Homenaje a los esc¨¦pticos
Ni creer ciegamente, ni oponerse a lo nuevo y desconocido por sistema Para evolucionar es necesario verificar y contrastar la informaci¨®n con nuestra experiencia
El sistema sobre el que se asienta nuestra existencia padece en la actualidad una profunda ¡°crisis institucional¡±. La oleada de esc¨¢ndalos y corrupci¨®n ha provocado un sentimiento de frustraci¨®n e impotencia generalizado. La gente se siente enga?ada y estafada. Est¨¢ muy harta de escuchar tantas mentiras. De ah¨ª que cada vez m¨¢s ciudadanos est¨¦n dejando de creer en las organizaciones establecidas.
En medio de este turbulento escenario social, pol¨ªtico y econ¨®mico est¨¢n surgiendo nuevos mensajes y consignas para afrontar con una nueva actitud los cambios que se avecinan. En el ¨¢mbito del crecimiento personal, por ejemplo, palabras como coaching o emprendedor aparecen por todas partes. Se han puesto de moda. Tanto que empiezan a cansar a muchos. Y no es para menos. Parece como si hoy todo el mundo estuviera llamado a ser coach. O que la panacea sea abordar un proyecto o un negocio por su cuenta.
Podemos dar agua,
pero no sed¡± Gerardo Schmedling
Tanto el coaching como la fiebre por crear negocios propios son dos burbujas laborales. Y como tales, tarde o temprano reventar¨¢n. Estudiar un oficio no implica que seamos v¨¢lidos para ejercerlo competentemente. El talento no puede comprarse. Tan solo puede desarrollarse. Principalmente porque viene de serie. No importa lo buenas que sean nuestras intenciones o lo mucho que lo deseemos: el paso del tiempo revela la verdad en forma de resultados emocionales y econ¨®micos. Y estos ponen de manifiesto el grado de sabidur¨ªa o ignorancia desde donde tomamos nuestras decisiones.
Sea como fuere, palabras como las que hemos se?alado anteriormente muestran una nueva tendencia social y laboral imparable. Para verla se ha de leer entre l¨ªneas. Est¨¢n indicando, por un lado, que cada vez m¨¢s personas est¨¢n llegando a una saturaci¨®n de sufrimiento. No en vano, los seres humanos tendemos a salir de nuestra zona de comodidad cuando nuestro nivel de insatisfacci¨®n es mayor a nuestro miedo al cambio.
Para saber m¨¢s
NOVELA
'Un mundo feliz'
Aldous Huxley ( Editorial Debolsillo).En la l¨ªnea de novelas dist¨®picas como 1984, de George Orwell, o Fahrenheit 451, de Ray Bradbury, el autor describe una sociedad futurista en la que se condiciona y narcotiza a las
personas para llevar un estilo de vida privadode libertad y responsabilidad.
PEL?CULA
'JFK'
Oliver Stone.
En esta pel¨ªcula, Kevin Costner interpreta al exfiscal del distrito de Nueva Orleans Jim Garrison, quien en su b¨²squeda de la verdad examinar¨¢ qui¨¦n mat¨® al presidente Kennedy, cuestionando la versi¨®n oficial sobre su asesinato.
As¨ª, una minor¨ªa emergente de la sociedad se encuentra inmersa en una crisis existencial. Y, m¨¢s all¨¢ de su connotaci¨®n negativa, se trata de un proceso de autoconocimiento y transformaci¨®n que lleva a cuestionarse el viejo modo de concebir las cosas y crea la situaci¨®n para abrirse a una nueva forma de comprender la vida. En este caso, a dejar de buscar la felicidad fuera de nosotros mismos para empezar a cultivarla en nuestro interior.
Por otro lado, tambi¨¦n revelan que cada vez m¨¢s profesionales est¨¢n iniciando un proceso de reinvenci¨®n laboral. Debido a la escasez de contratos indefinidos ¨Clos cuales van a menos¨C, las personas que trabajan como aut¨®nomos o freelance no para de crecer. Y viendo que el Estado no es capaz de resolver sus propios problemas financieros, cada vez son m¨¢s los que deciden hacerse cargo de s¨ª mismos laboral y econ¨®micamente, mont¨¢ndoselo por su cuenta.
Cambio del modelo econ¨®mico. Cambio del modelo pol¨ªtico. Cambio del modelo empresarial. Cambio del modelo energ¨¦tico. Cambio del modelo educativo¡ Nos guste o no, la transformaci¨®n ha venido para quedarse. Por m¨¢s que nos resistamos, el sistema est¨¢ inmerso en un gigantesco proceso de metamorfosis cultural. Y las circunstancias actuales son la cris¨¢lida que necesitamos para que los ciudadanos sigamos creciendo y madurando.
