Responsabilidad social: el ¨²ltimo disfraz de la industria del tabaco
Un estudio acusa a las empresas de esconder bajo iniciativas de solidaridad corporativa estrategias para ganar mercado en los pa¨ªses en desarrollo
Becas escolares en Uganda financiadas por British American Tobacco (grupo empresarial al que pertenecen las marcas Lucky Strike, Pall Mall o Dunhill). Donaciones, ampliamente publicitadas, de equipos para diagnosticar anemia falciforme en ni?os ¨Cuna enfermedad hereditaria especialmente presente en zonas de ?frica- en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo.
Las iniciativas relacionadas con la responsabilidad social corporativa que, en realidad, encubren? campa?as de publicidad o de presi¨®n pol¨ªtica, se est¨¢n convirtiendo en ¡°un aspecto central en la estrategia empresarial de las cuatro grandes [las compa?¨ªas que controlan la industria del tabaco]¡± dirigida a reforzar su actividad en los pa¨ªses con rentas medias o bajas, los ¨²nicos mercados donde sigue creciendo el consumo de tabaco.
Un mundo (casi) sin tabaco en 2040
Un mundo sin tabaco ser¨ªa posible en 2040 si los pa¨ªses tomaran la determinaci¨®n de combatir por todos los medios a su alcance el consumo de cigarrillos, seg¨²n plantea un grupo de expertos en salud p¨²blica en uno de los art¨ªculos que The Lancet dedica esta semana a analizar la lucha contra el tabaquismo.
Este concepto no se refiere a la eliminaci¨®n total del tabaco, sino a limitar el h¨¢bito hasta dejarlo en un residual 5% entre la poblaci¨®n adulta.
"Solo con el compromiso total de los Gobiernos, de las agencias internacionales, como la OMS o la ONU, y de la sociedad civil el objetivo es alcanzable", sostiene Robert Beaglehole, de la Universidad de Aukland (Nueva Zelanda), uno de los autores del art¨ªculo.
El mismo trabajo plantea que, de no tomarse las adecuadas medidas de restricci¨®n y prevenci¨®n del consumo, durante este siglo morir¨¢n 1.000 personas por causas relacionadas directamente con el tabaco. M¨¢s del 80% de estas v¨ªctimas ser¨¢n de pa¨ªses en desarrollo.
Esta es una de las conclusiones que recoge un estudio, elaborado por especialistas en salud p¨²blica y tabaquismo de las universidades de Bath (Reino Unido), Marquette (Milwakee, EE UU), California (San Francisco, EE UU ), y la American Cancer Society. El trabajo, que publica The Lancet, hace referencia a las actividades de British American Tobacco, pero tambi¨¦n a las otras tres firmas que controlan el negocio del tabaco en el mundo ¨Csalvo en China-: Philip Morris International (Marlboro, L&M); Japan Tobacco International (Winston, Camel) e Imperial Tobacco (Gauloises, Fortuna, Ducados).
Los especialistas describen c¨®mo las compa?¨ªas explotan en su beneficio las deficiencias que existen en los endebles sistemas sanitarios, educativos o sociales de estos pa¨ªses para ofrecer sus recursos (subvenciones, patrocinios). Gracias a estas estrategias, a?aden, tratan de influir en los ¨¢mbitos de poder donde se toman las decisiones, pero adem¨¢s trasladan sus mensajes desde una posici¨®n m¨¢s amable de la que les ofrece la publicidad convencional. El peso de la publicidad en el negocio es de sobra conocido. La expresidenta de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), Gro Harlem Brundtland, ya defini¨® hace unos a?os la dependencia del tabaco como "una enfermedad que se transmite por la publicidad, el marketing y el patrocinio¡±.
A trav¨¦s de estos mecanismos, la industria se dirige a sus principales objetivos. Por un lado, a los menores (las becas o la subvenci¨®n de actividades l¨²dicas dirigidas a la poblaci¨®n m¨¢s joven). Por otro, las mujeres. El informe destaca los esfuerzos en normalizar la imagen de las fumadoras y describe las actividades dirigidas a conseguirlo, como, por ejemplo la marcha de mujeres organizada por la Compa?¨ªa de Tabaco del Congo con ocasi¨®n del D¨ªa de la Mujer en Goma (Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo), en la que buena parte de ellas fumaban mientras desfilaban.
Los investigadores recuerdan que, ante las limitaciones legales y el declive que sufre el consumo de tabaco en occidente -especialmente entre los hombres-, el futuro de la industria depende del aumento del h¨¢bito y las ventas en los pa¨ªses en desarrollo, en especial ?frica y Asia. De mantenerse las tendencias actuales, de los 8,3 millones de muertes que se registrar¨¢n en 2030 relacionadas con el tabaquismo, 6,8 tendr¨¢n lugar en pa¨ªses en desarrollo.
El art¨ªculo forma parte de una serie de trabajos que publica la revista The Lancet , de cara a la Conferencia Mundial Tabaco o Salud, el mayor encuentro de Gobiernos, instituciones sanitarias, centros de investigaci¨®n y organizaciones no gubernamentales que trabajan contra el tabaquismo, que se celebra la semana que viene en Abu Dhabi (Emiratos ?rabes).
Otro de los art¨ªculos que publica la revista cient¨ªfica se detiene en el caso de China, y las preocupaciones que despierta entre la comunidad sanitaria internacional por la elevada prevalencia del tabaquismo, con 300 millones de fumadores. Este pa¨ªs tiene la particularidad de que el negocio est¨¢ en manos de la Compa?¨ªa Nacional China de Tabaco. Es decir, tanto la puesta en marcha de medidas de control de la distribuci¨®n, la venta y la prevenci¨®n del consumo, como los beneficios del negocio, est¨¢n en las mismas manos: el Estado. De ah¨ª la petici¨®n de los especialistas en separar estos dos aspectos para proteger las medidas que ya se est¨¢n tomando (la prohibici¨®n de fumar en espacios p¨²blicos, por ejemplo) frente a las presiones de la industria, en este caso, estatal.?
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