Un puente a¨¦reo para salvar a cien rinocerontes a la desesperada
?frica lucha contrarreloj contra a los furtivos que matan m¨¢s de tres rinocerontes al d¨ªa
La situaci¨®n es tan desesperada que casi cualquier soluci¨®n vale para salvar a cuantos rinocerontes sea posible. En los 120 que van del 1 de enero al 30 de abril, los furtivos han acabado con la vida de 393 ejemplares s¨®lo en Sud¨¢frica ¡ªm¨¢s de tres diarios¡ª, la mayor¨ªa de ellos en el m¨ªtico Parque Kruger. Estos n¨²meros indican que la caza de rinocerontes ha crecido un 18% con respecto a esos mismos cuatro meses de 2014, un a?o en el que ya se hab¨ªan batido todos los r¨¦cords: 1.215 ejemplares abatidos frente a los 1.004 de 2013. En este sangriento escenario, autoridades y organizaciones conservacionistas est¨¢n decididas a hacer lo que sea, incluso gastar cientos de miles de euros para pagarle a los rinocerontes amenazados un car¨ªsimo vuelo hacia la salvaci¨®n.
Sud¨¢frica, donde reside buena parte de los escasos 25.000 rinocerontes que quedan en todo el continente, est¨¢ desbordada. Y acepta cualquier propuesta que salve a los animales. Por ejemplo, venderle ejemplares que viv¨ªan en el Kruger a propietarios privados para que los protejan en sus fincas. O dejar que las ONG se los lleven de all¨ª a otros pa¨ªses menos amenazados por el crimen organizado que se est¨¢ forrando con el furtivismo: hoy, un kilo de cuerno de rinoceronte vale m¨¢s en el mercado negro que un kilo de oro.
Uno de estos proyectos es Rhinos Without Borders (Rinocerontes sin fronteras), lanzado el a?o pasado por Beverly y Dereck Joubert, una pareja de activistas por la conservaci¨®n de los animales de ?frica que se dedica a filmarlos y fotografiarlos. Mediante micromecenazgo, quieren lograr medio mill¨®n de d¨®lares, el dinero necesario para pagarle el pasaje a 100 rinocerontes desde Sud¨¢frica hasta Botsuana, un lugar ideal para soltarlos lejos de los rifles furtivos. De momento, han recaudado 272.000 d¨®lares (casi 250.000 euros); el coste de cada viaje ronda los 40.000 euros. Ese dinero cubre la captura, la cuarentena, el transporte, recintos y tres a?os de vigilancia, momento en que se dar¨¢ una entrega segura a las fuerzas del Gobierno de Botsuana que previenen la caza furtiva. "Por ahora, hemos recaudado lo suficiente para el primer grupo de 10 ejemplares y para unos 25 m¨¢s. Pero no nos pararemos en el objetivo marcado de 100 rinocerontes si seguimos logrando m¨¢s dinero", explica por email Dereck Joubert.
Los primeros 10 rinocerontes fueron liberados en Botsuana el pasado 28 de abril, extremando las medidas de seguridad para que nadie supiera exactamente su ubicaci¨®n. El proceso es muy delicado y la discreci¨®n fundamental, ya que un descuido podr¨ªa servirle los animales en bandeja a los furtivos. Primero, se les identifica desde un helic¨®ptero y se les dispara un dardo sedante; una vez dormido, se toman muestras de sangre, tras vendar sus ojos y se le introduce en un contenedor, para llevarles en cami¨®n hasta el lugar escondido en el que pasar¨¢n la cuarentena (pueden estar incubando alguna enfermedad que podr¨ªa ser devastadora en su nueva ubicaci¨®n). Superada la cuarentena, al avi¨®n y a Botsuana.
?Por qu¨¦ a trav¨¦s de este puente a¨¦reo? Se trata de la mejor manera de esquivar a los furtivos, que usan todo tipo de sistemas para seguir a los animales y que podr¨ªan asaltar sin problemas una caravana que se moviera por tierra. Hace unos a?os, se hicieron famosas las im¨¢genes de los rinocerontes que volaban colgados desde un helic¨®ptero. En aquella ocasi¨®n, no era una operaci¨®n de rescate, sino un plan organizado por WWF para crear nuevas poblaciones de rinoceronte negro: volaron 19 ejemplares y a los pocos meses ya estaban plenamente asentados y reproduci¨¦ndose sin problemas 1.500 kil¨®metros m¨¢s al norte en Sud¨¢frica.
