Pel¨ªculas er¨®ticas: por qu¨¦ nos 'enloquecen'
El coraz¨®n se acelera, se sonrojan las mejillas y arranca el baile de hormonas. As¨ª reacciona su cuerpo ante escenas de alto voltaje
La er¨®tica 50 sombras de Grey, una de las pel¨ªculas m¨¢s cacareadas en lo que va de a?o, que se ha estrenado en la Berlinale y ma?ana llega a nuestros cines, provoca en los espectadores de todo menos indiferencia, incluso en su versi¨®n decorosa. En general, las escenas de sexo deleitan a muchos y escandalizan a algunos; dependiendo de a qui¨¦n tengamos al lado, nos pueden hacer sentir inc¨®modos; a la mayor¨ªa, nos remueven en el asiento. Puede que notemos que el pulso se nos acelera, o rubor en las mejillas (?no hace demasiado calor en la sala?), y, los m¨¢s influenciables, cierto ajetreo en sus partes ¨ªntimas. Nuestro organismo, en definitiva, reacciona de diversas formas ante los est¨ªmulos visuales de las escenas de sexo. ?Qu¨¦ nos pasa con el cine er¨®tico?
El cerebro de 'desata'
Todo empieza en nuestra cabeza. ¡°Los est¨ªmulos entran en el cerebro a trav¨¦s de la v¨ªa visual y pueden activar algunas ¨¢reas¡±, afirma el doctor Carlos Tejero, vocal de la Sociedad Espa?ola de Neurolog¨ªa (SEN). ¡°Aparentemente, cuando estamos viendo im¨¢genes de contenido er¨®tico se enciende una zona que tenemos en el l¨®bulo frontal, que est¨¢ encima de los ojos, y que llamamos corteza ¨®rbitofrontal¡±. Curiosamente, es la misma zona que se activa cuando reconocemos en el entorno algo que podr¨ªa ser da?ino y nos pone en situaci¨®n de alerta.
La citada corteza es, por as¨ª decirlo, el interruptor que, una vez pulsado, enciende todo lo dem¨¢s. ¡°Activa una zona donde residen nuestros est¨ªmulos emocionales, que se llama am¨ªgdala, en el l¨®bulo temporal, y a partir de ah¨ª entra en funcionamiento el centro regulador de las hormonas que tenemos debajo del cerebro, el hipot¨¢lamo: all¨ª se liberan unas sustancias que son las que acaban por repercutir en otros ¨®rganos¡±, sostiene el doctor Tejero. Y es cuando empieza el festival de sensaciones. ¡°Se acelera el pulso cardiaco y altera la regulaci¨®n cardiovascular, lo que puede llevar a que se produzca la erecci¨®n en el var¨®n o se estimulen los genitales femeninos¡±, a?ade.
La respuesta del cerebro ante estas im¨¢genes es intensa y expeditiva. La Universidad de Washington (EE. UU.) someti¨® a un grupo de voluntarios a largas secuencias de im¨¢genes variadas: de esquiadores a perros gru?endo pasando por parejas ligeras de ropa en poses sensuales. Cuando los voluntarios vieron las im¨¢genes er¨®ticas, sus cerebros produjeron respuestas el¨¦ctricas que eran m¨¢s fuertes que las provocadas por el resto del material. ¡°Esta diferencia en la respuesta de ondas cerebrales surgi¨® muy r¨¢pidamente, lo que sugiere que diferentes circuitos neuronales puedan estar implicados en el procesamiento de im¨¢genes er¨®ticas¡±, concluyeron.
Bailan las hormonas
La adicci¨®n de algunos individuos a esta clase de im¨¢genes tambi¨¦n responde a ese ir y venir de las sustancias que secretan c¨¦lulas especializadas. ¡°La dopamina es la hormona que se relaciona con el placer¡±, dice Almudena Castro, presidenta de la Secci¨®n de Riesgo Vascular y Rehabilitaci¨®n Cardiaca de la Sociedad Espa?ola de Cardiolog¨ªa. ¡°No hay estudios al respecto, pero es, probablemente, la causante del enganche a este tipo de contenidos, del mismo modo que las endorfinas provocan el enganche a determinadas modalidades deportivas¡±.
