El alucinante hombre de Altamura
Tras 20 a?os de olvido, un equipo cient¨ªfico recupera para la ciencia uno de los restos neandertales m¨¢s espectaculares del mundo
S¨®lo un pu?ado de personas en todo el mundo ha tenido el privilegio de mirarle cara a cara. En 1993, un equipo de espele¨®logos buscaba nuevas cuevas cerca de Altamura, una ciudad de unos 70.000 habitantes en el sur de Italia, muy cerca del tac¨®n de la bota que forma la pen¨ªnsula. Tras bajar por una chimenea vertical de unos 15 metros encontraron tres pasillos. El del centro ten¨ªa unos 20 metros de largo. Cuando entraron, las l¨¢mparas de carburo iluminaron las paredes cubiertas de huesos de animales atrapados entre estalactitas y estalagmitas. Al final del pasillo hab¨ªa una peque?a c¨¢mara donde, desde una columna de material calc¨¢reo, los exploradores descubrieron la alucinante calavera del hombre de Altamura, uno de los f¨®siles humanos m¨¢s espectaculares del mundo.
Los cient¨ªficos que bajaron a la cueva siguiendo a los espele¨®logos tomaron algunas fotograf¨ªas, v¨ªdeos y describieron sucintamente el hallazgo. Probablemente, dijeron, se trataba de un hombre adulto que cay¨® a un pozo en el que hab¨ªa multitud de animales muertos. Sobrevivi¨® a la ca¨ªda, pero qued¨® paralizado y acab¨® muri¨¦ndose de hambre. No sab¨ªan de qu¨¦ especie era ni tampoco cu¨¢ndo vivi¨®. S¨ª comprobaron que bajo el cr¨¢neo, tambi¨¦n sepultados en una tumba de mineral, hab¨ªa muchos otros huesos del mismo individuo, imposibles de sacar sin da?ar el extra?¨ªsimo conjunto.
Creemos que es el esqueleto m¨¢s completo y antiguo de un neandertal
Poco despu¨¦s el hombre de Altamura se convirti¨® en un ¡°monumento intocable¡±. Las autoridades locales y regionales decidieron restringir la entrada a la cueva de Lamalunga y el excepcional hallazgo cay¨® en el m¨¢s injusto de los olvidos, recuerda Giorgio Manzi, investigador de la Universidad de Roma La Sapienza. Ahora, m¨¢s de 20 a?os despu¨¦s del descubrimiento, este paleoantrop¨®logo italiano lidera un nuevo proyecto cient¨ªfico para intentar averiguar qui¨¦n era el hombre de Altamura.
Manzi y otros investigadores han vuelto a bajar a la cueva y, con la ayuda de un brazo rob¨®tico, han extra¨ªdo un peque?o fragmento del om¨®plato del hom¨ªnido. David Caramelli, experto en gen¨¦tica de la Universidad de Florencia y colaborador de Manzi, perfor¨® el hueso con un taladro y envi¨® un poco de polvo a su amigo Carles Lalueza-Fox. Este paleoantrop¨®logo espa?ol hab¨ªa sido uno de los expertos capaces de secuenciar el genoma del neandertal y ahora deb¨ªa intentar extraer algo de ADN de este f¨®sil. Era un m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa pues, a juzgar por las pocas fotos y v¨ªdeos grabados del cr¨¢neo, este humano pod¨ªa tener hasta 400.000 a?os, una eternidad que suele aniquilar todo rastro de material gen¨¦tico. Mientras, otro equipo de Australia analiz¨® una de las peque?as formaciones calc¨¢reas que hab¨ªa encima del hueso para intentar datarlo.
Los resultados, publicados recientemente en el Journal of Human Evolution, arrojan unos resultados espectaculares. El hombre de Altamura vivi¨® hace entre 130.000 y 172.000 a?os y su ADN demuestra que sin duda era un neandertal. ¡°Creemos que es el esqueleto m¨¢s completo y antiguo de un neandertal y adem¨¢s se trata del ADN m¨¢s antiguo de esta especie que se ha obtenido nunca¡±, resalta Caramelli. La cueva ha actuado como una c¨¢psula del tiempo, aunque a¨²n no se sabe si podr¨¢ rescatarse suficiente ADN como para responder todas las preguntas que quedan abiertas.
