El sue?o de recrear el cerebro humano recibe un ba?o de realismo
El megaproyecto europeo de 1.000 millones deber¨¢ reformarse por completo tras dos severos informes que critican sus "expectativas poco realistas"
Ten¨ªa que ser como el programa Apolo que llev¨® a la humanidad a la Luna, un resorte para impulsar la ciencia que lograra emocionar a la ciudadan¨ªa, pero se ha convertido en un quebradero de cabeza para Bruselas. Cuando apenas ha empezado a andar, el Human Brain Project (Proyecto Cerebro Humano, HBP), que promet¨ªa simular mediante supercomputaci¨®n toda la complejidad del cerebro humano, ha recibido un severo ba?o de realismo. Despu¨¦s de que cientos de neurocient¨ªficos se alzaran en armas contra el dise?o del megaproyecto ¡ª1.000 millones en 10 a?os¡ª, dos informes han se?alado las carencias de una apuesta tit¨¢nica que entusiasm¨® m¨¢s a los pol¨ªticos que a los cient¨ªficos. El proyecto debe reformularse de arriba abajo.
Los responsables del HBP y la Comisi¨®n Europea exageraron los objetivos y los posibles logros", dice el documento
El HBP convenci¨® a la Comisi¨®n Europea para ser uno de los dos buques insignia?(junto al grafeno) de la ciencia durante una d¨¦cada ¡ªCiencia m¨¢s all¨¢ de la ficci¨®n se llamaba el concurso¡ª, para obtener todo el apoyo econ¨®mico, pol¨ªtico y cient¨ªfico que fuera posible. En aquellos d¨ªas, a comienzos de 2013, el ambicioso plan era f¨¢cil de resumir: al cabo de diez a?os, podr¨ªamos disfrutar de un cerebro humano, en toda su inabarcable y misteriosa complejidad, recreado con los supercomputadores m¨¢s potentes y eficientes dise?ados hasta la fecha. Un hito que nos llevar¨ªa a una nueva era de la inform¨¢tica y que acercar¨ªa la cura de importantes enfermedades mentales.
"El HBP aborda unos objetivos muy ambiciosos a largo plazo, que no se pueden conseguir en el plazo previsto y con los recursos financieros disponibles", zanja el informe reci¨¦n presentado por un grupo de expertos, propios y ajenos al proyecto, que pretend¨ªa supervisar de forma independiente su situaci¨®n real. Las conclusiones de estos mediadores son un gran chasco para aquellos que esperaban resultados de ciencia ficci¨®n: "Los pronunciamientos de los responsables del HBP y la Comisi¨®n Europea exageraron los objetivos y los posibles logros". Los expertos aseguran que se suscitaron expectativas poco realistas, como herramientas para la simulaci¨®n predictiva del cerebro humano que permitieran la comprensi¨®n de sus funciones o el diagn¨®stico y tratamiento de enfermedades neurodegenerativas. "Esto dio lugar a una p¨¦rdida de credibilidad cient¨ªfica del HBP", critican los mediadores.
Los estudios llegan despu¨¦s de que cientos de neurocient¨ªficos se rebelaran contra la gesti¨®n del proyecto
Este informe se encarg¨® despu¨¦s de que varios centenares de neurocient¨ªficos europeos escribieran en verano una dura carta a la Comisi¨®n en la que reclamaban cambios dram¨¢ticos en los objetivos y la gobernanza del HBP, con la amenaza de boicotear sus progresos en caso de ser ignorados. "Estas conclusiones vienen a confirmar que ten¨ªamos raz¨®n", defiende satisfecho Juan Lerma, director del Instituto de Neurociencias. Lerma fue uno de los impulsores de aquella carta y tambi¨¦n uno de los cient¨ªficos que apoyaban el germen del HBP.
