La mejor herramienta para el desarrollo
La educaci¨®n tiene un poder transformador enorme, pero solo el 2% de la ayuda humanitaria se asign¨® a proyectos de formaci¨®n
La educaci¨®n tiene un poder transformador enorme. En ello estamos todos de acuerdo: expertos acad¨¦micos, organismos internacionales, gobiernos, ONG. Extender la formaci¨®n en todas sus etapas y vertientes facilita el progreso individual y el colectivo y el combate contra la pobreza; promueve el desarrollo econ¨®mico, la vitalidad cultural y la calidad de vida; favorece la cultura pol¨ªtica de las sociedades y la democracia. En este sentido, ?cu¨¢l es la situaci¨®n de la educaci¨®n en el mundo, especialmente en los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo?
El a?o 1990 se celebr¨® la Conferencia Mundial de Educaci¨®n para Todos con el apoyo de la UNESCO, el PNUD, la UNICEF y el Banco Mundial. Su prop¨®sito principal: extender la educaci¨®n primaria en el mundo y reducir dr¨¢sticamente el analfabetismo. Diez a?os despu¨¦s, en el a?o 2000, 164 gobiernos del mundo se reunieron en Dakar y ratificaron el compromiso de alcanzar una Educaci¨®n para Todos desde entonces y hasta el a?o 2015. La agenda marcaba para ese periodo seis grandes objetivos, entre ellos extender y mejorar la protecci¨®n y educaci¨®n integrales de la primera infancia (especialmente para los ni?os m¨¢s vulnerables y desfavorecidos), favorecer en todo el mundo un acceso a la ense?anza primaria gratuita y obligatoria de calidad, aumentar el n¨²mero de adultos alfabetizados en un 50% (en particular de mujeres) y mejorar los aspectos cualitativos de la educaci¨®n en el mundo.
?Qu¨¦ valoraci¨®n podemos hacer de estos 15 a?os? ?Hasta qu¨¦ punto se ha extendido la educaci¨®n b¨¢sica en el mundo? ?Con qu¨¦ par¨¢metros de calidad? Un reciente y extenso an¨¢lisis sobre estas cuestiones lo encontramos en el informe de la UNESCO Education for All 2000-2015: Achievements and Challenges. En primer lugar, debemos felicitarnos por el hecho de disponer de este tipo de documentos. Poder contar con indicadores de referencia, datos objetivos e informaci¨®n extensa es muy necesario, a¨²n m¨¢s cuando hablamos de un fen¨®meno complejo como la educaci¨®n y las pol¨ªticas educativas en el mundo. Este tipo de informaci¨®n es ¨²til para los acad¨¦micos y analistas, pero extremadamente necesaria para los gobiernos de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo y los propios organismos internacionales que trabajan a escala global. Personalmente soy cr¨ªtico con algunas de las iniciativas que ha promovido la UNESCO, sobre todo debido a su lentitud y su excesiva burocracia, pero en el caso de este informe es obligado reconocer un excelente trabajo durante los ¨²ltimos 15 a?os.
781 millones de adultos son analfabetos; el 64% son mujeres
Los resultados de la extensi¨®n de la educaci¨®n en el mundo son dispares y el alud de informaci¨®n puede llegar a saturarnos. Se trata de una cantidad ingente de datos que nos informan de un desarrollo desigual, con claros avances pero tambi¨¦n con graves d¨¦ficit. Por ejemplo, la disminuci¨®n a la mitad de los ni?os y adolescentes sin escolarizar desde el a?o 2000, con un avance muy significativo en la educaci¨®n primaria. Sin embargo, en el mundo todav¨ªa hay 58 millones de ni?os sin escolarizar (y la tendencia a la reducci¨®n se ha estancado) y 100 millones que no terminan la educaci¨®n primaria. Alrededor de 781 millones de adultos son analfabetos (de ellos, un 64% son mujeres). La tasa de analfabetismo registr¨® un leve retroceso, del 18% al 14% en estos 15 a?os y, por tanto, se sit¨²a muy lejos del objetivo planteado de reducirlo a la mitad. En conjunto, solo un tercio de los pa¨ªses ha alcanzado todos los objetivos educativos medibles.
Un dato preocupante nos indica el porcentaje irrisorio que la ayuda humanitaria dedica a proyectos de fortalecimiento de la educaci¨®n; as¨ª, por ejemplo en 2013, del volumen total de la ayuda humanitaria, solo el 2% se asign¨® a proyectos educativos.
El Informe se basa todav¨ªa en una visi¨®n excesivamente cuantitativa (n¨²mero de matriculados, porcentajes de escolarizaci¨®n, recursos destinados) con escasa evaluaci¨®n de los impactos de la educaci¨®n en el progreso social y econ¨®mico. Se deber¨ªan impulsar, en esta l¨ªnea, estudios espec¨ªficos que interrelacionen formaci¨®n y mercado de trabajo o formaci¨®n y progreso econ¨®mico y social.
Se observa una d¨¦bil atenci¨®n al factor determinante de cualquier sistema educativo: el profesorado y su capacitaci¨®n. Faltan datos objetivos y m¨¢s estudios espec¨ªficos, aunque s¨ª se comprueba que persiste la escasez de docentes formados adecuadamente: por ejemplo, en 2012, en un tercio de los pa¨ªses, menos de un 75% de los maestros de primaria ten¨ªan formaci¨®n.
En 2013, del volumen total de la ayuda humanitaria, solo el 2% se asign¨® a proyectos educativos
Sorprende enormemente la poca valoraci¨®n del potencial de las nuevas tecnolog¨ªas para extender la educaci¨®n formal y no formal en todo el mundo, cuando se nos muestran como una palanca de cambio extraordinaria. Las nuevas tecnolog¨ªas, sin lugar a dudas, van a permitir en los pr¨®ximos a?os un avance espectacular en la diseminaci¨®n de informaci¨®n, de conocimiento y de herramientas de formaci¨®n, aunque con claros peligros como la calidad de esa informaci¨®n y su aseguramiento por parte de las autoridades p¨²blicas.
El informe no analiza el desarrollo de la educaci¨®n superior en los distintos pa¨ªses. Ello es as¨ª debido a que la educaci¨®n superior no fue priorizada en Dakar como una etapa a impulsar. En este campo, los organismos internacionales deber¨ªan reconocer el rol estrat¨¦gico creciente que juega la formaci¨®n superior para generar sociedades m¨¢s desarrolladas, m¨¢s democr¨¢ticas y con mayor calidad de vida, y no circunscribir los objetivos educativos globales en las etapas primaria y secundaria.
Finalmente, una conclusi¨®n que parece obvia pero no por ello menos importante: si bien las medidas t¨¦cnicas son ¨²tiles, el impulso pol¨ªtico es el factor m¨¢s determinante a la hora de ejecutar proyectos de extensi¨®n de la educaci¨®n en la sociedad. Por ello, las pol¨ªticas p¨²blicas de los gobiernos en materia educativa son determinantes.
Josep M. Vilalta es director ejecutivo de la Global University Network for Innovation (GUNi).
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