Por qu¨¦ deber¨ªa escribir en los m¨¢rgenes de los libros
Nos obliga a leer despacio y disfrutamos m¨¢s con ello. Adem¨¢s, comprendemos mejor el texto e incluso a nosotros mismos
Algunos consideran que cuando se hacen con un nuevo libro es posible convertirlo en una parte de su ser, que con esta relaci¨®n lector-libro se crece en lo intelectual y en lo personal si uno aprende a soltarse y se anima a reflexionar de forma anal¨ªtica y emocional. Como parte de este proceso puede estar el tomar notas dentro del propio libro: pensamientos y reflexiones que nos hagan ahondar en la introspecci¨®n que nos genera esta actividad. Todo vale, con tal de llegar a una lectura consciente con la que profundizar en el mensaje del autor.?
Cada d¨ªa leemos decenas de textos que no nos aportan nada m¨¢s all¨¢ de la mera informaci¨®n. Cada vez son m¨¢s cortos, como reflejo de una atenci¨®n focalizada en la inmediatez y condicionada por lo visual. Norbet K¨¹pfer, Catedr¨¢tico de Tipograf¨ªa en la Escuela Superior de D¨¹sseldorf y asesor de varios peri¨®dicos en su pa¨ªs, realiz¨® una investigaci¨®n sobre los movimientos oculares durante la lectura ratificando esa vieja regla del periodismo ¡°por la que la importancia de un trabajo va disminuyendo a medida que se avanza hacia el final¡±. Este hecho se traduce en el abandono habitual en cualquier momento de la lectura, actualmente m¨¢s condicionada por las im¨¢genes que por el propio contenido.
La lectura anal¨ªtica no es sino aquella a la que accedemos dispuestos a dejarnos encandilar, y a tomarnos muy en serio lo que leemos Jos¨¦ Bernardo Benito, doctor en Periodismo
Escribir en los libros es una forma de obligarnos a leerlos despacio. ¡°Es la contrapartida al gigantesco ruido, a la distracci¨®n global del mundo en el que vivimos¡±, explica Jos¨¦ Bernardo Benito, Doctor en Periodismo y Profesor de Redacci¨®n de Textos en la Facultad de Comunicaci¨®n CU Villanueva. Ya sean poes¨ªas, novelas o libros divulgativos, puede merecer la pena rendirse al ejemplar que tengamos en nuestras manos, y dejarse llevar. ¡°La relaci¨®n con el libro es una relaci¨®n de amor¡±, explica este profesor. ¡°Es una relaci¨®n especial, distinta a otras. Cuando lees un libro, entras a formar parte del universo de otro. Puede incluso transformarte, cambiarte para siempre, enfadarte, deprimirte, y hasta provocar suicidios¡ ¡°. La propia literatura est¨¢ repleta de ejemplos. El Quijote enloqueci¨® leyendo libros de caballer¨ªas, Roxana le dijo a Cyrano de Bergerac que ¡°s¨®lo por leer sus cartas le habr¨ªa amado¡±. En el fondo, y siguiendo con la analog¨ªa del enamoramiento, ¡°la lectura anal¨ªtica no es sino aquella a la que accedemos dispuestos a dejarnos encandilar, y a tomarnos muy en serio lo que leemos¡±, a?ade el experto. ¡°Es como tener una conversaci¨®n con alguien que te importa: supone leer todo el texto despacio, y querer entrar en lo que te est¨¢ contando¡±.
Sin embargo, uno no ha de andar enamorisc¨¢ndose de cualquiera, tampoco del primer texto que caiga en sus manos. Mortimer J. Adler fue un famoso fil¨®sofo americano, que alcanz¨® su m¨¢xima popularidad con la publicaci¨®n en 1940 de su obra y gran ¨¦xito editorial C¨®mo escribir un libro. En ella se analizan los pasos necesarios para leer un libro de verdad. El best seller identifica hasta cuatro tipo de niveles de lectura, que crecen en dificultad:
- Un primer grado elemental que nos lleva a responder a la pregunta: ?Qu¨¦ dice el libro? Y si merece una lectura detallada.
