La ciencia, camino de la tormenta perfecta
Los investigadores piden la reforma de las estructuras cientificas y un Pacto de Estado que d¨¦ estabilidad a los proyectos
Hasta ahora, los recortes presupuestarios han sido vividos en el sistema cient¨ªfico espa?ol como una borrasca persistente que hac¨ªa cada vez m¨¢s dif¨ªcil la vida en el laboratorio. Los investigadores, sin embargo, segu¨ªan trabajando a la espera de que la anhelada recuperaci¨®n permitiese volver a la velocidad de crucero. Pero los acontecimientos se est¨¢n precipitando. La situaci¨®n de precariedad y desgobierno ha llegado a tal punto que la ciencia espa?ola parece al borde de una ciclog¨¦nesis explosiva.
Primero fueron varios directores de centros de investigaci¨®n del CSIC los que alertaron del grave deterioro que sufre la principal instituci¨®n cient¨ªfica espa?ola ¡ª¡°est¨¢ en llamas¡±, dijeron¡ª. Y ahora son los responsables de los veinte centros de investigaci¨®n acreditados con la distinci¨®n Excelencia Severo Ochoa los que califican de ¡°cr¨ªtica¡± la situaci¨®n de la ciencia. De las m¨²ltiples voces que se han alzado se desprende que se dan las condiciones de una tormenta perfecta. En primer lugar, ocho a?os de descapitalizaci¨®n progresiva han colocado a las estructuras cient¨ªficas por debajo de los m¨ªnimos necesarios para poder competir con ¨¦xito. Los recortes presupuestarios, que en algunos centros y ¨¢reas han llegado al 40%, han dejado a muchos equipos sin recursos para seguir con sus proyectos y en mala posici¨®n para atraer fondos de financiaci¨®n externa. A ello hay que a?adir la creciente par¨¢lisis de las instituciones cient¨ªficas, cuya direcci¨®n pol¨ªtica es incapaz muchas veces de gestionar de forma eficiente los recursos disponibles.
Son tales las trabas burocr¨¢ticas y el caos en la gesti¨®n que algunos de los fondos para becas y ayudas ni siquiera se llegan a distribuir en su totalidad. Por no hablar de inversiones fallidas como la del Instituto de Medicina Molecular del CSIC de Alcal¨¢ de Henares, cuya primera piedra se puso en 2008. En 2011 se entregaron las llaves del edificio que ha costado 50 millones de euros y ah¨ª sigue, cuatro a?os despu¨¦s, vac¨ªo. Tambi¨¦n las estructuras pol¨ªticas han fallado. La esperada Agencia Estatal para la Investigaci¨®n, que de acuerdo con la Ley de la Ciencia de 2011 deb¨ªa crearse un a?o despu¨¦s, sigue sin materializarse a pesar de que varias veces se ha anunciado como inminente y de que incluso el ministro De Guindos la dio en una ocasi¨®n por creada.
El resultado es que muchos cient¨ªficos tienen la sensaci¨®n de que deben mendigar para poder hacer ciencia y que compiten ¡°con las manos atadas a la espalda¡± en un sistema cient¨ªfico atrofiado que no solo no puede atraer talento del exterior sino que ni siquiera es capaz de retener el que con mucho esfuerzo ha formado en las universidades espa?olas. Los que ya no aguantan m¨¢s se van ¡ªse han perdido 11.000 investigadores¡ª, y en muchos aspectos se ha vuelto a los par¨¢metros de 2003. Los centros de Excelencia Severo Ochoa piden una reforma en profundidad de normas y estructuras y un pacto de Estado para salvar la ciencia, pues de lo contrario se echar¨¢ a perder el esfuerzo de 30 a?os. Conviene hacerles caso. No son una voz cualquiera. Estos centros re¨²nen a 3.000 investigadores y representan el core capital de la ciencia espa?ola.
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