Uno de los principales problemas surgidos en este tiempo ha sido la forma de gestionar el proyecto, con una estructura piramidal y opaca, dirigida por un triunvirato que actuaba como juez y parte, repartiendo fondos y dirigiendo los grupos que los recib¨ªan: "La gesti¨®n y coordinaci¨®n del proyecto cient¨ªfico no se realiza con el suficiente rigor", sentencia el informe de los mediadores, para se?alar despu¨¦s que las tareas est¨¢n mal definidas, que los grupos est¨¢n mal comunicados y que la asignaci¨®n de presupuestos es "poco coherente y transparente". La financiaci¨®n de la Comisi¨®n pas¨® de ser 100 millones anuales a 50 anuales m¨¢s otros 50 que deb¨ªan conseguirse de los gobiernos nacionales.
Un CERN para el cerebro
Adem¨¢s, el informe de evaluaci¨®n de la Comisi¨®n, planeado para este momento de arranque del proyecto, coincide en casi todos los tirones de orejas con el de los mediadores. "Los procesos de gobierno y toma de decisiones necesitan cambios para asegurar que son sencillos, justos y transparentes", afirma, para hablar m¨¢s adelante de "expectativas poco realistas".
Como recuerda Lerma, la direcci¨®n del HBP ya se ha "descabalgado", un mes antes de la publicaci¨®n del informe, como respuesta a las muchas cr¨ªticas. Encima de la mesa est¨¢ la creaci¨®n de un gran organismo europeo de investigaci¨®n del cerebro, como el CERN en f¨ªsica, para coordinar el proyecto (y otros futuros). Adem¨¢s, el HBP ha hecho suyas las conclusiones de los mediadores, como asegura el espa?ol Javier de Felipe, director de una de las ramas del proyecto. "Hemos aceptado los cambios planteados tras discutirlo internamente. Asumimos las recomendaciones y ya se ha cambiado la direcci¨®n".
Asumimos las recomendaciones y ya se ha cambiado la direcci¨®n", admite De Felipe
Y a?ade: "En gran parte se debe a problemas de comunicaci¨®n, al levantar expectativas excesivas cuando esto se trata de estudiar mejor el cerebro y sus enfermedades, y de llevar ese conocimiento a la mejora de la computaci¨®n. No era realista lo planteado a 10 a?os vista", asegura De Felipe, investigador del Instituto Ram¨®n y Cajal. "Es frustrante", lamenta, "que todo lo que recibamos son cr¨ªticas y que no se haga ¨¦nfasis en todo lo que se ha conseguido con cientos de laboratorios implicados". El neurocient¨ªfico atiende por tel¨¦fono desde Londres donde est¨¢n reunidos para coordinar c¨®mo hacer modelos con los datos que se est¨¢n generando.
Los problemas no son solo de gobernanza: hay pegas de mucho contenido cient¨ªfico, como la decisi¨®n de dejar fuera a la rama cognitiva de la neurociencia, que estudia el proceso mental de procesamiento de la informaci¨®n, o evitar investigar en animales intermedios (roedores y primates no humanos) antes de aventurarse a reconstruir el cerebro humano, el m¨¢s complejo que existe. "Est¨¢n tratando de cambiar por completo el rumbo de un trasatl¨¢ntico, es dif¨ªcil pero no imposible", sugiere Miguel Maravall, investigador del CSIC y otro de los firmantes de la carta a la Comisi¨®n.? "En Bruselas se dejaron llevar por el entusiasmo en su apuesta por proyectos arriesgados, locos, estimulantes", explica Maravall, "luego llegaron las matizaciones".
La evidencia ¨²ltima es que la neurociencia est¨¢ todav¨ªa en una fase demasiado preliminar del cerebro humano como para plantear objetivos tan ambiciosos como entender por completo su funcionamiento en una d¨¦cada. "Estamos a mucha distancia de otras disciplinas, el conocimiento del cerebro no es como el del c¨¢ncer, por ejemplo", explica Lerma. "No se est¨¢ descafeinando el proyecto, es simplemente poner los pies en el suelo. No se puede ir a la Luna si no se tienen los equipos necesarios. Ellos estaban planteando llegar a la Luna con la tecnolog¨ªa de hace 70 a?os".
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