"La translocaci¨®n de rinocerontes es particularmente relevante en el clima actual de extraordinaria presi¨®n sobre las poblaciones existentes por culpa de la caza furtiva, pero hay que estar seguro de que lo que se hace", afirma Jacques Flamand, responsable de aquel proyecto de WWF, al ser consultado sobre el trabajo de los Joubert. "Las perspectivas de ¨¦xito son muy importantes y la clave es conseguir que los n¨²meros sean mejores despu¨¦s de moverlos", asegura.
Mover a cada rinoceronte cuesta 40.000 euros, pero les merece la pena y Sud¨¢frica est¨¢ dispuesta a todo
?Por qu¨¦ Botsuana? Aunque es vecina de Sud¨¢frica, donde la situaci¨®n est¨¢ fuera de control, y de Namibia, donde comienza a estarlo (60 rinocerontes entre enero y abril, el doble que en 2014), se trata del pa¨ªs con la tasa de furtivismo m¨¢s baja de ?frica. S¨®lo tres rinocerontes en tres a?os, seg¨²n los Jouberts, entre otras cosas porque permite disparar a matar a los criminales. Mientras son diezmados en todo el continente, gracias a sus leyes, su orograf¨ªa y al papel encomendado al Ej¨¦rcito, en 10 a?os Botsuana ha pasado de tener 26 rinocerontes a sumar 163 en su territorio. "All¨ª los rinocerontes viven en grandes espacios salvajes abiertos de dif¨ªcil acceso y tienen poca corrupci¨®n. Y, sobre todo, que tienen una voluntad pol¨ªtica real", celebra Joubert.
Desde hace unos a?os, este pa¨ªs apost¨® por el turismo sostenible, lo que implica menos ricos ¡ªcomo el rey Juan Carlos I¡ª cazando grandes mam¨ªferos, una pr¨¢ctica prohibida, y m¨¢s visitas a sus entornos naturales, premiados por la UNESCO precisamente por su renuncia a las armas como deporte. En este sentido, la iniciativa de los Joubert confluyen con los intereses tur¨ªsticos de la zona, piedra angular de la lucha contra el furtivismo: si el entorno natural es rentable sin matar a los animales, los furtivos tendr¨¢n m¨¢s dif¨ªcil su negocio de la sangre. Como mostr¨® otra ONG conservacionista, para estas regiones un elefante vivo es m¨¢s rentable que 75 cazados.
Medidas desesperadas
Tras un aumento del 9.200% en la caza furtiva de rinocerontes desde 2007, el Ministerio de Medio Ambiente de Sud¨¢frica est¨¢ abierto a cualquier idea para ponerle freno al horror. No solo permiten la llamada translocaci¨®n de sus animales ¡ª192 hasta enero¡ª, llev¨¢ndoselos a otras regiones o pa¨ªses, sino que tienen en marcha un programa para vender a los rinocerontes a latifunditas privados que quisieran hacerse cargo de los ejemplares, esencialmente para explotar su presencia de cara al turismo. Parques Nacionales de Sud¨¢frica tiene previsto vender 200 animales en este proceso, cuyos ingresos se dedicar¨¢n a tareas de conservaci¨®n.
Los rumores de un mercado legal de cuernos est¨¢ disparando los precios, seg¨²n Joubert
Esta posibilidad, para un experto como Flamand, de WWF, es positiva: "En Sud¨¢frica los propietarios de tierras privadas son socios muy importantes en la conservaci¨®n. El sector privado ha contribuido al crecimiento de muchas especies, incluyendo los rinocerontes". Sin embargo, Joubert teme que alguno de estos intereses privados se deba al tr¨¢fico de cuernos, tan apreciado en China y Vietnam.
Pero lo que realmente teme Joubert es que se cree un mercado legal de cuernos de rinoceronte, una posibilidad que Sud¨¢frica est¨¢ estudiando para sabotear el mercado negro. "El comercio es un error ya que nunca va a satisfacer la demanda de un mercado de 2.000 millones de personas en Asia. Cualquier legalizaci¨®n va a desestigmatizar su ilegalidad y estimular¨¢ la caza furtiva: s¨®lo el rumor est¨¢ elevando los precios del rinoceronte, y los propietarios privados los est¨¢n acaparando", advierte Joubert.
A pesar de todo, este activista defiende su trabajo reubicando rinocerontes usando met¨¢foras financieras: "Como cualquier asesor financiero le dir¨¢, no conviene invertir todo su dinero en un solo negocio o valores; del mismo modo, nunca deber¨ªamos tener los ¨²ltimos 20.000 o 24.000 rinocerontes agrupados en una ¨²nica ubicaci¨®n. Es demasiado arriesgado", alerta.
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