?Ya no somos vuestras perras!
'Girlhood', la nueva peli de C¨¦line Sciamma, reflexiona sobre la identidad de la mujer afroamericana. ?Y si los nuevos iconos de whatsapp no fueran algo nimio?
La francesa C¨¦line Sciamma retoma el tema que define su filmograf¨ªa: personajes femeninos de diferentes edades en conflicto por su identidad. Si en Tomboy (2011) la protagonista era una ni?a preadolescente, en Girlhood es Marieme, una chica negra de los suburbios de Par¨ªs en plena adolescencia. No es casualidad que la cinta comience en un campo de f¨²tbol americano, pues a lo largo de la pel¨ªcula la adolescencia es presentada como una lucha, no solo metaf¨®ricamente. Estamos en la periferia de Par¨ªs, donde las peleas entre bandas son frecuentes y ganar estatus dentro del grupo exige un comportamiento violento.
En los planos interiores, Sciamma se sit¨²a cerca de su personaje, casi siempre rode¨¢ndola mediante tomas laterales sobre todo de espaldas, cuando se encuentra en soledad, como queriendo transmitir esa necesidad de Marieme de liberarse de la opresi¨®n que ejerce sobre ella la familia. La directora emplea largos planos y un suave zoom: la c¨¢mara reflexiona sobre el lugar que ocupa Marieme en el mundo. Se suaviza la crom¨¢tica, con tonos pastel que son el contrapunto a esos fundidos en negro que salpican la pel¨ªcula y a la propia dureza que caracterizan tanto su entorno como sus relaciones familiares. Pero hay peque?os instantes de luz, donde Marieme y su banda de chicas parecen aislarse del entorno para centrarse solo en ellas. En definitiva, la emancipaci¨®n a trav¨¦s del grupo.
Interesante, como siempre en el cine de Sciamma, el uso narrativo que le otorga a las formas de vestir de sus protagonistas. Si la ropa le serv¨ªa al principio de Girlhood a Marieme para reafirmar su identidad femenina, al final de la pel¨ªcula la vestimenta funciona justo para lo contrario: ropa m¨¢s ancha, pantalones rectos y sudaderas funcionan como un disfraz con el que pasar desapercibida en un mundo sometido y controlado por figuras masculinas.
Y pienso en que hace pocos d¨ªas que por fin pudimos mandar iconos que representaban a personas negras por whatsapp. Algo en principio tan nimio como esto, un emoticono de una mujer negra en un chat, sirve para enviar el mismo mensaje: ni la sociedad francesa (en este caso), ni el pop, ni el cine son, desde hace mucho tiempo, exclusiva masculina. ¡°?Ya no somos m¨¢s vuestras perras!¡±, pronuncia uno de las chicas de la peli despu¨¦s de ser derrotada en una pelea y tras haber perdido la confianza de los chicos de su entorno.
Para el recuerdo, una escena donde suena Rihanna bajo un fondo azul el¨¦ctrico. Ella evoca de alg¨²n modo a otros grupos de mujeres negras que triunfaron en los sesenta, como The Supremes, The Chiffons o The Marvelettes. Esa ¨¦poca, cuando el cine de bandas representaba a j¨®venes blancos estadounidenses como en Rebeldes (Francis Ford Coppola, 1983) hoy es relevada por Girlhood. C¨¦line Sciamma trae a primer plano a cuatro mujeres, j¨®venes y negras, y manda el mensaje de que el cine ya no es solo cuesti¨®n de blanquitos. Eso es. Ya no somos m¨¢s vuestras perras.
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