Qu¨¦ ocurre cuando una mosca se posa en su plato (y usted sigue comiendo)
El insecto nos transmite microbios que acabamos ingiriendo. El cuerpo humano puede con ellos¡ casi siempre
Ocupa el podio de la repugnancia en el orden subjetivo de insectos que nunca estar¨¢n en peligro de extinci¨®n por su contribuci¨®n al equilibrio de la naturaleza. La mosca pertenece a la familia de los d¨ªpteros, de los que existen 165.000 especies, pero a la que nos referimos es a la que se mete en casa, encontramos encima del cart¨®n del zumo, merodeando en el cubo de la basura o que se posa en nuestro plato de comida. Es dom¨¦stica y minoritaria. Es esa mosca negra y peluda que crece y se nutre de las heces, se reproduce all¨ª por ser su h¨¢bitat, tambi¨¦n en los desechos, en lo putrefacto y en sustancias en descomposici¨®n y, por tanto, es muy apta para transportar agentes pat¨®genos. Hasta cinco millones de bacterias se quedan pegadas a sus patitas, seg¨²n DDS, una empresa de control de plagas. Y cuando se coloca en la servilleta o en filete, las disemina. En un segundo, o menos. ?Qu¨¦ hacemos con ese trozo de carne que ¨ªbamos a agarrar con el tenedor? Esp¨¢ntela, cierre los ojos, intente aplicar la t¨¦cnica de parada de pensamiento y h¨¢galo¡ ?A comer! Si lo ha cocinado, no hay peligro.
Hay 12.000 especies de mosca en Espa?a, y solo una decena se cr¨ªa en ambientes sucios
¡°El problema es cuando los microbios que transportan entran en contacto con alimentos no cocinados y se dejan en condiciones favorables al cultivo de bacterias, por ejemplo, fuera del refrigerador¡±, se?ala Enrique Baquero, zo¨®logo profesor e investigador de Biolog¨ªa Ambiental y Biodiversidad de la Universidad de Navarra. Pone como ejemplo la cl¨¢sica situaci¨®n de una mosca que se posa dentro de un plato con un huevo que se est¨¢ batiendo. Para curarnos en salud, el experto aconseja coger otro huevo de la nevera y repetir la operaci¨®n, con seguridad, en otro recipiente. En cuanto a la fruta, no hay riesto, como aclara Barquero, "ya que el az¨²car que contiene retrasa la aparici¨®n de bacterias y, adem¨¢s, las que se cr¨ªan en ella no son nocivas, a diferencia de los pat¨®genos que se desarrollan en la carne o el pescado a temperatura ambiente".
Pues a pesar de estas medidas de precauci¨®n, las moscas sucias nos van a transmitir millones de microbios que acabaremos ingiriendo. Pero nuestro cuerpo tiene los mecanismos para destruirlos en la gran mayor¨ªa de los casos. Y esas bacterias rebeldes pueden ocasionar, como mucho, alg¨²n malestar intestinal. Los problemas aparecen cuando se deja que campen a sus anchas en los alimentos frescos sin tomar medidas de higiene. Nos encontramos con los contagios: salmonela, tifus, c¨®lera, lombrices intestinales¡ en la literatura cient¨ªfica se han documentado incluso casos de ¨¢ntrax. ¡°La mosca, que es una especie cosmopolita, no es peligrosa en s¨ª, pero mec¨¢nicamente puede tener su importancia, si dejamos que transmitan esos pat¨®genos en condiciones favorables, y eso pasa en los sitios donde la higiene es escasa¡±, sostiene el investigador.
¡°Las moscas son capaces de transmitir m¨¢s de cien organismos pat¨®genos diferentes¡±, asegura Jos¨¦ Barroso, director t¨¦cnico de BIOTECNOs, empresa de higiene alimentaria y control de plagas. Explica que se adaptan a cualquier ambiente, salvo los climas fr¨ªos, y que frecuentan los montones de desperdicios, excrementos, aguas residuales y sustratos en descomposici¨®n. ¡°Se alimentan de una gran variedad de materiales y alimentos, en buen estado o en putrefacci¨®n. Est¨¢n dotadas de un olfato extraordinario, son capaces de detectar el olor de materia org¨¢nica en descomposici¨®n a varios kil¨®metros¡±, afirma.
En Espa?a hay 12.000 especies de mosca y solo una decena se puede considerar como dom¨¦stica, com¨²n, la que pertenece a ese grupo que golosea con los residuos digestivos que deja nuestra mascota. Lo explica Miguel Carles-Tolr¨¢, profesor de Barcelona, tax¨®nomo experto en d¨ªpteros ¨Cha catalogado a un centenar de familias. ¡°Las moscas dom¨¦sticas son la punta del iceberg de la especie. Como mucho, el 10%¡±, afirma con cierto tono de disgusto. Insiste en que hay un mundo much¨ªsimo m¨¢s amplio, diverso e interesante acerca de las moscas. Positivo, por supuesto. Y que ignoramos. Pone de ejemplo la mosca vinagre, que se emplea para hacer estudios gen¨¦ticos.
