Un paseo invernal por la Cerdanya
Acabo de estar en la Cerdanya, una de las comarcas m¨¢s peculiares del Pirineo catal¨¢n. Estuve esquiando en La Molina y luego deambulando por sus pueblos de aire medieval en busca de buena cocina. La encontr¨¦.
Puigcerd¨¢
La capital de la Cerdanya es la primera parada obligatoria. No tiene un casco medieval, como cabr¨ªa esperar por su larga historia: su fisonom¨ªa urbana es m¨¢s bien producto de las ampliaciones del XIX, cuando la ciudad se convirti¨® en lugar de veraneo de la burgues¨ªa catalana, que levant¨® bell¨ªsimos palacetes en torno a l¡¯Estany, un lago natural en la parte alta del casco urbano, con bellas vistas del Pirineo circundante. Los jardines del lago y las casas se?oriales que le rodean, la cercana plaza del Campanario- con la torre de una iglesia rom¨¢nica ya desaparecida- y algunos edificios ilustres de aquella ¨¦poca como el Casino Ceret¨¤, son los lugares m¨¢s interesantes para visitar.
La Molina
Una de las estaciones ic¨®nicas del Pirineo de Girona, adem¨¢s de una de lasm¨¢s antiguas de Espa?a (1946). No es muy grande, pero su ubicaci¨®n es excepcional: en un valle semicircular y con profusi¨®n de bosques de con¨ªferas por cuyo interior discurren muchas de las pistas. Est¨¢ unida a la contigua estaci¨®n de Masella por un telecabina y ambas ofrecen un pase de remontes conjunto para los 135 km de pistas que suman entre las dos. Me gustaron las pistas ¨Cen especial la de la Vuelta a la Monta?a Sagrada y la negra de l¡¯Estadi- y me gust¨® lo bien que cuidada que tienen la nieve. Adem¨¢s de a esquiar, a La Molina se puede ir a hacer multitud de actividades invernales o veraniegas porque es un centro que cuida mucho tambi¨¦n todo el tema de eventos deportivos y l¨²dicos. Entre descenso y descenso os recomiendo una carne a la brasa en el restaurante El Bosc, junto a la salida del telecabina (aconsejable reservar).
Ll¨ªvia
Es una rareza del Tratado de los Pirineos, que en 1659 defini¨® las actuales fronteras entre Espa?a y Francia. Seg¨²n aquel acuerdo, los pueblos del norte de la Cerdanya quedaron bajo bandera francesa, menos Llivia, que al ser villa, sigui¨® siendo espa?ola. Llivia es una isla espa?ola dentro de territorio franc¨¦s y para llegar a ella desde Puigcerd¨¤ hay que entrar a Francia. Aunque tranquilos, no hay ninguna frontera ni piden pasaporte. En realidad, viajando por la Cerdanya nunca te enteras cuando cruzas de un pa¨ªs a otro: es una frontera fantasma. Ll¨ªvia conserva un casco hist¨®rico muy agradable y bien conservado en torno a una iglesia g¨®tica. Cerca queda la farmacia-museo, con los utensilios de una botica del siglo XII que se mantuvo abierta hasta 1942.
Comer en Cal Cofa (Ll¨ªvia)
Dicho queda en el ep¨ªgrafe anterior que Llivia es un pueblo con encanto. Tambi¨¦n est¨¢ lleno de restaurantes encantadores, pero si me tuviera que quedar con uno os recomendar¨ªa ir a Cal Cofa: una delicia de cocina tradicional catalana de monta?a, pero pasada por un tamiz de modernidad (sin que se les vaya de las manos con zarandajas moleculares). Los due?os son payeses que cr¨ªan sus propias vacas y de ellas sirven unas carnes incre¨ªbles. Pedid ternera a la antigua (receta secreta), el solomillo con foie natural y de postre, su famoso soufl¨¦. ?Me dar¨¦is las gracias! (Mejor ir con hambre: los platos son como para saciar a Carpanta).
Caballos pirenaicos
La Cerdanya es un territorio singular con muchas tradiciones propias. No os limit¨¦is a ver paisajes: hablad con los payeses y preguntadles por cosas del lugar, como por ejemplo el caballo aut¨®ctono de la zona, f¨¢cil de ver en muchos prados. Son los llamadoscaballos hispano-bretones o caballo pirenaico catal¨¢n, un cruce entre caballos ib¨¦ricos y yeguas bretonas que dio como resultado un animal fuerte de tiro muy utilizado por los ej¨¦rcitos. Seg¨²n me cont¨® un pay¨¦s, durante la Guerra Civil estuvo prohibido matarlo porque serv¨ªan para fines militares. Muchos payeses, no pudiendo criarlos, los dejaron sueltos por el monte. Por selecci¨®n natural se hicieron m¨¢s resistentes a¨²n al fr¨ªo y por eso pueden pasar los inviernos sin estabular.
Bellver de Cerdanya
La Cerdanya catalana est¨¢ divida en dos provincias, Girona y Lleida. En la parte leridana el pueblo m¨¢s bonito es Bellver de Cerdanya, con un casco hist¨®rico genuino de la localidades pirenaicas y muy bien conservado (l¨¢stima que la plaza Mayor, la m¨¢s bella, est¨¦ siempre llena de coches). Magn¨ªficas las vistas de las monta?as y bosques pirenaicos y de la sierra del Cad¨ª desde la parte alta del pueblo.
Parque natural Cad¨ª-Moixer¨®
Las sierras del Cad¨ª y Moixer¨® forman una colosal barrera que cierra la Cerdanya por el sur. Fueron declaradas parque natural en 1983. Un lugar excepcional para hacer senderismo o monta?a.
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