Vuelve el ¡®mixtolobo¡¯
El ¡®coywolf¡¯, un h¨ªbrido perfecto de lobo, coyote y perro capaz de adaptarse a las ciudades, es el nuevo predador de la Costa Este de Estados Unidos
En 1999 la polic¨ªa de Nueva York captur¨® en Central Park una especie canina que result¨® ser demasiado grande para ser un coyote, demasiado inteligente para ser un lobo y demasiado hura?o para ser un perro. Sin embargo, posteriores capturas y avistamientos producidos en el Bronx, Queens, Long Island, Boston, Nueva Jersey y Virginia, as¨ª como las conclusiones de los bi¨®logos Mark Weckel (American Museum of Natural History) y Christopher Nagy (Mianus River Gorge Preserve), nos han permitido conocer la existencia de una nueva criatura cuya mutaci¨®n gen¨¦tica supone un salto en la evoluci¨®n de las especies. A saber, el coywolf, un h¨ªbrido perfecto de lobo, coyote y perro capaz de adaptarse a las ciudades, cazar en manada y actuar exclusivamente durante las noches. El ?coywolf es el nuevo predador de la Costa Este de Estados Unidos.
Durante una d¨¦cada los cient¨ªficos creyeron que se trataba de una variedad oriental de coyote, aunque su cr¨¢neo, sus patas y su corpulencia no se correspond¨ªan con los patrones de la especie. Sin embargo, aunque aquellos animales aullaban como lobos, los melismas de sus aullidos eran m¨¢s bien de coyote. En realidad, el ADN del coywolf es una s¨ªntesis de las tres especies, y la noticia de su existencia ya ha creado un debate entre bi¨®logos, granjeros y conservacionistas, pues unos son partidarios de frenar el crecimiento de los h¨ªbridos introduciendo lobos rojos en sus ¨¢reas naturales, mientras otros celebran la aparici¨®n de una nueva y evolucionada especie. La cadena PBS emiti¨® en 2014 el documental Meet the Coywolf, disponible en la Red, precedido de una interesante entrevista a los bi¨®logos Mark Weckel y Christopher Nagy. ?Qu¨¦ podemos aprender de la existencia del coywolf?
En primer lugar, que la evoluci¨®n sigue su curso y que la mezcla es una alternativa real para la supervivencia de algunas especies, como el savannah cat (ligaz¨®n de serval y gato dom¨¦stico), el zonkey (h¨ªbrido de asno y cebra), el wholphin (mestizo de orca y delf¨ªn) o el groler bear (cruce de grizzly y oso polar). Por otro lado, ?qu¨¦ ocurrir¨¢ dentro de unas d¨¦cadas cuando las especies ex¨®ticas invasoras (EEI) se hibriden del todo con las variedades locales europeas? Pensemos en toda esa constelaci¨®n de peces, cangrejos, camarones, tortugas, serpientes y cotorras que tantos desaprensivos han soltado por bosques, r¨ªos, arroyos y lagos de Europa, por no hablar de los coip¨²es, visones, patos, mangostas, muflones y hasta cerdos salvajes (alguno vietnamita) que ahora pululan por los principales parques y los extramuros de las grandes ciudades europeas. A nadie le consta que haya cocodrilos en las alcantarillas de Manhattan, pero los mapaches por los alrededores de Par¨ªs, Madrid o Berl¨ªn cada vez son m¨¢s comunes. Y por ¨²ltimo, tambi¨¦n existen nuevas especies creadas en laboratorios, a veces para mejorar la ganader¨ªa ¨Ccomo el beefalo¨C y otras para reventar el planeta, como las killer bees, una temeraria mezcla de abejas africanas y brasile?as que result¨® incontrolable y cuyos enjambres huyeron por millones hacia la selva amaz¨®nica, donde se han convertido en una suerte de pira?as voladoras.
Y pensar que en la Espa?a de los sesenta y los setenta ¨Cantes que llegaran los huskies, los pitbulls, los rottweilers y todas esas razas importadas al socaire de la burbuja inmobiliaria¨C lo normal era que todo el mundo tuviera un ¡°mixtolobo¡± en casa, aunque aquellos leales compa?eros fueran m¨¢s mixtos que lobos. En realidad, como todos los perros descienden del lobo cavernario, cualquier caniche con mala idea y mordisco f¨¢cil lo llevaba en las venas (¡°Ten cuidado, que su abuelo era mixtolobo¡±). Ahora va a resultar que los gringos han descubierto el coywolf, que no es otro que el mixtolobo de toda la vida.
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