- Un segundo grado inspeccional por el que aprendemos qu¨¦ tipo de libro es y de qu¨¦ trata en realidad, decidiendo si nos interesa en su estructura y en su concepto.
- Un modo anal¨ªtico en el que nos cuestionamos el significado del libro y surgen nuevos interrogantes: ?Es verdad lo que leo? ?Qu¨¦ repercusiones puede tener?
- Un ¨²ltimo grado sint¨®pico en el que somos capaces de compararlo con otros libros, conciliando o encontrando diferencias entre autores, y definiendo nuevos temas y material de reflexi¨®n.?
En los ¨²ltimos puntos entrar¨ªamos en ese proceso del garabateo de los libros con las anotaciones, algo de lo que el acad¨¦mico Jos¨¦ Bernardo Benito es muy partidario: ¡°La lectura anal¨ªtica exige se?alar lo importante de un texto: subrayarlo y anotarlo es de lo m¨¢s natural¡±. En el trabajo con alumnos les ayuda a analizar textos, ¡°siempre con la perspectiva de que se enamoren de ellos. Un comentario de texto nunca deber¨ªa ser, aunque de hecho lo es a menudo, un cementerio de texto". Volvemos, pues, al asunto motivacional de la lectura, tan fundamental para comprender al autor como para descubrir cosas sobre uno mismo. ¡°Cuando repaso con mis alumnos las anotaciones que ellos mismos realizan, descubrimos que en ellas se reflejan su propia personalidad y pensamiento, y quedan fascinados con el ejercicio¡±. Lo de si usar l¨¢piz o bol¨ªgrafo es una cuesti¨®n muy personal, ya que cada cual tiene su m¨¦todo. ¡°Es muy ¨²til, por ejemplo, se?alar al final del libro los n¨²meros de las p¨¢ginas donde hemos encontrado o subrayado algo interesante¡±.
Cuando repaso con mis alumnos las anotaciones que ellos mismos realizan, descubrimos que en ellas se reflejan su propia personalidad y pensamiento Jos¨¦ Bernardo Benito
?Qu¨¦ puede significar desde el punto grafol¨®gico el andar ensuciando y marcando libros? Escribir o no escribir, ?dice algo de nosotros? Seg¨²n explica Claudia Roxana D¨ªaz Vittar, Perito Cal¨ªgrafo Judicial y de Grafopsicolog¨ªa, es dif¨ªcil determinar un significado grafopsicol¨®gico solo por el hecho de que una persona escriba en los libros. Desde esta disciplina estudian la caligr¨¢fica m¨¢s en su conjunto, ¡°aunque podr¨ªa interpretarse que si alguien est¨¢ tomando apuntes en un folio y luego comienza a escribir en los m¨¢rgenes, podr¨ªa ser una persona tendente a ahorrar o que mira por la econom¨ªa¡±. Para analizar la psicolog¨ªa del individuo o evaluar alg¨²n desorden trav¨¦s de su escritura, ¡°habr¨ªa que profundizar y analizar tambi¨¦n las zonas en las que escribe¡±.
Escribir como terapia
La escritura sirve para mucho m¨¢s que para comunicar. Con ella es posible curar una depresi¨®n e incluso conseguir cambios en la personalidad, en combinaci¨®n con alguna terapia psicol¨®gica. ¡°En la depresi¨®n el tratamiento es de entre 6 y 18 meses, y los cambios son notorios a partir del quinto mes¡±, explica D¨ªaz Vittar.
La t¨¦cnica, conocida como grafoterapia, pasa por una modificaci¨®n escritural: ¡°Primero se trabaja sobre papel cuadriculado y luego se pasa al de pauta. En el caso del depresivo la direcci¨®n de las l¨ªneas suelen ser descendentes, y por ello intentaremos que escriban de forma ascendente hasta lograr el objetivo; en caso de tener signos gr¨¢ficos de agresividad (angulosidades), le haremos dibujar guirnaldas, por ejemplo¡±.?
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