La resurrecci¨®n cient¨ªfica del hombre de Altamura tambi¨¦n ha removido la cuesti¨®n de qu¨¦ hacer con este tipo de hallazgos. Un oc¨¦ano de tiempo y el goteo lento del agua han cubierto parte del cr¨¢neo y el resto del esqueleto con peque?as formaciones calc¨¢reas en forma de coral hasta convertirlo en un ejemplar ¨²nico. Los cient¨ªficos creen que si se sacan los restos pueden responder muchas m¨¢s preguntas sobre los neandertales, una especie tan cercana a la nuestra que llegamos a tener hijos f¨¦rtiles con ellos antes de que se extinguieran, hace unos 30.000 a?os. Pero para hacerlo deben destruir parte del conjunto.
Un caso complejo
Manzi reconoce que hay pol¨ªticos regionales y locales y tambi¨¦n parte de la sociedad que siguen viendo al hombre de Altamura como un monumento y apoyan dejarlo tal y como est¨¢. A su equipo le interesa sobre todo el cr¨¢neo, que, por su antig¨¹edad y conservaci¨®n, es ¨²nico en Europa. Pero para estudiarlo habr¨ªa que extraerlo de la gran columna de calcita en la que est¨¢ sepultado y despu¨¦s eliminar los bultos que lo recubren con un vibroincisor, un martillo hidr¨¢ulico en miniatura que hay que manejar con destreza para no da?ar el f¨®sil y que no limpia del todo las impurezas, explica Antonio Rosas, experto en neandertales del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC). Para este experto, que tambi¨¦n ha participado en el rescate de f¨®siles de neandertales asturianos para la secuenciaci¨®n del genoma neandertal, ¡°si se saca este f¨®sil dejar¨¢ de ser ¨²nico¡± para convertirse en ¡°un neandertal m¨¢s¡±.
Los coordinadores cient¨ªficos del proyecto no tienen dudas. ¡°El ¨²nico modo de conocer bien los restos es estudiarlos y para hacerlo hay que sacarlos¡±, resume Manzi. ¡°Es posible extraer los huesos sin destruirlos, si no nos arriesgamos a pasar otros 20 a?os sin que la comunidad cient¨ªfica pueda estudiar estos restos y, peor a¨²n, la cueva podr¨ªa quedar cerrada por movimientos de tierra y los perder¨ªamos para siempre¡±, expone Caramelli. La opci¨®n de convertir el yacimiento en un museo es imposible, dada su inaccesibilidad, por eso quieren sacar parte de los huesos y exhibirlos en un centro especializado en la misma Altamura.
Manzi y Caramelli ya tienen un plan detallado para estudiar el estado de conservaci¨®n y microclima de la cueva y despu¨¦s extraer parte de los f¨®siles, siempre con el permiso de las autoridades locales y de la regi¨®n de Puglia. No ser¨¢ antes de un a?o y quiz¨¢s se tarden dos o m¨¢s, pero es viable, dice Manzi. Al fin y al cabo, se?ala, el trabajo no es tan dif¨ªcil como el que ya se ha hecho en Sud¨¢frica para rescatar a Little Foot, un f¨®sil engastado en roca m¨¢s dura que hace apenas unas semanas puso patas arriba el ¨¢rbol geneal¨®gico de todos los humanos.
Un tesoro dif¨ªcil de rescatar
"Sin duda este es el f¨®sil m¨¢s dif¨ªcil de sacar de su tumba", opina Carles Lalueza-Fox, investigador de la Universidad Pompeu Fabra y el CSIC. Este experto consigui¨® recuperar un peque?o fragmento de ADN mitocondrial del hombre de Altamura. Este tipo de ADN lo legan las madres a los hijos, por lo que permite aclarar solo la mitad del linaje de este individuo. Por ahora, lo poco que muestra es que es un ADN "caracter¨ªstico de los neandertales", dice Lalueza-Fox. El hombre de Altamura se ha convertido gracias a este estudio en un importante punto medio entre los pobladores de Atapuerca (Burgos) de hace unos 400.000 a?os, los hom¨ªnidos m¨¢s antiguos de los que se ha podido rescatar ADN, y las poblaciones posteriores que vivieron hace unos 50.000 en Asia y Europa. Para saber m¨¢s detalles, hace falta m¨¢s ADN, a ser posible del n¨²cleo de la c¨¦lula, donde se encuentra el grueso del genoma. Caramelli asegura que ya han rescatado otros dos fragmentos de hueso y que intentar¨¢n extraer de ellos m¨¢s material gen¨¦tico.
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