dej¨® testimonio escrito de las firmas en el armario de 007 (a excepci¨®n de la gabardina Burberry mencionada en El hombre de la pistola de oro, publicado a t¨ªtulo p¨®stumo en 1965), por lo que siempre se ha dado por sentado que escritor y esp¨ªa compart¨ªan sastre, Benson, Perry & Whitley, en Cork Street. La elecci¨®n de Deaver, sin embargo, no solo denota conocimiento de mito, sino tambi¨¦n de marca: Canali es la etiqueta proverbial en el traje de los superhombres, los poderosos hombros de sus chaquetas capaces de aguantar el peso del mundo.
Canali es alta costura masculina. Su baza ante los rivales: un proceso artesanal maestro?en 200 pasos
De Bill Clinton a Barack Obama (desde sus d¨ªas como senador incluso), pasando por David Beckham, Dan Marino y los atildados golfistas del equipo europeo de la Ryder Cup, lo de la sastrer¨ªa italiana preferida por los caballeros es un clamor. Entre los de Hollywood no tiene parang¨®n: Michael Douglas no la perdona ni dentro ni fuera de la pantalla, sobre todo si le toca pisar alfombra roja, y el inevitable George Clooney la exigi¨® incluso para vestir en Michael Clayton (tambi¨¦n Tom Hanks en El c¨®digo Da Vinci, pero daba demasiado sofisticada para un profesor conspiranoico). Hasta el depredador financiero que interpretaba Alec Baldwin en Blue Jasmine ten¨ªa que lucirla. Con tama?as perchas es f¨¢cil calar al macho alfa Canali, que no se distingue precisamente por ser un chalado de la moda, sino todo lo contrario. Es el ejecutivo de altos vuelos, el pol¨ªtico, el banquero, el profesional liberal que precisa empaque, distinci¨®n. Si acaso, elegancia adquirida. Y, siempre, funcionalidad y calidad. Todo tan expl¨ªcitamente cl¨¢sico que cabe preguntarse hasta qu¨¦ punto no ser¨¢ conservador¡
¡°Si eso significa preservar los valores tradicionales, entonces s¨ª somos una marca conservadora, porque ese es su esp¨ªritu¡±, replica Paolo Canali, director comercial y de marketing de la casa, tercera generaci¨®n al frente de un negocio que, 80 a?os despu¨¦s, sigue en manos del clan. En Canali todo queda en familia desde 1934, cuando el abuelo Giovanni y su hermano Giacomo pusieron en pie una modesta pero impecable sastrer¨ªa en el ¨¢rea de la italiana Brianza, all¨ª donde la labor de aguja era una reconocida tradici¨®n, pero donde tambi¨¦n comenzaba a medrar la moderna industria textil. Hoy, la firma ¨C establecida en Sovico, en el cintur¨®n industrial de Monza, en pleno centro de la regi¨®n de Lombard¨ªa, la de mayor renta per capita y menor tasa de desempleo de Italia¨C est¨¢ presente en un centenar de pa¨ªses repartidos entre los cinco continentes, exporta el 75% de su producci¨®n y genera unos ingresos anuales cercanos a los 200 millones de euros. Y la siguen llamando ¡°empresa familiar¡±. ¡°S¨ª, porque la familia conserva la visi¨®n estrat¨¦gica¡±, explica el mayor del triunvirato fraternal que lleva actualmente las riendas. Y contin¨²a: ¡°Nunca hemos sentido la necesidad de ser una gran corporaci¨®n ni de formar parte de conglomerado alguno. Con nuestros recursos financieros y humanos podemos competir mundialmente. As¨ª no precisamos presentar resultados econ¨®micos o rendir cuentas ante otros que puedan comprometer la calidad. Nuestro producto no solo es made in Italy, sino que adem¨¢s se confecciona en factor¨ªas propias. Por otro lado, una compa?¨ªa peque?a tiene sus ventajas sobre las grandes: garantiza la atenci¨®n al detalle, a la calidad, al cliente¡±.
