Obama contra el ¡®obamacare¡¯
Si EE UU logra obligar a India a endurecer sus leyes sobre patentes de medicamentos, el cambio da?ar¨ªa a los pa¨ªses en desarrollo y consagrar¨ªa un sistema corrupto
La Ley de atenci¨®n m¨¦dica asequible y protecci¨®n a los pacientes de Estados Unidos, la reforma de la atenci¨®n de la salud, marca distintiva del presidente Barack Obama, ha logrado ampliar la cobertura del seguro m¨¦dico a millones de estadounidenses que no habr¨ªan podido tenerlo. Y en contra de las advertencias de sus cr¨ªticos, no ha provocado que aumenten los precios de la atenci¨®n a la salud, de hecho, hay esperanzas de que la curva de los precios por fin est¨¦ comenzando a disminuir.
No obstante, no es seguro que el llamado Obamacare vaya a poder limitar los costes excesivamente altos de la atenci¨®n m¨¦dica. Eso depender¨¢ de las dem¨¢s pol¨ªticas de la administraci¨®n Obama, sobre todo en una esfera que puede parecer ajena a este tema: las discusiones en curso con India sobre la propiedad intelectual. En este punto, parece que Obama est¨¢ decidido a socavar su propia reforma debido a la presi¨®n del poderoso lobby farmac¨¦utico estadounidense.
Los costes farmac¨¦uticos representan un componente cada vez m¨¢s grande del gasto en atenci¨®n a la salud de los Estados Unidos. En efecto, la proporci¨®n de gastos en f¨¢rmacos en el PIB casi se ha triplicado en apenas 20 a?os. As¨ª pues, reducir los costes de la atenci¨®n sanitaria requiere mayor competencia en la industria farmac¨¦utica, y eso significa permitir la fabricaci¨®n y distribuci¨®n de medicamentos gen¨¦ricos. En cambio, la administraci¨®n Obama est¨¢ buscando un acuerdo con India que debilitar¨ªa la competencia que representan los gen¨¦ricos y, de este modo, har¨ªa que los medicamentos que pueden salvar vidas fueran inasequibles para miles de millones de personas en aquel pa¨ªs y en otros lugares. Esto no es una consecuencia involuntaria de una pol¨ªtica que por lo dem¨¢s tuviera buenas intenciones; es el objetivo expl¨ªcito de la pol¨ªtica comercial de los Estados Unidos.
Las grandes compa?¨ªas farmac¨¦uticas multinacionales han estado trabajando desde hace mucho para bloquear la competencia de los gen¨¦ricos. Sin embargo, el enfoque multilateral a trav¨¦s de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio ha resultado menos efectivo de lo que se esperaba, as¨ª que ahora est¨¢n tratando de conseguir ese objetivo mediante acuerdos bilaterales y regionales. Las recientes negociaciones con India, que es la principal fuente de medicamentos gen¨¦ricos para los pa¨ªses en desarrollo, son parte esencial de esta estrategia.
En los a?os setenta el pa¨ªs asi¨¢tico aboli¨® las patentes farmac¨¦uticas y cre¨® una industria de medicamentos gen¨¦ricos avanzada y eficiente, capaz de facilitar tratamientos baratos a todo el mundo en desarrollo. Eso cambi¨® en 2005 cuando el Acuerdo sobre los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio (Acuerdo sobre los ADPIC) de la OMC oblig¨® a India a permitir las patentes.
Sin embargo, en opini¨®n de la industria farmac¨¦utica, el acuerdo sobre los ADPIC no fue suficiente. Por lo tanto, el deseo del gobierno de la India de mejorar sus relaciones comerciales con los Estados Unidos da a la industria una oportunidad ideal para complementar lo que los ADPIC no cubrieron y obligar a la India a facilitar la obtenci¨®n de patentes y a reducir la disponibilidad de los gen¨¦ricos de bajo coste.
Parece que el plan est¨¢ funcionando hasta ahora. En oto?o, durante su visita a EE UU, el primer ministro indio, Narendra Modi, estuvo de acuerdo en que se estableciera un grupo de trabajo para reevaluar la pol¨ªtica de patentes del pa¨ªs. Los participantes estadounidenses en el grupo estar¨¢n dirigidos por la Oficina del Representante de los Estados Unidos para las Cuestiones Comerciales, que promueve los intereses de las compa?¨ªas farmac¨¦uticas y no, por ejemplo, por la Academia Nacional de Ciencias (National Academy of Sciences), la Fundaci¨®n Nacional de Ciencias (National Science Foundation) o la Agencia Nacional de Investigaci¨®n M¨¦dica (National Institutes of Health).
