Acoso inmobiliario en la Milla de Oro de Madrid
Doce inquilinos habitan un exclusivo edificio de la capital, entre ellos est¨¢ el entrenador del Real Madrid. Solo un comercio y una sastrer¨ªa rompen el dise?o y pelean con los due?os en los juzgados
Las marcas prime no quieren a su lado compa?¨ªas de medio tama?o. O dicho de otro modo, a los ricos les gusta estar acompa?ados de otros ricos. Esa deducci¨®n que puede parecer socialmente reprobable es moneda corriente en el sector inmobiliario y sirve tanto para el vecindario como para los locales comerciales. De ah¨ª el trasfondo de una singular batalla legal (y no tan legal) que mantienen desde hace tres a?os los propietarios de un edificio de viviendas de superlujo en Madrid con una sastrer¨ªa. La disputa aflora de vez en cuando a los medios de comunicaci¨®n y se celebra en pleno coraz¨®n de Madrid, a la vista de la Puerta de Alcal¨¢, en uno de los rincones de mayor valor hipotecario de la capital. Naturalmente, el mero conocimiento de la n¨®mina de celebrities que habitan o son propietarios de las viviendas le ha dado al conflicto un toque entre el glamour y la lucha de clases.
Quiz¨¢s un conflicto entre casero e inquilino no alcanzar¨ªa tanta repercusi¨®n si no fuera porque entre los 12 exclusivos habitantes del edificio de siete plantas est¨¢ Carlo Ancelotti, entrenador del Real Madrid, hecho irrefutable ya que su mujer ha dado una exclusiva para mostrar su lujosa casa. Del resto de vecinos no se sabe nada. Se ha publicado que Villar Mir (due?o de OHL) posee m¨¢s de una de esas viviendas, junto con la familia Gerv¨¢s (propietaria de Mahou), Alberto Cortina, el financiero venezolano Juan Carlos Escotet, presidente de Novagalicia, y hasta se lleg¨® a rumorear que el piloto de f¨®rmula 1 Fernando Alonso estaba entre los propietarios. Salvo el caso de Ancelotti en condici¨®n de alquilado, la identidad de ning¨²n otro vecino est¨¢ comprobada. Y es normal: en ese tipo de inmuebles la discreci¨®n absoluta es la norma. Salvo la presencia de escoltas en la calle y la entrada de veh¨ªculos de alta gama en el aparcamiento, no hay m¨¢s pistas de sus moradores. La privacidad alcanza a los cristales tintados del portal: lo que se cuece en el interior est¨¢ vedado.
El edificio, de porte se?orial, que linda entre las calles Alcal¨¢ y Serrano y vuelca su fachada principal a la Puerta de Alcal¨¢, observa esa est¨¦tica minimalista que parece est¨¢ de moda entre los ricos, seg¨²n la cual todo lo que se ofrece al exterior tiene un toque austero, sereno, recatado, como si fuera de mal gusto exteriorizar riqueza en tiempo de crisis. En el hall no hay un solo detalle vegetal, las paredes son grises y el suelo neutro, la luz escasea; a un lado, en una recepci¨®n oscura, soporta el tedio un vigilante delante de un par de pantallas: ni siquiera est¨¢ uniformado, viste como si estuviera de luto. La riqueza se muestra intramuros.
El inmueble alberga en sus bajos una coqueta cafeter¨ªa estilo parisiense, una peque?a sucursal de banca privada para ahorradores con varios ceros y una sastrer¨ªa, Trajes Guzm¨¢n para m¨¢s se?as, que ofrece trajes a medida, ¡°moda nupcial de caballero y trajes de etiqueta¡±. Y ah¨ª est¨¢ el problema. Desde 2012 se suceden 15 procedimientos judiciales y 7 expedientes administrativos que han conducido a que la piscina interior instalada en el ¨¢tico (junto al spa y el gimnasio) est¨¦ llena de tierra porque es ilegal (denuncia de los Guzm¨¢n) o a que la sastrer¨ªa no disponga de aire acondicionado desde hace tres a?os. ¡°La gente se ha tenido que cambiar de ropa con 5 grados en invierno¡±, dice el abogado de los sastres, Pedro Pablo Fern¨¢ndez. ¡°Es un caso claro de acoso inmobiliario¡±.
Trajes Guzm¨¢n pertenece a dos hermanos, que prefieren que no se divulguen sus nombres de pila, y dispone de tres tiendas en Madrid. ¡°No hemos heredado un negocio, empezamos de cero y damos trabajo a unas 40 personas¡±, dice el mayor. ¡°Nos estamos gastando mucho dinero en abogados y eso impide nuestro crecimiento, pero es una cuesti¨®n de dignidad. No nos vamos a rendir. No vamos a dejar que nos pisen. Estamos solteros y podemos aguantar¡±. En su relato de sucesos, hay percances de todo tipo: boquetes en las paredes hechos con nocturnidad, cortes de luz en los momentos de mayor afluencia de clientes, tapiado de su puerta de emergencia con chapas met¨¢licas y ladrillo, hasta que finalmente el juzgado les ha dado la raz¨®n, como en el caso del aire acondicionado.
La otra parte, los propietarios de un inmueble escriturado en 40 millones y cuyas obras de acondicionamiento costaron otros 20, quiere ahora mantenerse al margen. Seg¨²n Javier Ill¨¢n, presidente del grupo Millenium, ni el edificio ni mucho menos los vecinos tienen que ver con esta ri?a. ¡°Es un asunto que compete a la empresa propietaria de los locales comerciales¡±, sostiene. Pero esa empresa, Locales Independencia S.L., est¨¢ relacionada societariamente con el grupo Millenium, seg¨²n el abogado de los Guzm¨¢n.
En unas semanas, los Guzm¨¢n podr¨¢n disfrutar del aire acondicionado en su local, pero la batalla no habr¨¢ terminado. Tienen contrato hasta el 2020 y piensan resistir, a pesar de que ahora les amenacen con triplicar su alquiler, hasta los 30.000 euros mensuales. Por asfixiar que no quede.
Que un conflicto tan enconado no haya acabado en un acuerdo parece inexplicable, a juicio de expertos consultados. Cabr¨ªa pensar que una sastrer¨ªa reconocida (han recibido el premio Dedal de Oro en 2014) no es un tipo de actividad impropia de un inmueble de categor¨ªa, pero la explicaci¨®n de los expertos difiere. ¡°Trajes Guzm¨¢n no es una marca prime¡±. O, dicho de otro modo: una marca de lujo solo se pone al lado de otra marca de lujo. As¨ª es la vida en la Milla de Oro.
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