El negocio de las parejas mixtas de Tailandia
Hombres occidentales buscan tailandesas ex¨®ticas de valores tradicionales, mientras que ellas intentan escapar de la pobreza de los arrozales del noreste de Tailandia

Las estilosas tejas de las residencias de extranjeros contrastan con el mar de endebles techumbres de sus vecinos locales. J¨®venes tailandesas pasean junto a occidentales maduros por el mercado de la ciudad y la m¨²sica pop-rock ambienta los bares. Los farangs ¡ªdenominaci¨®n de los extranjeros en Tailandia¡ª se re¨²nen en la conocida como calle del yerno extranjero de Udon Thani, ciudad de la pobre regi¨®n de Isaan, casi 500 kil¨®metros al noreste de Bangkok y de los grandes centros tur¨ªsticos del pa¨ªs.
Alexander Larsson, canadiense de 70 a?os, y Turian, tailandesa de 30, se acaban de construir una casa en Udon Thani, de 154.000 habitantes, donde hay alrededor de 8.000 parejas mixtas. ¡°La mujer tailandesa te ofrece todo lo necesario: buena comida, servicio y sexo. Y no se queja¡±, generaliza el jubilado, contento de mudarse cerca de su suegro; al que solo saca un a?o.
Las webs de citas tailandesas subrayan las motivaciones de los occidentales para buscar relaciones con mujeres locales. ¡°Muchos extranjeros son mayores, divorciados o simplemente hombres rechazados en su sociedad [¡] en busca de relaciones tradicionales con tailandesas¡±, describe ThaiLoveLines.com. Pero el fen¨®meno no es consecuencia de la nueva sociedad de la informaci¨®n. Se remonta a los Planes Nacionales de Desarrollo Econ¨®mico y Social de los a?os sesenta, y a las relaciones entre tailandesas y marines de la base estadounidense establecida en Udon Thani durante la Guerra de Vietnam.
¡°Aqu¨ª las mujeres cuidan mucho de los hombres, te traen comida y todo lo que necesitas. Al contrario que las europeas¡±, explica Bjorn Sallbarg, que disfruta de su jubilaci¨®n jugando al golf en uno de los campos junto a la base militar americana. Este sueco de 64 lleg¨® a Tailandia hace una d¨¦cada y empez¨® a salir con una local de 20 a?os hasta que conoci¨® a su actual mujer, Busabar Thakhamnang, de 47. ¡°Isaan se ha desarrollado mucho. Actualmente hay cuatro vuelos diarios aqu¨ª; algo impensable antes. Las parejas mixtas generan mucho dinero en la regi¨®n¡±, cuenta Bjorn, subrayando el impacto positivo de estas relaciones. ?l mismo ayud¨® a Busabar a emprender un negocio de venta de flores frente a un supermercado de la ciudad.

Seg¨²n un reciente informe publicado por el Centro para Estudios Econ¨®micos y de Negocio (ECBER) de la Universidad de Khon Kaen, en Isaan, las relaciones interraciales suponen una inyecci¨®n de 8.666 millones de bahts (223 millones de euros) en el Producto Interior Bruto (PIB) de la regi¨®n y la consecuente creaci¨®n de 747.094 puestos de trabajo.
Pero bajo las llamativas cifras econ¨®micas subyacen problemas sociales. Muchos occidentales buscan mujeres de Isaan por sus valores tradicionales y belleza, una combinaci¨®n ex¨®tica de rasgos asi¨¢ticos y piel oscura. Ellas, sin embargo, necesitan seguridad financiera. ¡°El hecho de que la mayor parte de las parejas surjan por razones econ¨®micas refleja el fallo de las pol¨ªticas de distribuci¨®n de ingresos del gobierno tailand¨¦s¡±, explica Vilaiwan Thiangtong, autora del informe econ¨®mico de la Universidad de Khon Kaen.
