La pol¨ªtica es el nuevo rock (y viceversa)
Antonio Ba?os, guitarrista y cantante del grupo Los Carradine, es uno de los nombres que suenan con m¨¢s fuerza para sustituir a David Fern¨¢ndez como cabeza visible del partido independentista CUP en la pr¨®xima legislatura
¡°Cuando llega Mayo las chicas cambian de color, como dijo Charles Denner en la peli de Truffaut¡± Las amantes del amor, Los Carradine
17 de Mayo de 2009
Estoy en la discoteca Apolo viendo el que ser¨¢ mi primer y ¨²ltimo concierto de Los Carradine. Mientras yo brinco en soledad, un p¨²blico de brazos cruzados se cuadra ante el grupo como silo que estuviesen viendo fuera un discurso de Antonio Gramsci. El cruce de brazos cesa cuando la banda toca Billy Bragg -canci¨®n hom¨®nima a uno de los cantantes que m¨¢s han influenciado tanto al discurso como al sonido de Los Carradine- y emergen pu?os en alto. El magnetismo de Ba?os sobre el escenario es palpable: entre canci¨®n y canci¨®n, sus parlamentos consiguen ganarse a la platea, que r¨ªe con complicidad en cada una de sus intervenciones.
Terminado su concierto y tomando Le Pianc el relevo de la noche, me acerco a saludar a Antonio y acabamos hablando de Los Negativos, sin que el hecho de que yo fuese disfrazado de mod tuviera nada que ver; que No es que fuera mod, como dice otro de los himnos de su grupo, vaya. M¨¢s tarde, mi acompa?ante y yo salimos del local antes de que Mujeres d¨¦ por terminado su concierto. Por muy inaudito que parezca a fecha de hoy, nadie estaba bailando mientras el grupo de garage interpretaba sus temas en directo. Miento: Antonio Ba?os s¨ª que lo hac¨ªa.
Si con 19 a?os hubiese sabido qui¨¦n era Emma Goldman, el ¡°si no puedo bailar, tu revoluci¨®n no me interesa¡± hubiese resonado en mi cabeza.
2 de Mayo de 2013
Llego a la fiesta de presentaci¨®n del festival Primera Persona, veo a Ba?os vestido con atuendo paramilitar y, en ese preciso momento, soy consciente de que estar en cualquier otro lugar ser¨ªa una absoluta insensatez. En la pantalla de visuales, un pu?o negro se alza sobre una se?era rodeada por la leyenda Black Cat Power. Antonio, cuyo libro La Rebeli¨®n Catalana acaba de ponerse a la venta, empu?a la guitarra y realiza una performance musical capaz de dejar en cueros a cualquiera de los conciertos de La Diada. O, ya puestos, a cualquier guateque organizado por el Partido Pantera Negra. Imaginad a Lonely Island versionado temas de Paco Iba?ez y ni siquiera andar¨¦is cerca, en serio.
Si la tesis sat¨ªrica de la actuaci¨®n de Ba?os -que m¨¢s tarde continuar¨ªa fuera de micro asegurando que los ¨²nicos m¨²sicos blancos que merecen la pena son The Clash- se pod¨ªa resumir en que al movimiento independentista le faltaban negros para llegar a buen puerto, parad¨®jicamente unos meses despu¨¦s la periodista Cristina Fallar¨¢s intentar¨ªa ridiculizar la plataforma S¨²mate (formada por independentistas de habla castellana y de la que Antonio es miembro activo) aduciendo que eran como ¡°el primer negro que sali¨® por TV3 hablando en catal¨¢n¡±.
El cantante, en una carta abierta, utilizaba los cuchillos de Fallar¨¢s como cuberter¨ªa: ¡°Estoy totalmente de acuerdo. De hecho en un show m¨ªo en el CCCB ya vincul¨¦ el black power con el cat power y el resultado fue muy cachondo. Igual que ellos, saliendo de los guetos y dando la mano a gente que viv¨ªa de espaldas¡±.
9 de Mayo de 2014
La tercera edici¨®n del festival Primera Persona no pod¨ªa contar con nombres m¨¢s atractivos: Irvine Welsh, Manolo Garc¨ªa o Sheila Heti eran algunos de los invitados por Miqui Otero y Kiko Amat, comisarios de las jornadas, a subirse al escenario del CCCB ese a?o. Pese a ello, y pecando de un localismo preocupante, la actividad del festival que m¨¢s ganas ten¨ªa de ver se llamaba ?A la calle! y reun¨ªa en la misma mesa a C¨¦sar Rendueles, a Carolina del Olmo, a Roberto Herreros, a David Fern¨¢ndez y, claro, a Antonio Ba?os. En una improvisada terraza de bar, estas personalidades asociadas con el activismo fueron desgranando sus an¨¦cdotas relacionadas con la militancia, los gases lacrim¨®genos, las asambleas, los porrazos. Si me preguntan por el calzado de David Fern¨¢ndez esa tarde, no paso de curso: estuve durante toda la mesa sin quitar ojo a la guitarra ac¨²stica situada en una de las esquinas del escenario.
