Falsas realidades
Hubo un tiempo en que los escritores iban a los sitios y conflictos de los que quer¨ªan escribir, a menudo jug¨¢ndose la vida
En el mundo anglosaj¨®n se ha hablado mucho de una novela titulada A Constellation of Vital Phenomena, ambientada en Chechenia. El autor del premiad¨ªsimo libro, Anthony Marra, es un norteamericano que ten¨ªa 27 a?os cuando se edit¨® el libro en 2013. Sin embargo, no todo el mundo se ha mostrado entusiasmado con su primera obra. Quien inici¨® la pol¨¦mica fue Oliver Bullough con su rese?a publicada en el diario brit¨¢nico The Telegraph. Ese especialista en Rusia y Chechenia, que vivi¨® unos a?os en ambos lugares y escribi¨® sobre ellos varios libros, subraya en su art¨ªculo que los personajes de Marra no parecen habitar Chechenia sino una ciudad imaginaria; Bullough concluye con una reflexi¨®n importante: que usar el sufrimiento de los chechenos como escenario es algo que resulta bastante turbador.
Se est¨¢ instalando la tendencia a describir para¨ªsos e infiernos desconocidos a base de im¨¢genes de Internet
A partir de esa reflexi¨®n, algunos lectores se sumaron para expresarse sobre el libro de Marra. Su sensaci¨®n es que, tras haberlo le¨ªdo, no han aprendido nada sobre Chechenia que no se pueda encontrar en Internet: ni la sabidur¨ªa tradicional de los chechenos, ni los colores de sus paisajes ni los olores de sus estaciones; queda en evidencia que no hay mirada propia sobre la guerra contra ese pa¨ªs que quiso independizarse de Rusia ni visi¨®n nueva de la existencia humana que deber¨ªan distinguir a un premiado novelista como Marra de un periodista mediocre. La historia de dos hermanas y una ni?a hu¨¦rfana sobre un fondo de dos guerras y sus posguerras, descritas en la novela, pod¨ªa haber sucedido en cualquier parte del mundo.
En una entrevista en The New York Times, Marra revelaba que hab¨ªa buscado im¨¢genes en YouTube y que hab¨ªa le¨ªdo, entre otros, libros de Anna Politk¨®vskaya. Nunca estuvo en Chechenia hasta despu¨¦s de terminar la novela, cuando visit¨® esa regi¨®n con un viaje organizado por una agencia.
Este acercamiento a la ficci¨®n es algo que marca tendencia. Sucede cada vez m¨¢s que cuando un autor busca un fondo dram¨¢tico para su novela, YouTube le proporciona im¨¢genes de cualquier cat¨¢strofe: el gulag, las guerras balc¨¢nicas, el Holocausto, al igual que un supermercado brinda comida congelada de distintos rincones del mundo. Y puesto que sentado delante del ordenador hay tanto por descubrir, ?para qu¨¦ molestarse con viajar a lugares infernales como Chechenia?
Hubo un tiempo en que los escritores iban a los sitios y conflictos de los que quer¨ªan escribir, a menudo jug¨¢ndose la vida. As¨ª lo hizo Juan Goytisolo en la misma guerra de Chechenia, al igual que Ignacio Vidal-Folch, que fue a las zonas infernales antes de escribir sobre ellas, o el novelista checo Jaroslav Ha?ek, que particip¨® en la Primera Guerra Mundial y luego la describi¨® en esa c¨®mica enciclopedia antib¨¦lica que es Las aventuras del buen soldado ?vejk. La familiaridad ¨ªntima con el escenario, humano y geogr¨¢fico, proporciona pasi¨®n a la escritura y fidedignidad a la obra.
Sin embargo, se est¨¢ instalando la tendencia a describir para¨ªsos e infiernos desconocidos a base de im¨¢genes de Internet. A los lectores les dan por reales mundos artificiales que no hacen m¨¢s que ocultar la realidad. Y esa verdad impalpable que solo proporciona la experiencia directa va desapareciendo.
elpaissemanal@elpais.es
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