Adelantarse al tiempo
Necesitamos m¨¢s conocimiento del impacto de los factores externos en el desarrollo intrauterino
Despu¨¦s de leer en EL PA?S el interesante art¨ªculo No habr¨¢ mil d¨ªas iguales publicado el pasado 16 de enero, referido a los primeros mil d¨ªas de vida de un ni?o (desde la concepci¨®n a los dos a?os), nos gustar¨ªa hacer una referencia a la vida prenatal. Desde nuestra concepci¨®n hasta el nacimiento pasan aproximadamente 280 d¨ªas. Nuestra vida intrauterina es sin lugar a dudas el per¨ªodo de mayor plasticidad, pero tambi¨¦n de mayor fragilidad. Dos c¨¦lulas pasar¨¢n a formar un ser humano, en unas condiciones ¨²nicas, que facilitan una gran cantidad de procesos metab¨®licos y de desarrollo imposibles en la vida extrauterina. El desarrollo fetal es un camino determin¨ªsticamente marcado por nuestra gen¨¦tica, pero extremadamente condicionado epigen¨¦ticamente por el ambiente intrauterino que, a su vez, ser¨¢ reflejo parcial de las condiciones de salud de la madre.
La atm¨®sfera en la que crece el feto se puede ver afectada por condiciones dif¨ªcilmente evitables, como infecciones o accidentes; pero tambi¨¦n por otras que s¨ª pueden ser controladas. Por ejemplo: el estilo de vida (tabaco, alcohol, nutrici¨®n) y las condiciones sociales de la madre.
En muchas ocasiones, esta alteraci¨®n del entorno intrauterino se traducir¨¢ en una disminuci¨®n del crecimiento fetal y/o en el cese prematuro de la gestaci¨®n. Disponemos de bastante informaci¨®n sobre la llamada programaci¨®n fetal y la repercusi¨®n que tienen la prematuridad, la restricci¨®n del crecimiento y otros factores potencialmente controlables por parte de la madre, como el tabaco o la malnutrici¨®n, sobre el desarrollo del feto y sus consecuencias en la vida adulta.
Todav¨ªa necesitamos informaci¨®n m¨¢s espec¨ªfica sobre los efectos que suponen estas alteraciones del ambiente intrauterino en el desarrollo cognitivo, metab¨®lico y social a largo plazo. En nuestro grupo de investigaci¨®n estamos trabajando en el diagn¨®stico precoz. Atendemos especialmente la gestaci¨®n y el parto para poder desarrollar acciones terap¨¦uticas con la mayor precocidad y eficacia posible. En el caso de trastornos graves, y afortunadamente poco frecuentes, estos ni?os deben ser r¨¢pidamente identificados para que puedan recibir lo antes posible acciones de estimulaci¨®n dirigida por profesionales. En la mayor¨ªa de las ocasiones, las consecuencias no son tan manifiestamente graves, por lo que a menudo pasan desapercibidas durante la primera infancia, perdiendo por lo tanto una excepcional ventana temporal de intervenci¨®n.
En estos casos, nuestro objetivo debe ser la detecci¨®n temprana as¨ª como la implicaci¨®n de los padres para que de forma dirigida y precoz trabajen en la estimulaci¨®n de estos beb¨¦s. El grado de reflexividad de las familias determina el nivel de mejora y las expectativas. Alguien puede decir que es una obviedad: aquellos ni?os y ni?as que tienen unos padres m¨¢s preocupados y atentos cuentan con m¨¢s y mejores opciones. Aunque no es tan obvio determinar cu¨¢les son los aspectos a los que hay que prestar atenci¨®n. Pues no se trata de potenciar las relaciones obsesivas ni la hipocondr¨ªa vicaria de los progenitores que abruman a sus v¨¢stagos. En nuestro grupo de investigaci¨®n estamos analizando interdisciplinarmente, adem¨¢s de la dimensi¨®n fisiol¨®gica, cu¨¢les son las condiciones socioecon¨®micas y los rasgos de las familias que mejor responden a los problemas de aquellos beb¨¦s que se adelantan a su tiempo de gestaci¨®n. En estos casos, los mil d¨ªas incluyen en su computo un periodo truncado donde hay que explorar c¨®mo ha sido, cu¨¢les son sus consecuencias y qu¨¦ se puede hacer para mejorar sus condiciones.
A nosotros nos parece fundamental que nuestra sociedad tome en serio los efectos epigen¨¦ticos en la salud y calidad de vida. Es clave la sensibilizaci¨®n sobre el estilo de vida y h¨¢bitos de las embarazadas, as¨ª como la investigaci¨®n sobre las repercusiones de nuestros primeros mil d¨ªas de vida en los prematuros tard¨ªos que suelen quedarse en una tierra difusa. Siempre se habla de la medicina preventiva como el paradigma de salud, empecemos lo antes posible.
Daniel Or¨®s L¨®pez es obstetra del Hospital Cl¨ªnico Universitario de Zaragoza. Chaime Marcuello Serv¨®s es profesor de Trabajo Social de la Universidad de Zaragoza.
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