Y ocurri¨®: ¡°Para intentar convertir a j¨®venes hipsters en perroflautas como nosotros (se folla lo mismo, pero no hay que hacer cupcakes)¡ Esta canci¨®n se llama Billy Bragg¡±. Risas, aplausos, entusiasmo y palmas, en ese riguroso orden, dejaban claro que aquello era lo m¨¢s emocionante que iba a vivirse en el CCCB durante esos dos d¨ªas. Finalizando su canci¨®n y sin dejar de rasgar las seis cuerdas, Ba?os coloca la bandolera de la guitarra en los hombros de Roberto Herreros -componente, no hay que olvidar, del grupo Garz¨®n/Grande-Marlaska e impulsor de Fundaci¨®n Robo- mientras el actual portavoz de CUP se levanta de su silla y es presentado por el protagonista de este texto como ¡°David Fern¨¢ndez: ?El diputado cantante!¡±. El p¨²blico a¨²lla sin saber siquiera qu¨¦ se le viene encima: los compositores de Siempre hay sitio y El momento de hacer cantando a tres voces La l¨ªnea del frente de Kortatu con un diputado electo de la parlamento catal¨¢n.
No tengo claro si esto es o no populismo; lo ¨²nico que tengo claro es: I belong.
3 de Mayo de 2015
Dos meses despu¨¦s de que el segundo disco de estudio de Los Carradine (Academia Rocanrol) saliese a la luz, revolucionando tanto nuestros timelines como las horas de recreo preescolar, Ba?os pinchaba Possibly Maybe de Bj?rk en la radio. ?La raz¨®n? Un periodista le preguntaba si era cierto que optaba a ser sucesor de David Fern¨¢ndez en las pr¨®ximas elecciones catalanas. Lejos de querer lanzar balones fuera, Antonio explicaba que, efectivamente, su nombre era uno de los que ser¨ªa sometido a un proceso de primarias en el que se decidir¨¢ qu¨¦ puesto de la lista ocupa; que el viaje de diputado a cantante tambi¨¦n puede hacerse, en definitiva, marcha atr¨¢s. Del mismo modo que David Fern¨¢ndez hace cuatro a?os, Antonio se incorporar¨ªa a la lista como independiente porque, aunque se declara fan de la formaci¨®n independentista, ya nos dijo en el estribillo de Sonad a los Smiths qui¨¦nes eran sus ¨²nicos padres: Clash y Devo.
Con el resto de componentes de Los Carradine inmersos en un proyecto nuevo, el tambi¨¦n pele¨®n grupo Camp David, y un Ba?os que ha dedicado sus ¨²ltimos a?os a la actividad militante y period¨ªstica, firmando adem¨¢s libros -La econom¨ªa no existe, Posteconom¨ªa- pensados para reposar sobre mesillas de noche anticapitalistas, quiz¨¢s nuestro pop independiente cuente con una baja dif¨ªcil de sustituir, pero el da?o no podr¨ªa ser m¨¢s colateral: se pueden contar con los dedos de una mano? las personas que podr¨ªan ocupar el lugar de David Fern¨¢ndez sin que la sensaci¨®n de vac¨ªo para la izquierda independentista sea angustiosa; quiz¨¢s con s¨®lo dos o tres dedos, y Antonio Ba?os encabezando ese recuento manual.
No estamos hablando tanto de una p¨¦rdida como de un necesario cambio de medio: la distancia actual entre cantarle a La clase obrera y blandir la sandalia frente a un gangster cada vez se est¨¢ haciendo, por suerte, m¨¢s corta; el partido que exig¨ªa un perfil moderado en la letra de Billy Bragg no comparte, al parecer, siglas con las CUP.
Antonio Ba?os me dijo una vez que la pol¨ªtica era el nuevo rock&roll. Si finalmente hay nueces despu¨¦s de tanto ruido, quedar¨¢ a la elecci¨®n de los votantes si en la rockola prefieren que suene Combat Rock (The Clash) o I love your glasses (Russian Red).
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