No todas son iguales
Volviendo a la mosca que nos ocupa, la dom¨¦stica, el investigador reconoce que puede ser da?ina para el ser humano, precisamente porque transfiere los microbios de su h¨¢bitat f¨¦tido y eso puede acarrear enfermedades. En uno de sus art¨ªculos cient¨ªficos cuenta c¨®mo la disminuci¨®n de carruajes en el Londres de principios del siglo XX contribuy¨® al descenso de la mortalidad infantil por diarrea. Las heces de caballo son de las preferidas por estas moscas.
En ese mismo trabajo, Carles-Tolr¨¢ se?ala tambi¨¦n que en los objetos donde se posan pueden verse en ocasiones las huellas de su digesti¨®n: unos puntitos negros. Tambi¨¦n hay otras, que son gotitas que expulsan sus trompas de los l¨ªquidos que han ingerido y que utilizan para disolver las sustancias s¨®lidas, como los granitos de az¨²car. As¨ª es como podemos ingerir, de forma indirecta, las sustancias de sus propios intestinos¡Sin embargo, parece que nunca acabaremos comiendo los huevos del insecto, pues seg¨²n los expertos, estos los ponen (150 por parada) en su medio natural corrompido.
El riesgo de la mosca com¨²n para los humanos es su h¨¢bitat. ¡°Si nos comi¨¦ramos una mosca limpia, no nos pasar¨ªa nada¡±, sentencia M? ?ngeles Marcos Garc¨ªa, catedr¨¢tica de la Universidad de Alicante y directora del Instituto Universitario CIBIO. La investigadora, que pertenece a la Asociaci¨®n Espa?ola de Entomolog¨ªa, incide en que hay que distinguir esta especie de mosca negra, que ¡°vive en la inmundicia¡±, de otras ¡°de colores¡±, como las polinizadoras o aquellas que producen larvas que se emplean para el control de plagas. Y nada tiene que ver esta mosca popular con la hormiga, que nos puede resultar molesta y da?ina, pero que se dedica a hacer el trabajo de reciclar las sustancias org¨¢nicas.
Y en este punto, tenemos que hacer la pregunta obligada, que nos taladra desde el minuto uno, pero la posponemos. ?Pueden las moscas transferir m¨¢s microbios y bacterias que las cucarachas? Carles-Tolr¨¢ lo admite: ¡°Las cucarachas se alimentan de restos de comida, pero no de excrementos y materia podrida. Creo que las moscas son m¨¢s transmisoras de agentes pat¨®genos¡±.
Las cucarachas se alimentan de restos de comida, pero no de excrementos y materia podrida. Creo que las moscas son m¨¢s transmisoras de agentes pat¨®genos¡±?
Hay cient¨ªficos que sostienen que las moscas son hasta dos veces m¨¢s sucias y por tanto transmiten m¨¢s pat¨®genos que las cucarachas. As¨ª lo se?ala el entom¨®logo Ron Harrison, director de servicios de la empresa Orkin de EE UU, que ha desarrollado una encuesta que revela que solo un 3% de los comensales dejar¨ªan de comer por la presencia de una mosca.
Sin embargo, el zo¨®logo Enrique Baquero piensa que ambos insectos est¨¢n al mismo nivel: ¡°Los pat¨®genos que llevan encima son similares, pero es cierto que las cucarachas no suelen moverse por excrementos¡±. Y tampoco lo tienen tan f¨¢cil para llegar a la comida.
¡°Las moscas y las cucarachas son potencialmente vectores mec¨¢nicos de bacterias, protozoos y hongos; junto a los mosquitos, pulgas, garrapatas y chinches son los insectos responsables de la transmisi¨®n biol¨®gica de agentes productores de enfermedades¡±, resume Jos¨¦ Barroso, que en su empresa se dedica, entre otras actividades, a combatir plagas de moscas.
El escritor franc¨¦s George Langelaan jug¨® en La Mosca con el sobrecogedor experimento del h¨ªbrido hombre-animal que luego llevaron al cine Kurt Neuman en 1958, y David Cronenberg en 1986, en un g¨¦nero entre ciencia ficci¨®n, terror y gore. Es lo que pasa cuando la imaginaci¨®n explora ese inevitable contacto, cuando estamos en una barbacoa en la terraza y la mosca anda suelta.
Como no pretendemos dar rienda suelta a una fantas¨ªa hist¨¦rica la pr¨®xima vez que escuchemos ese zumbido (dzzzzzdzzzzdzzzz), evocaremos a esas moscas buenas con las que trabaja el equipo de Alejandro Torres en su empresa Entomotech: en biotecnolog¨ªa, investigando qu¨¦ antibi¨®ticos desarrollan durante su proceso de alimentaci¨®n; y en la fabricaci¨®n de pienso gracias a una prote¨ªna que este d¨ªptero genera cuando se alimenta de la basura. Y nos aseguraremos de tener la casa muy limpia¡ y la comida muy hecha.
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