El Olimpo del escarnio
Los programas del coraz¨®n se han convertido en un icono de la cultura popular y en un fil¨®n para las cadenas de televisi¨®n
"Caos: 1.- Estado amorfo e indefinido que se supone anterior a la ordenaci¨®n del cosmos. 2.- Confusi¨®n, desorden". Son dos de las acepciones que la RAE ofrece del t¨¦rmino. Las dos son tambi¨¦n v¨¢lidas para definir los programas del coraz¨®n y las tertulias pol¨ªticas de las televisiones, generalistas o no. Se podr¨¢ discutir que dichos programas no son anteriores a la ordenaci¨®n del cosmos pero eso supondr¨ªa admitir que el cosmos est¨¢ ordenado, algo que los protagonistas de The Big Bang Theory pondr¨ªan inmediatamente en duda, sobre todo Sheldon Cooper, naturalmente. Lo que parece indudable es que promueven la confusi¨®n y el desorden, al menos el mental.
?C¨®mo sino tratar de aclararse con los apasionados debates de S¨¢lvame diario y S¨¢lvame Deluxe a prop¨®sito de, por ejemplo, la tortuosa relaci¨®n de Amador Mohedano y Rosa Benito? ?Y qu¨¦ decir de todos y cada uno de los dubitativos pasos que da en la vida Chabelita Pantoja? ?C¨®mo no caer en el m¨¢s desconcertante desorden mental al escuchar durante a?os a Bel¨¦n Esteban analizar las cuestiones m¨¢s inherentes al esp¨ªritu humano, el amor, los celos, la envidia, la infidelidad o la defensa a muerte de los hijos? ?Y c¨®mo asimilar el que se haya convertido en un icono de la cultura popular y en un fil¨®n para la cadena?
Si la charla es educada y sin interrupciones de unos a otros,
la audiencia desiste
S¨¢lvame es un homenaje diario al ombliguismo, a un mirar y mirarse continuamente entre sus habituales contertulios, los Kikos, Mila, Terelu, Karmele, Lydia, Chelo, Raquel, Mar¨ªa, Gustavo o Gema, que no dudan en despedazarse de cuatro a ocho de la tarde para luego irse a cenar tan ricamente. Es el Olimpo del escarnio y no suelen bajar de 1.700.000 espectadores. Tanta humillaci¨®n a propios evita, adem¨¢s, las frecuentes querellas de los ajenos pues no hay que olvidar que Telecinco es la cadena que recibe el mayor n¨²mero de quejas de las que m¨¢s de la mitad lo son por el programa que presenta Jorge Javier V¨¢zquez.
Pero si Bel¨¦n Esteban hace tiempo que super¨® ampliamente el cuarto de hora de fama warholiano, Maril¨® Montero no se queda atr¨¢s, con un matiz: su programa en TVE es el de menos audiencia de las ma?anas generalistas pero ella entr¨® en el selecto grupo de las/los inolvidables, y todo debido a su propio esfuerzo con comentarios tan sugestivos como el de que "no est¨¢ cient¨ªficamente comprobado, pero nunca se sabe, si el alma est¨¢ tambi¨¦n trasplantada con el ¨®rgano", o el no menos impactante en el que ofreci¨® su conclusi¨®n sobre el problema de los desahucios al afirmar que "para acabar con los desahucios no se puede dar dinero como a los negritos sino ense?arles a labrar la tierra". Desahuciados, s¨ª, pero con un oficio.
Lo ¨²ltimo es que ahora los especialistas en programaci¨®n est¨¢n valorando la posibilidad de adaptar a Espa?a el reality The Sisterhood Becoming Nuns, que emite Lifetime en Estados Unidos, y en el que se muestra el d¨ªa a d¨ªa de un grupo de j¨®venes que aspiran a ingresar en un convento. Al fin y al cabo, y mas despu¨¦s de las recientes novedades bibliogr¨¢ficas sobre los procesos de beatificaci¨®n y sus costes, todo parece indicar que el Vaticano tampoco desde?a las leyes de la oferta y la demanda, o al menos hasta la llegada del papa Francisco.
Ana Rosa y Susanna Griso fusionan pol¨ªtica y coraz¨®n como quien une flamenco y m¨²sica subsahariana
Lo curioso de todo este asunto es que las tertulias pol¨ªticas han ido derivando hacia los programas del coraz¨®n, al menos en su aspecto formal: las corralas se han adue?ado de los plat¨®s. Ya no s¨®lo basta con repetir lo le¨ªdo o escuchado en los diarios o en la radio antes del programa, ahora resulta imprescindible el dar gritos y no respetar las intervenciones ajenas. Si la charla es educada y sin interrupciones de unos a otros, la audiencia desiste. Y, naturalmente, entre la tesis y la ant¨ªtesis surge la s¨ªntesis: son los programas de Ana Rosa y Susanna Griso en los que el coraz¨®n y la pol¨ªtica se fusionan con la misma facilidad que se funde el flamenco con la m¨²sica subsahariana. Un rato sobre las declaraciones de cualquier ministro torpe, otro rato sobre el soberanismo catal¨¢n, un anuncio de colchones y los ¨²ltimos detalles de la boda de Eva Gonz¨¢lez con Cayetano Rivera.
La televisi¨®n es el m¨¢s denostado de los medios de comunicaci¨®n. Fellini dijo aquello de que "es el espejo donde se refleja la derrota de todo nuestro sistema cultural". Groucho Marx destac¨® otra peculiaridad: "Encuentro la televisi¨®n muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitaci¨®n y leo un libro". La recopilaci¨®n de frases sobre lo que durante a?os se llam¨® "la caja tonta" ser¨ªa interminable y sin embargo se ha convertido en el electrodom¨¦stico esencial, aquel que define como bicho raro el que no lo tenga.
Los expertos suelen argumentar que la televisi¨®n ha sustituido a los encuentros en las plazas de los pueblos, unas tertulias en las que se intercambiaban historias locales. Sabido es que en la Venecia del XVII los ciudadanos pagaban por unas hojas manuscritas, La gazzetta veneciana, en las que se narraban historias reales y fant¨¢sticas aportadas por las tripulaciones de los comerciantes que recorr¨ªan todos los mares.
Manuel Vicent suele contar que esos relatos son el origen del periodismo, un g¨¦nero en el que la informaci¨®n, las cr¨®nicas, la imaginaci¨®n y la fantas¨ªa de las leyendas convirtieron aquellas hojas en los primeros ejemplares del periodismo escrito. Ya apenas queda nada de todo eso. En las plazas y en los relatos de los marinos hab¨ªa informaci¨®n ¨²til y f¨¢bulas; en las tertulias televisivas hay, mayoritariamente, humillaciones y gritos.
Cuando Enzensberger se?alaba que las reivindicaciones revolucionarias del siglo XXI eran el silencio y el espacio estaba designando lo que los cientos de miles de refugiados que ans¨ªan llegar a Europa y los que escuchan los programas del coraz¨®n o de la pol¨ªtica anhelan fervientemente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Ana Rosa Quintana
- Jorge Javier V¨¢zquez
- Kiko Matamoros
- Bel¨¦n Esteban
- Telebasura
- S¨¢lvame
- Telecinco
- La f¨¢brica de la tele
- Productoras televisi¨®n
- Mediaset
- Programa televisi¨®n
- Producci¨®n audiovisual
- Gente
- Programaci¨®n
- Televisi¨®n
- Grupo comunicaci¨®n
- Medios comunicaci¨®n
- Empresas
- Comunicaci¨®n
- Econom¨ªa
- Sociedad
- Susanna Griso
- Revista S¨¢bado