La felicidad y la utilidad del acertijo
El enigma planteado por Felten, nuevo director adjunto de Tecnolog¨ªa de la Casa Blanca, ha puesto a pensar a las redes sociales
E l pasado 11 de mayo el profesor de Ciencias de la Computaci¨®n de la Universidad de Princeton Edward Felten fue nombrado director adjunto de Tecnolog¨ªa de la Casa Blanca. Seis d¨ªas despu¨¦s escribi¨® su primer post en el blog de la agencia explicando c¨®mo ¡°las ciencias de la computaci¨®n pueden ayudar a estudiar temas complejos, como la cooperaci¨®n¡±. Y puso un problema de l¨®gica como ejemplo. En el acertijo, Alice y Bob son compa?eros de equipo que se embarcan en un juego y pueden acordar una estrategia antes de que este comience. Primero son encerrados en habitaciones separadas para que no puedan comunicarse. Lanzan una moneda y anotan si sale cara o cruz. Despu¨¦s, a¨²n separados, Alice intenta averiguar qu¨¦ ha salido en la moneda de Bob y viceversa. Ganar¨¢n si al menos de una de las conjeturas es correcta. Y la pregunta es: ?Existe alguna estrategia que les permitan ganar siempre?
Felten prometi¨® dar la respuesta en su blog en un post posterior. Al menos hasta ayer por la tarde no lo hab¨ªa hecho, pero miles de internautas hab¨ªan encontrado ya una soluci¨®n para el dilema, y debat¨ªan animadamente en las redes sociales sobre las respuestas aportadas por unos y otros. En un mundo dominado por la prisa y por la sucesi¨®n y superposici¨®n de tareas supuestamente cruciales y urgentes, es probable sin embargo que la mayor¨ªa de ellos no tuviera la sensaci¨®n de haber perdido el tiempo resolviendo el enigma. Porque quienes tienen la suerte de ser aficionados a estos juegos saben la diversi¨®n que supone intentar descifrarlos. Y la enorme felicidad, directamente proporcional al tiempo empleado en tratar de desmadejar el ovillo, que produce dar con la tecla de la soluci¨®n y sentir el ?Eureka! de haber acertado.
Se suelen relacionar los acertijos de l¨®gica con las matem¨¢ticas. Pero los buenos suelen contener adem¨¢s estupendas historias casi literarias que incluyen personajes inveros¨ªmiles y profundamente interesantes: caballeros que solo pueden decir las verdad, escuderos que solo saben mentir, habitantes de islas que tienen los ojos de un color pero no lo saben, monjes que recorren todos los d¨ªas el mismo camino, se?ores que llevan sombreros de colores y sacan calcetines de una caja, o, en el caso m¨¢s extremo, condenados a muerte a los que una sola pregunta puede salvar la vida o llevar al pat¨ªbulo.
Son divertidos, producen felicidad y cuentan buenas historias. Pero adem¨¢s, resultan extraordinariamente ¨²tiles. Se insiste mucho en estos tiempos, y con raz¨®n, en la importancia del deporte para la salud y el cuerpo. Pero se habla mucho menos de esa otra gimnasia, la mental, tan necesaria para oxigenar ¡°las peque?as c¨¦lulas grises¡±, como dec¨ªa Hercules Poirot, y para enfrentarse a los dilemas de la vida diaria. Si uno es capaz de resolver c¨®mo cruzar sin mayor conflicto un r¨ªo con un lobo, una oveja y una coliflor que amenazan con comerse los unos a los otros, estar¨¢ m¨¢s capacitado para decidir qu¨¦ hipoteca le conviene m¨¢s suscribir o incluso a que pol¨ªtico votar para no sentirse defraudado los siguientes cuatro a?os.
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