Un Gobierno de coalici¨®n
La situaci¨®n en Catalu?a y la salida de la crisis aconsejan un Ejecutivo de PP y PSOE sin Rajoy
Los resultados de las ¨²ltimas elecciones generales han tenido como consecuencia que la hip¨®tesis del Gobierno de coalici¨®n entre el PP y el PSOE haya pasado del terreno de la teor¨ªa especulativa al campo de la realidad. La situaci¨®n de Catalu?a, en primer lugar, y la salida de la crisis econ¨®mica, en segundo, hacen que sea obligado plantearse la conveniencia de un acuerdo del PP, PSOE y Ciudadanos en el intento de dar respuesta adecuada a ambas cuestiones.
La magnitud de estos dos grandes problemas hace inviables las dos opciones alternativas que podr¨ªan plantearse. Un Gobierno interino hasta la celebraci¨®n de nuevas elecciones abrir¨ªa un periodo demasiado largo de incertidumbre para la adopci¨®n de las pol¨ªticas requeridas por la situaci¨®n. La opci¨®n por un Gobierno de izquierdas forzar¨ªa al PSOE al entendimiento con unas fuerzas pol¨ªticas pr¨®ximas, seg¨²n la ocasi¨®n, a la impugnaci¨®n del actual sistema pol¨ªtico, o a la superaci¨®n del propio PSOE como opci¨®n pol¨ªtica del centro izquierda espa?ol.
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Ese Gobierno de coalici¨®n, en mi opini¨®n, deber¨ªa estar presidido por persona distinta a Mariano Rajoy. Se tratar¨ªa de una pretensi¨®n razonable por parte del PSOE, avalada por el lugar alcanzado por la corrupci¨®n en su entorno, as¨ª como por su muy limitada eficacia en el tratamiento del contencioso catal¨¢n. Habr¨ªa que buscar un candidato de consenso para esa presidencia que, en principio, parecer¨ªa l¨®gico que perteneciese al PP como socio mayoritario de la coalici¨®n.
Los objetivos pol¨ªticos del nuevo Gobierno deber¨ªan reducirse a dos fundamentales: la movilizaci¨®n pol¨ªtica de la opini¨®n catalana en contra de la secesi¨®n y la creaci¨®n de condiciones que permitan hacer realidad la salida de la crisis econ¨®mica y el impulso a medidas sociales que disminuyan el incremento de la desigualdad que se ha producido en estos ¨²ltimos a?os. Las pol¨ªticas orientadas a estos dos grandes objetivos tendr¨ªan que ordenarse en un programa m¨ªnimo consensuado por las tres fuerzas pol¨ªticas llamadas a integrar el Gobierno.
Pienso que corresponde al PSOE impulsar esta estrategia pol¨ªtica. Las elecciones de diciembre han puesto de manifiesto el riesgo de desplazamiento del partido que ha liderado la opci¨®n del centroizquierda espa?ol por una confusa opci¨®n de izquierda radical. Se trata en este caso de un problema que abre la hip¨®tesis de una renovaci¨®n en la direcci¨®n del socialismo espa?ol que quiz¨¢ pueda resolverse volviendo un poco la mirada atr¨¢s. No tiene sentido la amortizaci¨®n que se ha llevado a cabo de los equipos dirigentes que encabezaron la eficaz gesti¨®n socialista en el pasado. L¨ªderes como Felipe Gonz¨¢lez, Javier Solana, Jos¨¦ Borrell, Carlos Solchaga, Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall, Ram¨®n Ja¨²regui, Jordi Sevilla y tantos otros pueden todav¨ªa prestar servicios importantes a la sociedad espa?ola, junto con los nuevos dirigentes.
No tiene sentido la amortizaci¨®n que se ha llevado a cabo de los equipos dirigentes que encabezaron la eficaz gesti¨®n socialista en el pasado
Por lo que hace a las fuerzas pol¨ªticas a la izquierda del PSOE, parecen convencidas de que el asalto al sistema pol¨ªtico actual debe conducirse a trav¨¦s del cuestionamiento de la planta pol¨ªtica del Estado. El impulso revolucionario que no consiguen encontrar en la actual estructura social espa?ola han cre¨ªdo verlo en el cuestionamiento de la realidad nacional y estatal de Espa?a. Y es, ciertamente, en este campo donde se plantean las mayores debilidades de nuestro actual sistema pol¨ªtico. En esta estrategia parece dispuesto a fracasar el impulso renovador que en alg¨²n momento pudo aparentar Podemos y en la misma direcci¨®n caminar¨ªa el aparente empe?o revolucionario de la CUP, reconvertido en d¨®cil acompa?amiento del radicalizado nacionalismo catal¨¢n.
No es suficiente insistir en la obvia defensa del Estado de derecho y el orden constitucional. El Gobierno de coalici¨®n ha de ser consciente de la conveniencia de propiciar la recuperaci¨®n de la conciencia nacional y la lealtad a un Estado capaces, en el marco de la Uni¨®n Europea, de garantizar el futuro armonioso de la sociedad espa?ola. Los dirigentes del PP, el PSOE y Ciudadanos deben abrirse a una opini¨®n p¨²blica espa?ola que, con seguridad, se est¨¢ adaptando con rapidez a las nuevas circunstancias. Unos cambios de opini¨®n a los que los dirigentes pol¨ªticos no pueden responder amarr¨¢ndose a compromisos desbordados por la realidad.
Andr¨¦s de Blas Guerrero es catedr¨¢tico de Teor¨ªa del Estado en la UNED.
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