¡°Estuvimos siete horas en el mar y la lancha se llen¨® de agua; daba mucho miedo¡±

Yehad tiene 15 a?os y es sirio. Todav¨ªa tiene un buen recuerdo de su ciudad, Damasco, y de su familia, aunque lleva un a?o sin ver a su padre. En ese tiempo huy¨® desde su pa¨ªs a Jordania, desde ah¨ª vol¨® a Turqu¨ªa y posteriormente se embarc¨® en una lancha hinchable para llegar a Europa. Tras siete horas en las que reconoce que pas¨® ¡°mucho miedo¡±, lleg¨® a una costa griega y fue trasladado a Atenas. Pero no quiso quedarse all¨ª. Como los miles de sirios que cada d¨ªa intentan entrar en la Uni¨®n Europea, su destino es Alemania. As¨ª que cruz¨® la frontera con la Antigua Rep¨²blica Yugoslava de Macedonia con la esperanza de pasar luego a Serbia y alcanzar de nuevo el espacio Schengen en Hungr¨ªa. Pero su aventura se ha detenido unos d¨ªas en la ciudad macedonia de Gevgeliya, un paso fronterizo por el que han cruzado m¨¢s de 45.000 personas desde el pasado junio, seg¨²n c¨¢lculos de UNICEF. All¨ª recibe asistencia en el Centro Amigo de la Infancia de la agencia de Naciones Unidas. Y desde all¨ª, ajeno al debate de Los Veintiocho sobre la acogida de refugiados o a las ¨²ltimas im¨¢genes que han estremecido a Europa, relata sus sue?os de futuro. Como aprender alem¨¢n y poder volver al colegio. Aunque su m¨¢ximo deseo es otro: "Quiero encontrar seguridad y una buena vivienda con mi familia. Eso es lo primero. Y la paz. Solo eso". De momento, un tren le llevar¨¢ al norte de Serbia.