Los datos ofrecidos por el Centro Nacional de Desarrollo Social y Econ¨®mico (NESDB) en la ¨²ltima d¨¦cada ilustran estos condicionantes econ¨®micos. Aunque el noreste se ha mantenido como la cuarta regi¨®n m¨¢s rica, sus habitantes est¨¢n a la cola del producto interior per c¨¢pita nacional. En Bangkok y cercan¨ªas, una de las ¨¢reas m¨¢s pr¨®speras, el PIB per c¨¢pita era de 422.000 bahts (10.885 euros) en 2011. Mientras que en Isaan apenas lleg¨® a 48.500 bahts (1.251 euros).
La proliferaci¨®n de parejas mixtas en Isaan genera 223 millones de euros en el PIB de la regi¨®n
¡°Ganaba 7.000 bahts al mes (180 euros) en una f¨¢brica. Gracias a la ayuda de David ¡ªsu actual pareja, de Francia¡ª he conseguido la licencia de agente inmobiliario. He logrado cosas que nunca imagin¨¦¡±, cuenta Supapond, de 32 a?os, quien est¨¢ convencida de que un tailand¨¦s nunca habr¨ªa hecho eso por ella. Tambi¨¦n reconoce que su suerte es muy diferente de la de muchas chicas de la regi¨®n: ¡°Mi prima me insist¨ªa en que fuese a Pattaya para trabajar en los bares de turistas, donde se ganan hasta 2.000 bahts la noche (51 euros). Me repet¨ªa que as¨ª podr¨ªa conocer a un occidental que ser¨ªa mi pareja. Pero siempre me negu¨¦¡±.
Para muchas j¨®venes de Isaan, la ¨²nica forma de escapar de la precariedad de los arrozales pasa por entrar en el negocio de los eufem¨ªsticamente llamados servicios de entretenimiento para turistas. En estos bares de Bangkok, Pattaya o Phuket, tailandesas trabajan como camareras mientras cobran por unas horas de privacidad con occidentales; algunos de los cuales ser¨¢n sus futuras parejas. Un amplio estudio sobre cerca de 20.000 parejas mixtas de Isaan realizado por NESDB, concluye que la mayor¨ªa de las mujeres locales que mantienen relaciones con extranjeros (alrededor del 70%) son antiguas empleadas de bares de alterne, sin estudios secundarios.
Farung Mee-Udon, tambi¨¦n profesora de Sociolog¨ªa en la Universidad de Khon Khaen, achaca el fen¨®meno de las parejas mixtas de Isaan a varios factores: ¡°Casi el 80% de las chicas que entran en el mundo de la prostituci¨®n lo hacen por el fracaso de la vida en pareja. Los tailandeses no quieren estar con mujeres separadas por el estigma de la virginidad y por la carga de los hijos de relaciones anteriores. Pero los occidentales no tienen ese problema¡±. La soci¨®loga piensa que no es casual que el turismo masculino en Tailandia doble al femenino. Bangkok desbanc¨® recientemente a Londres como la tercera ciudad m¨¢s visitada del mundo.

Pero la simbiosis entre las parejas mixtas no siempre funciona. El tailand¨¦s Pravoon Thavon, trabaj¨® durante siete a?os ofreciendo servicios internacionales para el creciente n¨²mero de pacientes extranjeros en el hospital de Udon Thani. ¡°Los hombres buscan un lugar de retiro en Tailandia. Pero ellas quieren aventura y aumentar su nivel social y econ¨®mico. Muchos no entienden las motivaciones econ¨®micas de las chicas de Isaan. Y esto acaba siendo un problema para los hijos y la sociedad en su conjunto¡±, explica este profesor de ingl¨¦s, que termin¨® atendiendo los problemas maritales de las parejas de la regi¨®n.