¡°El placer sutil de hacer sentir ¨²nico al hombre¡±, reza el lema de la casa. La excelencia en el corte, confecci¨®n y materia prima son sus pilares. El portal consagrado a los placeres del lujo multimillonario, TheRichest.com, le cuelga la medalla de bronce en su top ten de la exquisitez sartorial planetaria (por detr¨¢s de sus paisanos Kiton y Brioni, y en realidad solo por cuesti¨®n de precios). Para entendernos: Canali es a los trajes lo que Herm¨¨s a los bolsos. Digan alta costura masculina, si quieren. Su baza ante los rivales: que los Canali ya hac¨ªan trajes cuando el resto de los que ahora son sus competidores directos apenas eran a los que compraban los tejidos (de los que siguen provey¨¦ndolos). Eso, y un proceso artesanal maestro en 200 pasos cuya m¨¢xima expresi¨®n es el entretelado total de las chaquetas, genuina alma de cualquier pieza de sastrer¨ªa que se precie ¨Clo que le permite adaptarse a los movimientos del cuerpo¨C frente a los modernos m¨¦todos de fusing (pegado industrial), que cuestan hasta cuatro veces menos, pero restan durabilidad (la rigidez y, por consiguiente, la incomodidad aumentan tras cada visita a la tintorer¨ªa). Hagan la prueba la pr¨®xima vez que vayan a comprar un traje: froten una solapa entre los dedos y si se deja escuchar el canto del roce entre las capas de tejido (tela, entretela y forro), entonces hay premio.
¡°Para competir tienes que abrirte a la innovaci¨®n. Para continuar hay que conocer el lenguaje de las nuevas generaciones¡±
Explica Paolo Canali que cada nuevo trabajador que entra en la empresa recibe una formaci¨®n que puede prolongarse durante m¨¢s de seis meses. ¡°Estamos en constante evoluci¨®n, sobre todo desde hace 10 a?os, pero en nuestro ADN va el valor de la tradici¨®n y de la calidad sartoriales. Tenemos muy claro cu¨¢l es nuestro estilo y qui¨¦n es nuestro cliente, aunque eso no quiere decir que renunciemos a sorprenderlo. Hay que abrir el apetito a nuevas experiencias¡±. Sus palabras encuentran eco en la sala privada destinada a la confecci¨®n a medida (en italiano, su misura) de la flamante tienda que la firma inauguraba a principios de octubre en el 22 de la calle de Ayala de Madrid, la primera monomarca en Espa?a. Un proyecto que ha sido posible gracias a la alianza con la familia Yusty, propietaria de la centenaria boutique multimarca a la que da nombre y que hasta la fecha despachaba los trajes Canali en la capital.
¡°Hace un par de a?os pensamos que ya era hora de mostrar que somos capaces de ir con la imagen y la moda actuales, algo que ten¨ªa que reflejarse en las tiendas. Fue un poco como empezar de cero. Adem¨¢s, hemos a?adido nuevas categor¨ªas de producto, m¨¢s casual, que requer¨ªan su espacio. La de Madrid es una de las primeras de este ciclo que acaba de comenzar y que quiere adelantar lo que ser¨¢ Canali en los pr¨®ximos 10 a?os¡±, informa el director comercial, invariablemente atento a los mercados propicios (el africano es su pr¨®xima meta). ¡°Es nuestra manera de celebrar estos 80 a?os de historia: no mirando al pasado, sino pensando en el futuro¡±, apostilla.
Precisamente para dise?ar ese futuro, la casa anunciaba el pasado marzo el fichaje de un creador externo por primera vez en su historia: Andrea Pompilio (Pesaro, 1973), protegido de Armani que pas¨® por Prada, Dell¡¯Acqua, Calvin Klein o Yves Saint Laurent antes de lanzar su propia marca en 2011, ejerce ahora de consultor estil¨ªstico y se encarga de una colecci¨®n c¨¢psula m¨¢s af¨ªn a las tendencias del momento que se estrenar¨¢ durante la pr¨®xima primavera-verano. No, no se trata de un director art¨ªstico al uso, pero su reveladora presencia en la casa habla de vientos de cambio.
¡°No es un empleado a tiempo completo, porque ¨¦l tiene otros intereses aparte, pero tener a alguien como Andrea que nos sugiera y nos inspire ideas que incorporar al estilo Canali es fant¨¢stico. El hombre de hoy presta m¨¢s atenci¨®n a lo nuevo y nuestro cliente tambi¨¦n es m¨¢s permeable a la moda¡±, explica Paolo Canali. Y su conclusi¨®n no tiene p¨¦rdida: ¡°En este sector hay otras empresas que hacen lo mismo, as¨ª que para competir tienes que abrirte a la innovaci¨®n. Pensar m¨¢s all¨¢ de tus l¨ªmites, incorporar ideas o trasplantarlas para que puedan generar productos m¨¢s frescos. Para continuar, hay que conocer el lenguaje de las nuevas ?generaciones¡±.
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