C¨®mo decirle 'no' a su jefe y que parezca 's¨ª'
Negarse es necesario para la autoestima, pero a veces cuesta. Aplique f¨®rmulas camufladas
La mayor¨ªa de nosotros ha tenido que enfrentarse alguna vez a una petici¨®n a la que no tuvimos el valor de negarnos pese a que contrariaba nuestros m¨¢s ¨ªntimos deseos. O a alguien con autoridad sobre nosotros que nos orden¨® algo que sab¨ªamos que deb¨ªamos rechazar. O a alg¨²n amigo o familiar que nos pidi¨® un favor desmedido que nos sentimos obligados a hacer. Todos hemos vivido situaciones parecidas y hemos sentido la dificultad de decir ¡°no¡±.
Cuesti¨®n de ciencia
Esta dificultad se puso de relieve hace a?os en el conocido experimento realizado por el psic¨®logo Stanley Milgram, de la Universidad de Yale. El objetivo de la prueba era medir la disposici¨®n de los participantes para obedecer ¨®rdenes de una autoridad, aun cuando estas entraran en conflicto con su conciencia. Milgram orden¨® a un grupo de estudiantes que aplicaran shocks el¨¦ctricos a otro grupo ubicado en otra sala cada vez que no respondieran correctamente a ciertas preguntas. El nivel de las descargas se incrementaba progresivamente a pesar de los gritos de dolor (simulados) de los sujetos examinados. La mayor¨ªa de los que inflig¨ªan este castigo fueron incapaces de negarse cuando el investigador les ordenaba que aumentaran la dosis hasta niveles que pod¨ªan casi matar a una persona.
Los grandes personajes que lograron algo importante en la vida fueron personas que en vez de decir "s¨ª", dijeron "no"
Aunque la mayor¨ªa de la gente, seguramente, no se habr¨¢ encontrado en tan dram¨¢tica tesitura, la dificultad de decir ¡°no¡± en situaciones cotidianas todav¨ªa crea bastante ansiedad en muchas personas que se sienten culpables si dan una negativa a cualquier petici¨®n, favor o ayuda que alguien les pida. Lo demuestra el continuo ¨¦xito de ventas que tiene desde hace d¨¦cadas el libro Cuando digo ¡°no¡± me siento culpable (Debolsillo), del psic¨®logo cl¨ªnico Manuel J. Smith, de la Universidad de California, Los ?ngeles. Todo un s¨ªntoma de que son numerosas las personas que a¨²n necesitan aprender t¨¦cnicas asertivas para reforzar su propia identidad y facilitarles c¨®mo decir ¡°no¡± sin sentir culpabilidad cuando la negativa sea la respuesta deseada por ellas.
Freud apunt¨® en La interpretaci¨®n de los sue?os que el inconsciente no conoce el concepto de la negaci¨®n o lo negativo. El inconsciente es todo impulso, deseo inmediato satisfecho, libertad. El ¡°no¡± nunca aparece en su vocabulario. La capacidad para negar, seg¨²n Freud, debe entonces pertenecer a otra parte de la mente; por eso, muchas veces, resulta dif¨ªcil decir conscientemente ¡°no¡±.
Modos de negarse
A la hora de decir ¡°no¡±, lo m¨¢s adecuado es no dar excesivas explicaciones porque, de hacerlo, puede parecer que estamos dando excusas.
Adem¨¢s, la principal t¨¢ctica asertiva es ofrecer alternativas a nuestra negaci¨®n, basadas en la frase "No, pero¡" al estilo de las que propone Adam Grant, profesor de la Wharton Business School.
1. ¡°No puedo hacerte esto ahora; pero, es muy probable que ma?ana s?¡±.
2. ¡°No puedo satisfacer tus deseos; sin embargo, puedo hacerte esto otro, si quieres¡±.
3. ¡°Lo siento, pero tengo un compromiso¡±.
Sin embargo, dar una negativa es un derecho que todos tenemos, y, a la vez, una habilidad que es necesario aprender con la pr¨¢ctica. Decir ¡°no¡± es una reafirmaci¨®n de la personalidad y de la propia identidad. ¡°Todos los grandes personajes del mundo que lograron algo importante en la vida fueron personas que, en vez de decir ¡®s¨ª¡¯, dijeron ¡®no¡¯ cuando recib¨ªan propuestas que no coincid¨ªan con sus ideales de ¨¦tica, bondad o crecimiento personal¡±. Al menos, as¨ª lo dej¨® dicho Spinoza. Si no sabemos negarnos a algo que no deseamos hacer, nos sentiremos inc¨®modos en muchas situaciones. Y, en consecuencia, nos llevar¨¢ a hacer cosas en contra de nuestra voluntad que, en palabras del psic¨®logo Tom¨¢s Navarro, nos disgustar¨¢n y nos har¨¢ sentir inferiores por ceder nuestra voluntad a los deseos de los dem¨¢s y arriesgarnos a ser manipulados y chantajeados.
Con esta actitud, est¨¢ en juego el respeto que nos debemos a nosotros mismos puesto que afecta a la autoestima. Para protegernos de esta debilidad es b¨¢sico analizar las emociones que nos impulsan a atender siempre peticiones o favores: miedo a que los dem¨¢s nos dejen de querer o se enojen; a parecer ego¨ªstas o malas personas; a sentirnos culpables; a decepcionar; o a crear un conflicto en la relaci¨®n personal.
Si somos capaces de eliminar estos miedos, nos sentiremos m¨¢s valiosos por saber expresar negativas que reforzar¨¢n nuestra personalidad.
?Le gustar¨ªa aprender a dar negativas sin arriesgar sus relaciones de pareja, de amigos, filiales o con sus compa?eros de trabajo? Resulta perfectamente compatible querer agradar a los dem¨¢s y defender sus propias opiniones o deseos. Este aprendizaje produce beneficiosos efectos en nuestra personalidad ¨Ctal como manifest¨® Freud¨C, al tiempo que tambi¨¦n evitamos que nos hagan peticiones indeseadas. Poner l¨ªmites a las demandas de los dem¨¢s ¨Cy a nosotros mismos¨C nos hace la vida m¨¢s soportable. Un primer paso es descubrir que existe una gran diferencia entre querer complacer a todas las personas cuando uno no debe y ayudarlas cuando uno puede. Porque lo que s¨ª est¨¢ claro a estas alturas es que nunca se puede agradar a todos.
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