Las ind¨ªgenas que lucharon por el agua en Xesampual
El deseo de contar con un grifo, llev¨® a un grupo de mujeres a liderar la puesta en marcha de un sistema de bombeo hasta los domicilios instalado con apoyo de la cooperaci¨®n espa?ola
La jornada de Mar¨ªa Isabel comienza en una vivienda de adobe a medio derruir ubicada en lo alto de un terreno monta?oso en Xesampual, un paraje del sur de Guatemala. Aqu¨ª, junto a Magdalena y Jos¨¦ Antonio, quienes la acompa?an en la faena, destapa una cubierta de cemento para encontrar el medidor de agua de su vecina. En K¡¯ich¨¦, la lengua Maya que hablan en su comunidad, le dice a la mujer de cabello trenzado que deber¨¢ pagar 10 quetzales el pr¨®ximo s¨¢bado en la biblioteca comunal. Luego se cubre del sol con un abrigo de tejidos morados y avanza a la siguiente casa por un camino flanqueado de matorrales espinosos y sembrad¨ªos de ma¨ªz. Todav¨ªa le quedan 18 medidores m¨¢s por buscar.
En Xesampual, el acceso al agua ha sido un problema ancestral, pero desde poco m¨¢s de tres meses estrenaron un sistema de agua potable que les permite contar con un grifo en su vivienda. Para operar y administrar el servicio, se cre¨® la Comisi¨®n de Agua y Saneamiento, de la cual forman parte Mar¨ªa Isabel y sus dos vecinos. Una de sus funciones es llevar un registro del consumo de cada hogar y, por eso, esta ma?ana han emprendido la jornada que les han encomendado. Esta es la segunda vez que revisan los medidores de los vecinos.
La comisi¨®n est¨¢ compuesta por 12 integrantes, ocho son mujeres. En este lugar perteneciente al municipio de Santa Luc¨ªa Utatl¨¢n, en el departamento de Solol¨¢ (al sur de Guatemala), las mujeres participan cada vez m¨¢s en las actividades comunales. Poco a poco se empoderan, luchando contra un pasado en el que eran relegadas de la toma de decisiones y ten¨ªan encomendadas exclusivamente las labores del hogar y el cuidado de los hijos.
Mar¨ªa Isabel Can es un buen ejemplo del papel relevante de la mujer en Xesampual. Esta ind¨ªgena de 37 a?os es vocal de la Comisi¨®n de Agua desde hace un a?o y medio, y es presidenta de una iglesia evang¨¦lica adonde acude frecuentemente a orar. Antes de participar en el proyecto, era integrante de otros comit¨¦s vecinales. Cuenta que desde hace 10 a?os, las mujeres comenzaron a tener un cometido m¨¢s protagonista porque muchos hombres empezaron a migrar y los que se quedaban se interesaban poco en participar en las reuniones. ¡°Ahora ya le est¨¢n dando derecho a la mujer, la toman en cuenta, antes no¡±, dice.
El esposo de Mar¨ªa Isabel se fue de indocumentado a Estados Unidos hace cinco a?os porque la remuneraci¨®n que recib¨ªa como jornalero no alcanzaba para los gastos familiares. Esto oblig¨® a Mar¨ªa Isabel a hacerse cargo de su hogar y llevar la educaci¨®n de sus hijos. Aunque su marido le env¨ªa dinero para su manutenci¨®n, ella trabaja haciendo costuras y tiene una tienda en la parte delantera de su casa, donde vende golosinas, refrescos, ma¨ªz, frijol, y hasta collares elaborados por ella misma.
Unos tres millones de habitantes, mayoritariamente del ¨¢rea rural, no tienen acceso al agua potable
Las tareas que antes hac¨ªa su esposo las ha asumido ella. Por ejemplo, todos los d¨ªas por la ma?ana debe tapiscar, es decir, recolectar el ma¨ªz cortando las mazorcas de la planta para garantizar el alimento en la temporada de sequ¨ªa. Es la jefa de su hogar, de ella dependen sus dos hijos, su mam¨¢ y una sobrina. ¡°No es f¨¢cil llevar la casa sola, yo velo por todo, y en la siembra a una le afecta porque no est¨¢ acostumbrada al oficio, no es igual a como trabaja un hombre¡±, afirma resignada.
Ella no es la ¨²nica que tiene su esposo en Estados Unidos. En este paraje y en los otros 15 del municipio de Santa Luc¨ªa Utatl¨¢n, es com¨²n que los hombres migren a otras ciudades de Guatemala o Norteam¨¦rica orillados por el desempleo y la desigualdad en la distribuci¨®n de la tierra. Seg¨²n datos de la municipalidad, tres de cada cinco habitantes en Xesampual son mujeres.
Las matronas que deben comandar solas sus hogares o los hombres que deciden quedarse a labrar su pedazo de tierra no tienen un panorama f¨¢cil. La vida para los 1.200 habitantes de Xesampual es complicada. S¨®lo hay una escuela, y si los ni?os quieren continuar con sus estudios deben viajar a la cabecera municipal o departamental, tampoco hay una cl¨ªnica de salud ni una ambulancia en caso de que ocurra alguna emergencia. No tienen polic¨ªas ni patrullas. Los vecinos se han organizado entre ellos para montar guardias de seguridad y han optado por cerrar los accesos a la comunidad desde las 6.00 de la tarde.
Un nuevo proyecto de agua
La ¨²ltima vez que Mar¨ªa Isabel fue al pozo a por agua fue en enero de 2015. En ese entonces, en Xesampual, se contaba con un sistema de distribuci¨®n tan antiguo que en las temporadas de verano el chorro se quedaba seco durante cuatro o seis meses, y los habitantes deb¨ªan ir al r¨ªo o a pozos para almacenarla en cubetas. En la ¨¦poca de invierno, aprovechaban la lluvia.