?C¨®mo puede India reforzar su sistema de patentes? Para empezar, podr¨ªa flexibilizar la definici¨®n de lo que es un producto "novedoso" y que por lo tanto merece protecci¨®n en materia de propiedad intelectual. Actualmente, establece condiciones muy estrictas y niega patentes para combinaciones nuevas de compuestos que ya existen. India tambi¨¦n podr¨ªa dejar de emitir licencias obligatorias para permitir que otras empresas produzcan el medicamento de un titular de patente a cambio de un derecho ¨Cpr¨¢ctica permitida en el marco del Acuerdo sobre los ADPIC pero que es un anatema para la industria farmac¨¦utica.
La pol¨ªtica actual de India permite que los medicamentos se vendan a una fracci¨®n del precio monop¨®lico fijado por los titulares de las patentes. Por ejemplo, un tratamiento con Sovildi contra la hepatitis C se vende en EE UU por 84.000 d¨®lares (casi 75.000 euros). Los fabricantes indios pueden vender la versi¨®n gen¨¦rica por menos de 1.000 d¨®lares por tratamiento (890 euros). El precio gen¨¦rico significa de cualquier modo un gasto enorme para quienes ganan apenas unos d¨®lares al d¨ªa, pero, a diferencia del precio en EE UU, es una cantidad que muchos gobiernos y ONG pueden pagar.
Este no es, en absoluto, un ejemplo aislado. Los medicamentos gen¨¦ricos de bajo coste han hecho posible que decenas millones de personas con VIH/sida en pa¨ªses en desarrollo accedan a un tratamiento. De hecho, la decisi¨®n de las principales compa?¨ªas farmac¨¦uticas de poner algunos medicamentos a disposici¨®n de los pobres a precios bajos se debe, en parte, a la amenaza de la competencia de los gen¨¦ricos de India. Si EE UU obliga a India a endurecer sus reglas sobre las patentes de manera sustancial, de modo que se asemejen m¨¢s a las normas estadounidenses, la meta de las empresas farmac¨¦uticas estar¨ªa en riesgo.
Naturalmente, si el estricto r¨¦gimen de patentes de EE UU fuera la mejor forma de promover la innovaci¨®n en la industria farmac¨¦utica, como sostienen sus defensores, tal vez podr¨ªa justificarse la pol¨ªtica de la administraci¨®n Obama hacia la India. Pero eso no es as¨ª.
Puesto que las patentes son b¨¢sicamente monopolios concedidos por los gobiernos, ¨¦stas generan las mismas ineficiencias y conducta interesada en ganancias como cualquier otra distorsi¨®n del mercado. Una patente que aumenta el precio de un medicamento cien veces tiene el mismo efecto en el mercado que un arancel de 10.000 por ciento. En casos as¨ª, las empresas farmac¨¦uticas tienen incentivos poderosos para desinformar a los m¨¦dicos y el p¨²blico sobre la seguridad y eficacia de sus productos, e incluso promover sus medicamentos para usos inapropiados mediante pagos complementarios innovadores y con ello persuadir a los doctores para que los receten.
Asimismo, la investigaci¨®n promovida por una patente impulsa la opacidad de informaci¨®n, pues las compa?¨ªas solo revelan la informaci¨®n necesaria para adquirir la patente. Sin embargo, la transparencia es crucial para que haya un avance cient¨ªfico efectivo. Muchos economistas, incluidos los autores, han sugerido una variedad de alternativas a la I+D promovida por patentes y comprobaci¨®n que eviten estos problemas.
Si la administraci¨®n Obama logra obligar a India a endurecer sus reglamentaci¨®n de patentes, el cambio no solo da?ar¨ªa al pa¨ªs asi¨¢tico y otros en desarrollo, sino que tambi¨¦n consagrar¨ªa un sistema de patentes manifiestamente corrupto e ineficiente en EE UU, con el que las compa?¨ªas aumentan sus ganancias eliminando a la competencia ¨Cdentro y fuera del pa¨ªs¨C. Despu¨¦s de todo, los medicamentos gen¨¦ricos de India, a menudo, se convierten en la opci¨®n m¨¢s asequible en el mercado estadounidense una vez que han vencido las patentes.
Obama hizo bien en impulsar una reforma a los servicios de salud que resultar¨ªa en un mayor acceso y eficiencia del sector. En sus negociaciones con India, la administraci¨®n Obama est¨¢ emprendiendo una pol¨ªtica que desaf¨ªa estos objetivos, que tiene consecuencias no solo para el India o EE UU, sino para todo el mundo.
Dean Baker es codirector del Centro de Investigaci¨®n Econ¨®mica y de Pol¨ªticas en Washington, DC. Arjun Jayadev es profesor de Econom¨ªa de la Universidad de Massachusetts. Boston es coeditor de la Revista cient¨ªfica ¡°Journal of Globalization and Development¡±. Joseph E. Stiglitz es Premio Nobel de Econom¨ªa, profesor de la Universidad de Columbia, y su libro m¨¢s reciente en coautor¨ªa con Bruce Greenwald, es Creating a Learning Society: A New Approach to Growth, Development, and Social Progress.
Copyright: Project Syndicate, 2015.
Traducci¨®n de Kena Nequiz.
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