Debido a la globalizaci¨®n y a las nuevas tecnolog¨ªas, los cambios van a ser cada vez m¨¢s numerosos y se van a propiciar cada vez m¨¢s r¨¢pido. De ah¨ª que sea fundamental c¨®mo cada uno se enfrenta a lo diferente y lo desconocido. De la actitud que adoptemos individualmente frente a lo nuevo depender¨¢ la direcci¨®n en la que evolucionemos como sociedad.
Se cuenta que un importante catedr¨¢tico universitario oy¨® hablar de un sabio que acababa de llegar a la ciudad para impartir durante una temporada unos cursos de autoconocimiento. Con el tiempo empez¨® a cansarse de escuchar por todas partes a personas hablando sobre lo novedosas que eran las ense?anzas del supuesto erudito. Al considerarse una persona ¡°esc¨¦ptica y de mente cient¨ªfica¡±, alegaba que el desarrollo personal no era m¨¢s que ¡°una sarta de chorradas para gente desesperada y sin criterio¡±.
Finalmente, harto de o¨ªr su nombre y movido por la curiosidad, el catedr¨¢tico concert¨® una cita con aquel sabio. Y una vez en su despacho, le dijo con soberbia: ¡°Te concedo diez minutos para que me hagas un resumen de tus ense?anzas¡±. Y el sabio, con tranquilidad, le contest¨®: ¡°Perm¨ªteme que antes te invite a una taza de t¨¦¡±.
Por m¨¢s que te explique a qu¨¦ sabe el fruto de los baobabs, no lo sabr¨¢s hasta que lo pruebes por ti mismo¡± Proverbio malgache
Seguidamente, empez¨® a llenar la taza del catedr¨¢tico. Y una vez llena, sigui¨® sirvi¨¦ndole hasta que el t¨¦ se desbord¨® de la taza, derram¨¢ndose sobre la mesa. Molesto, el erudito estall¨® en gritos: ¡°Pero ?qu¨¦ haces, necio? ?Acaso no ves que la taza est¨¢ llena y que no cabe nada m¨¢s en ella?¡±. Sin perder la compostura, el sabio le respondi¨®: ¡°Por supuesto que lo veo. Y de la misma manera veo que tu mente est¨¢ demasiado llena de prejuicios. A menos que la vac¨ªes un poco, no puedo ense?arte nada nuevo¡±.
Frente a cualquier idea que desaf¨ªe nuestro statu quo intelectual, es importante no confundir la arrogancia con el escepticismo. M¨¢s que nada porque el arrogante no suele plantearse nuevos interrogantes porque cree que cuenta con todas las respuestas, erigi¨¦ndose como portavoz de la verdad. Reconocer que no sabe, o que puede estar equivocado, es demasiado doloroso para su ego. As¨ª es como va encerr¨¢ndose en una c¨¢rcel intelectual, construida a base de creencias.
Por m¨¢s seguridad que aparente, la arrogancia es una fachada que suele esconder un profundo miedo al cambio. As¨ª, el presuntuoso hace todo lo posible para no modificar su postura r¨ªgida y est¨¢tica frente a la vida. Le cuesta ser autocr¨ªtico y cuestionarse a s¨ª mismo. De ah¨ª que cuando entra en contacto con informaci¨®n nueva se sienta molesto y amenazado. Por eso tiende a ridiculizar, demonizar e incluso a oponerse violentamente cada vez que escucha ideas diferentes a las suyas.
El quid de la cuesti¨®n es que la petulancia es una actitud ineficiente e insostenible que limita la capacidad de ver y comprender las cosas desde una nueva perspectiva. Desde un punto de vista biol¨®gico es antinatural, pues nos impide evolucionar psicol¨®gicamente como seres humanos. Por el contrario, la humildad de reconocer que no sabemos y que estamos dispuestos a aprender nos permite desarrollar un sano y constructivo escepticismo. Es decir, la actitud de explorar aquello que se desconoce para expandir la comprensi¨®n y entendimiento.
As¨ª, es esencial estar abiertos a lo nuevo, pero sin creer nada de lo que nos digan, veamos o leamos, incluyendo, por supuesto, el contenido de este art¨ªculo. Es m¨¢s, hemos de analizar, cuestionar y contrastar detenidamente toda la informaci¨®n que llega desde el exterior. Y, en la medida de lo posible, verificarla a trav¨¦s de la propia experiencia. Para adoptar una postura cr¨ªtica frente a la realidad es imprescindible comenzar por ser autocr¨ªtico, cuestionando el n¨²cleo desde donde procede nuestra forma de pensar. El mayor obst¨¢culo para evolucionar como seres humanos y progresar como sociedad es apegarse a nuestro actual sistema de creencias. Es hora de cuestionarnos nuestro modo de vivir. ?Qui¨¦n da el primer paso?
Si tu madre te dice que
te quiere, verif¨ªcalo¡± Arnold Dornfield
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