¡°El 50% de los 2.000 alumnos viven con madres divorciadas o solteras. Tenemos al menos un estudiante por clase criado por parejas mixtas¡±, describe Kamaithorn Laoporn, profesora en el colegio Mareepitak de Udon Thani. La propia Kamaithorn fue madre soltera tras la ruptura con su expareja tailandesa y ahora mantiene una relaci¨®n con un occidental. ¡°Mi pareja no quiere casarse porque eso reducir¨ªa su pensi¨®n. Tambi¨¦n hay muchas historias de mujeres tailandesas que s¨®lo buscan el dinero de occidentales hasta que los abandonan¡±, cuenta la profesora.
Kamaithorn tiene un trabajo estable como maestra. Pero aquellas que s¨®lo cuentan con los ingresos de sus parejas occidentales est¨¢n expuestas al riesgo de pasar de una situaci¨®n de dependencia de sus relaciones, a una de riesgo sin ellas. ¡°Tener una relaci¨®n con un farang puede ser positivo para las familias de ellas, pero el impacto sobre la econom¨ªa dom¨¦stica ha de ser sostenible. ?Qu¨¦ ocurre con las chicas tailandesas si ellos fallecen?¡±, se pregunta la experta en econom¨ªa Vilaiwan Thiangtong. Por su parte, la soci¨®loga Farung Mee-Udon explica que el pasado de aquellas que se dedicaron a la prostituci¨®n genera conflictos relacionados con dependencia y dominaci¨®n: ¡°Una mujer incluso me cont¨® que fue forzada a tener sexo con los amigos de su marido s¨®lo porque hab¨ªa trabajado en un bar de alterne en el pasado¡±.
Hay quien piensa que no es casual que el turismo masculino en Tailandia doble al femenino
El canario de 40 a?os Santiago Caballero se asent¨® en Khon Kaen en busca de universitarios que trabajasen en su empresa de videojuegos hace casi una d¨¦cada y cree que el impacto econ¨®mico de las parejas mixtas se reduce a unos pocos: ¡°La mayor¨ªa de los extranjeros consideran esto su retiro. O montan un bar o no trabajan. Su actividad econ¨®mica no s¨®lo repercute en aquellas familias que forman parte de su c¨ªrculo¡±. Santiago conoci¨® a su actual pareja Duangnapa, de 27 a?os, en un bar de alterne de la principal ciudad de Issan.
¡°Me enga?aron para trabajar porque necesitaba dinero para mi familia y s¨®lo cuando llegu¨¦ me di cuenta de que era un bar de putas¡±, recuerda entre sollozos Duangnapa. ¡°Los farangs son buenos para la econom¨ªa pero no para la gente, porque s¨®lo vienen aqu¨ª a montar estos negocios¡±, resume. La llegada de extranjeros en Isaan ha sido acompa?ada por la proliferaci¨®n de bares de alterne. Occidentales, solteros y con pareja tailandesa, salen solos a disfrutar de los servicios de entretenimiento del centro de Khon Kaen.
Algunas j¨®venes locales rechazan caer en este negocio o depender de un extranjero para salir de la precariedad. ¡°Yo comparto gastos con mi pareja. Lo que busco es un compa?ero que sea mi marido, no mi padre¡±, razona Piyaporn Samahadthai. Esta tailandesa de 22 a?os se ha negado a la presi¨®n familiar para encontrar a un farang retirado que la mantenga, y trabaja en un restaurante del centro mientras sale con un chico brit¨¢nico de su edad.
Frente al restaurante en el que trabaja Piyaporn, dos brit¨¢nicos sexagenarios bromean entre ellos. Sus compa?eras veintea?eras teclean los m¨®viles sin alzar la vista. ¡°Me gustan las mujeres tailandesas porque se dedican a sus hombres y no buscan una relaci¨®n al 50%. He trabajado durante 50 a?os y me merezco un retiro¡±, se excusa el sonrosado George Moore. Rita sonr¨ªe sin entender. Ni ¨¦l habla tailand¨¦s, ni ella ingl¨¦s. Occidentales juegan al billar junto a chicas locales dentro del bar. La escena recuerda a las que se ven en Bangkok, Pattaya y Phuket; los grandes centros de ocio para los extranjeros en Tailandia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.