Los residentes de este paraje no son los ¨²nicos con problemas de acceso al agua en Guatemala. Unos tres millones de habitantes, mayoritariamente del ¨¢rea rural, no tienen acceso al agua potable. Datos del Ministerio de Salud indican que entre el 80 y 90% del agua dulce no es apta para consumo humano. Adem¨¢s, Guatemala no cuenta con una ley de aguas.
En Xesampual la labor de acarrear el agua le corresponde a la mujer. Mar¨ªa Isabel cuenta que en las temporadas de sequ¨ªa deb¨ªa ir hasta cuatro veces al riachuelo de lunes a viernes para traer 20 tinajas repletas de l¨ªquido que deb¨ªa cargar en su cabeza. ¡°Si uno tiene animales, hay que traer el doble¡±, explica.
A las mujeres no les gustaba ir a por agua porque deb¨ªan atravesar un peque?o bosque para llegar al r¨ªo. Ah¨ª se expon¨ªan a ser atacadas por alg¨²n animal o a toparse con borrachos que quisieran hacerles da?o. ¡°Siempre nos ¨ªbamos dos mujeres o llev¨¢bamos a nuestros hijos porque nos daban miedo las culebras. Unos a?os antes llegaban gentes malas, hab¨ªa abusos para las mujeres, as¨ª de sexo. Una vez intentaron abusar de una patoja [ni?a] de 12 a?os. Por eso, una ten¨ªa que prevenir¡±.
La falta de agua complicaba las medidas b¨¢sicas de higiene y esto ocasionaba problemas de salud. Al menos ocho de cada 10 familias contaban con letrina de hoyo seco que no cumpl¨ªa las normas sanitarias. No hab¨ªa un sistema que captara e infiltrara el agua residual, por lo que se descargaba en la tierra. Los habitantes que no ten¨ªan una letrina, defecaban a cielo abierto y esto provocaba enfermedades gastrointestinales, principalmente en los ni?os y ancianos.
Mar¨ªa Isabel relata que frecuentemente sus hijos se enfermaban del est¨®mago y como en su comunidad no hay una cl¨ªnica m¨¦dica deb¨ªa trasladarse hasta Solol¨¢ en busca de un doctor. Esto implicaba un gasto no previsto en medicamentos. ¡°Ahora el agua es m¨¢s pura porque viene de un nacimiento protegido, en cambio, en el pozo le ca¨ªa basura y no estaba clorada¡±, asegura.
A las familias numerosas se les duplicaba el problema. Magdalena Saquic tiene ocho hijos y cuatro nietos que viven en su casa. Esta mujer de modos apacibles cuenta que no pod¨ªa ba?ar a sus hijos frecuentemente porque el agua apenas les alcanzaba para beber y preparar alimentos. Cuando hab¨ªa que lavar ropa pasaba toda la ma?ana en el r¨ªo. ¡°Ahora estoy muy contenta con el chorro aqu¨ª¡±, dice mientras ayuda a su hija a lavar unos trastos en una inmensa pileta de cemento con dos tinas repletas de vasos y platos.
Los habitantes que no ten¨ªan una letrina, defecaban a cielo abierto y esto provocaba enfermedades gastrointestinales, principalmente en ni?os y ancianos
Su amiga Candelaria tambi¨¦n fue una de las principales promotoras del proyecto. Ella es vicepresidenta de la Comisi¨®n de Agua y recuerda que tardaron 10 a?os gestionando un nuevo servicio para Xeseampual hasta que por fin lo lograron. ¡°Nosotras decidimos dar la batalla porque el agua es lo m¨¢s importante en la vida, es nuestra salud y sin agua no se hace nada¡±, exclama con una sonrisa que invade su rostro redondo.
El deseo de contar con agua permanente en su domicilio llev¨® a estas mujeres a tener una mayor participaci¨®n en las actividades del Consejo Comunitario de Desarrollo, la m¨¢xima autoridad de Xesampual. Cuando tuvieron conocimiento del proyecto se propusieron como integrantes del comit¨¦ y en una asamblea fueron elegidas con el voto de sus vecinos. Pronto organizaron a los beneficiarios para que prestaran su mano de obra en la construcci¨®n de la pila y supervisaron las obras.
El nuevo proyecto de agua potable ¡ªcofinanciado por la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional para el Desarrollo (AECID) y la mancomunidad Tzolojya (Manctzolojya) del departamento de Solol¨¢¡ª consisti¨® en instalar un sistema por bombeo accionado por medio de energ¨ªa el¨¦ctrica y que se distribuye a las viviendas a trav¨¦s de conexiones prediales, donde se instalaron medidores de caudales. Para mejorar el saneamiento b¨¢sico del paraje se construyeron letrinas de hoyo seco ventiladas y pozos de absorci¨®n para infiltrar las aguas residuales.
Estas mujeres lograron su objetivo y desde hace tres meses tienen una conexi¨®n domiciliaria en casa. Ahora su funci¨®n dentro de la comisi¨®n de agua velar porque los habitantes hagan buen uso del l¨ªquido. Adem¨¢s, hace un mes instalaron bocinas en una casa y con m¨²sica hicieron un llamado a sus vecinos para que se acercaran a pagar los 10 quetzales. ¡°Fue como una fiesta¡±, cuenta Magdalena.
Mar¨ªa Isabel asegura que hace unas semanas limpiaron el tanque donde se almacena el l¨ªquido. ¡°Me siento contenta de estar en el comit¨¦ porque estamos trabajando por la comunidad, por el futuro de nuestros hijos¡±, exclama con orgullo.
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