C¨¦lulas madre con memoria: el futuro contra el c¨¢ncer
Cient¨ªficos italianos demuestran la utilidad terap¨¦utica de un nuevo tipo de c¨¦lulas inmunitarias Las ¡°c¨¦lulas madre T de memoria¡± subsisten al menos 12 a?os en los pacientes
El sue?o de destruir el c¨¢ncer con c¨¦lulas del sistema inmune programadas para atacar a los tumores ha dado un paso de gigante. La gran esperanza se llama ¡°c¨¦lula madre T de memoria¡± (TSCM), y es un tipo radicalmente nuevo de gl¨®bulo blanco del sistema inmune que re¨²ne las dos propiedades ideales: por un lado son c¨¦lulas madre, y por tanto tienen la capacidad de autorrenovarse de manera indefinida; y por otro tienen memoria inmunol¨®gica, por lo que conservan, tambi¨¦n indefinidamente, su capacidad para actuar contra un agente infeccioso concreto o un tumor espec¨ªfico. Cient¨ªficos de Mil¨¢n han demostrado que pueden subsistir al menos 12 a?os en el cuerpo de 14 pacientes.
El peque?o ensayo cl¨ªnico no hab¨ªa sido planeado para este fin ¨Clas c¨¦lulas TSCM ni siquiera hab¨ªan sido descubiertas hace 12 a?os, cuando la prueba comenz¨®¡ª, sino para probar la seguridad de una t¨¦cnica de terapia g¨¦nica contra un tipo de inmunodeficiencia hereditaria (SCID, o enfermedad de los ni?os burbuja). Pero Luca Biasco, Serena Scala, Alessandro Aiuti y sus colegas del Instituto Cient¨ªfico San Raffaele, en Mil¨¢n, han encontrado una forma brillante de reciclar el ensayo para obtener unos datos esenciales en la lucha contra el c¨¢ncer.
Los resultados se presentan en Science Translational Medicine, la publicaci¨®n que la revista Science reserva para las investigaciones que tienen una evidente o inmediata aplicaci¨®n a la pr¨¢ctica cl¨ªnica. El sub¨ªndice del t¨¦rmino TSCM significa stem cell memory, o c¨¦lulas madre de memoria. La T viene de mucho antes: los linfocitos, o gl¨®bulos blancos de la sangre, son las c¨¦lulas encargadas de la respuesta inmune, y se dividen en linfocitos B (que producen los anticuerpos que andan sueltos por la sangre) y linfocitos T, que montan un tipo menos popular pero m¨¢s importante de defensa: la inmunidad celular, por la que ciertas c¨¦lulas especializadas se tragan, literalmente, a los agentes infecciosos y a otras cosas que consideren raras, incluidas en ocasiones las c¨¦lulas tumorales.
¡°Las terapias basadas en c¨¦lulas T¡±, explica a EL PA?S Luca Biasco, primer autor del trabajo, ¡°representan una de las estrategias terap¨¦uticas m¨¢s avanzadas y prometedoras para el tratamiento del c¨¢ncer; esta tecnolog¨ªa est¨¢ basada en la modificaci¨®n gen¨¦tica de las c¨¦lulas T para redirigir su actividad contra las c¨¦lulas tumorales; un tipo de c¨¦lula T como las TSCM, que son capaces de mantener su capacidad de autorrenovaci¨®n y de diferenciaci¨®n por muchos a?os, pueden aportar un reservorio de c¨¦lulas T capaz de patrullar por el sistema inmune y activarse eficazmente en caso de recidiva del tumor, para mantener una respuesta inmune secundaria eficiente¡±.
Nadie ten¨ªa ni idea sobre la mera existencia de las c¨¦lulas TSCM hasta 2011. Pero su descubrimiento, especialmente despu¨¦s de este trabajo, las hacen muy relevantes para dise?ar nuevas estrategias ¨²tiles para la medicina. ¡°Aportamos evidencias de que la ingenier¨ªa gen¨¦tica de c¨¦lulas T puede ser segura incluso a largo plazo¡±, explica Biasco. ¡°Y adem¨¢s demostramos por primera vez de que las c¨¦lulas TSCM con los genes corregidos en el laboratorio pueden implantarse activamente en la m¨¦dula ¨®sea de los seres humanos; esto abre la posibilidad de explotar las c¨¦lulas TSCM modificadas gen¨¦ticamente para las terapias basadas en el sistema inmune¡±.
Las terapias basadas en c¨¦lulas T representan una de las estrategias m¨¢s avanzadas y prometedoras para el tratamiento del c¨¢ncer"
Los pacientes empezaron el ensayo cl¨ªnico en un estudio pionero de terapia g¨¦nica contra una inmunodeficiencia cong¨¦nita dirigido en 1995 por Claudio Bordignon, tambi¨¦n en el San Raffaele de Mil¨¢. Las c¨¦lulas T de estos pacientes fueron extra¨ªdas, y su deficiencia fue corregida en el laboratorio infect¨¢ndolas con un gen correcto introducido dentro del ADN de un virus capaz de integrarse en el genoma de las c¨¦lulas humanas (un retrovirus, de la familia del virus del sida).
Estos retrovirus se integran en el genoma humano m¨¢s o menos al azar, y por tanto cada c¨¦lula humana que ha recibido el virus tiene una firma molecular caracter¨ªstica, formada por los extremos del ADN del virus unidos a su contexto de ADN humano. Este es el marcador que Biasco y sus colegas han aprovechado para identificar y analizar a las c¨¦lulas T que siguen circulando por la sangre de los pacientes 12 a?os despu¨¦s.
?Oportunismo? S¨ª, pero de un tipo que promete abrir un nuevo continente para la biomedicina del c¨¢ncer.
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