El coraz¨®n se acelera y nos ponemos colorados
Las principales reacciones f¨ªsicas tienen que ver con el sistema cardiovascular. La doctora Castro lo explica: ¡°Cuando una persona ve algo que le causa un estr¨¦s, positivo o negativo, se producen reacciones propias de una situaci¨®n de alerta: se descargan catecolaminas, fundamentalmente adrenalina y, sobre todo, la mencionada dopamina, y eso influye en el sistema simp¨¢tico, provocando un aumento de la frecuencia cardiaca, de la tensi¨®n arterial, la vasoconstricci¨®n, el sudor¡¡±. Como vemos, lo de ponernos a cien no es una met¨¢fora. ¡°Son mecanismos ancestrales que utiliza el cuerpo ante una situaci¨®n de alerta para ponerse en marcha¡±, advierte. Otra reacci¨®n t¨ªpica es que se nos suban los colores: tambi¨¦n se debe a la alarma. ¡°Cualquier persona que se enfada, se pone de color rojo. Esto se produce, igualmente, a la descarga de adrenalina¡±, prosigue la especialista: ¡°La reacci¨®n no tiene tanto que ver con la v¨ªa por la que llega el est¨ªmulo, que puede ser visual (como en el caso de una pel¨ªcula), t¨¢ctil, olfativo¡, como por lo que te produzca a ti¡±. Es decir: es el mismo mecanismo que se pone en marcha cuando nosotros somos los protagonistas de la escena (real) de sexo. ¡°Si te toca una persona que no te gusta, no sientes nada, pero unas im¨¢genes que te gustan s¨ª te provocan esa reacci¨®n¡±, aclara la cardi¨®loga.
Queremos copiar (y no siempre es posible)
Una de las reacciones m¨¢s frecuentes, viendo estas im¨¢genes, es que nos entren ganas de hacer lo mismo que los actores de la pel¨ªcula. ¡°Lo que vemos en el cine por supuesto que nos influye, y mucho¡±, dice Ana Fern¨¢ndez Rodr¨ªguez, psic¨®loga cl¨ªnica y sex¨®loga, coordinadora del grupo de Psicolog¨ªa y Cine del Colegio Oficial de Psic¨®logos de Madrid. ¡°Si observamos im¨¢genes con contenido sexual durante un rato, se despertar¨¢ nuestro propio deseo, al igual que podr¨ªa ocurrir con las ganas de comer despu¨¦s de ver platos suculentos¡±.
Pero, por otro lado, es comprensible, seg¨²n la especialista, que algunos se sientan acomplejados o teman provocar decepci¨®n en su pareja (si han visto con ella la pel¨ªcula), dado que en el cine todos son grandes amantes, con cuerpos perfectos. ¡°Las secuencias de cama suelen ser muy poco realistas¡±, opina. ¡°Los desnudos de estos actores se parecen muy poco a los nuestros. La cuesti¨®n es que, aunque lo sabemos, a menudo olvidamos esta circunstancia y nos sentimos tremendamente insatisfechos con nuestro aspecto, confundiendo lo excepcional (cuerpos a medida) con lo natural¡±. Si es su caso, conf¨®rmese pensando que, como apostilla la sex¨®loga, ¡°un cuerpo 10 no garantiza que la ejecuci¨®n sexual sea despu¨¦s agradable¡±.
Hay otros muchos mitos nacidos al amparo de la cinematograf¨ªa. ¡°Por ejemplo, casi siempre la pareja llega al orgasmo a la vez, algo excepcional en la realidad, o se excluyen los pre¨¢mbulos, como si ambos tuvieran un deseo inmediato al mismo tiempo¡±, se?ala Ana Fern¨¢ndez: ¡°Al tratarse de un asunto ¨ªntimo, no tenemos m¨¢s referencias que las nuestras y las de la pornograf¨ªa o el cine¡±. Como recuerda la experta, conviene no olvidar que la buena sexualidad est¨¢ relacionada con la imaginaci¨®n, la confianza en el otro, la comunicaci¨®n y la pr¨¢ctica de algunas habilidades sexuales, siempre en evoluci¨®n y pactadas con la pareja.
Algunos sienten rechazo
Entre los espectadores, habr¨¢ quienes se sientan escandalizados al ser testigos de escenas de sexo en la gran pantalla. ¡°Depende mucho del aprendizaje y experiencia de la persona, as¨ª como del sistema social, cultural y religioso en el que est¨¦ inmerso. En el destape, por ejemplo, ver los pechos de una mujer era ya escandaloso para una sociedad que ven¨ªa de una fuerte represi¨®n, al igual que las escenas de sexo homosexual¡±, declara la sex¨®loga. Adem¨¢s, las im¨¢genes de 50 sombras de Grey casan con las pr¨¢cticas dominantes sobre la mujer, "una fantas¨ªa habitual de las f¨¦minas que pertenece a lo que siempre se nos ha representado y que proviene del imaginario del hombre", como denuncia la experta. Sin embargo, seg¨²n su criterio, no hay que temer a estos juegos, "siempre que aquellos que participen tengan el grado suficiente de madurez, autonom¨ªa y autoestima como para poder negarse".
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