Esta es la raz¨®n por la que su resaca es horrible (y la de sus amigos no)
"Si yo estoy como una rosa¡", le dice el colega repelente al que el alcohol nunca tumba. ?Est¨¢ acaso su secreto al alcance de cualquiera?
Tal vez esta situaci¨®n le resulte familiar: una noche sale a cenar con un amigo, se beben unas copas de vino y a continuaci¨®n otra copa de licor. Para rematarla un par de whiskies o gin tonics. Ha sido una noche divertida, nada hace prever su situaci¨®n solo unas horas despu¨¦s: usted, tumbado en la cama, con un horrible dolor de cabeza con martillazos incluidos, n¨¢useas y v¨®mitos (momento en el que el martillo golpea con m¨¢s fuerza), dolor en las articulaciones, taquicardia y una profunda sensaci¨®n de culpa. Ha llegado el momento de corroborar que bebieron demasiado anoche; llama a su amigo, que ingiri¨® poco m¨¢s o menos la misma cantidad de alcohol. ?l se encuentra fresco y relajado, apenas un ligero dolor de cabeza le recuerda la pasada juerga¡
En efecto, de nuevo se ha llevado la peor parte de una noche de copas. Y no es la primera vez. Usted ya sabe por experiencia lo que es padecer una verdadera resaca. O, lo que es lo mismo: ¡°Un cuadro de malestar general que se produce en el organismo como consecuencia de un consumo excesivo de alcohol¡±, seg¨²n definen Jos¨¦ Zarco e Ignacio Ruz, miembros del Grupo de Trabajo de Intervenci¨®n en drogas de la semFYC (Sociedad Espa?ola de Medicina Familiar y Comunitaria).
Lo que a¨²n no termina de entender es por qu¨¦ a su amigo no le afecta de la misma manera. Pablo Irimia, neur¨®logo y vocal de la Sociedad Espa?ola de Neurolog¨ªa, asegura que depende de la capacidad que tiene cada uno para metabolizar el acetaldeh¨ªdo ¡ªsustancia 30 veces m¨¢s t¨®xica que el etanol¡ª presente en las bebidas alcoh¨®licas. ¡°Ciertos grupos ¨¦tnicos ¡ªcomo los japoneses¡ª tienen una capacidad gen¨¦tica reducida para metabolizar esta sustancia a nivel hep¨¢tico y por este motivo pueden sufrir fuertes resacas tomando cantidades mucho menores de alcohol. Del mismo modo, aquellas personas que tomen f¨¢rmacos que se metabolizan en el h¨ªgado pueden no metabolizar correctamente el acetaldeh¨ªdo. Eso provoca que presenten s¨ªntomas m¨¢s fuertes¡±.
¡°Los japoneses tienen una capacidad gen¨¦tica reducida para metabolizar el alcohol, por lo que pueden sufrir fuertes resacas bebiendo pocas cantidades", dice el neur¨®logo?Pablo Irimia
Tambi¨¦n puede influir el g¨¦nero (quiz¨¢s sea su caso, si no es japon¨¦s ni se medica). Gemma Prat es psic¨®loga cl¨ªnica y profesora asociada del Departamento de Psiquiatr¨ªa y Psicobiolog¨ªa Cl¨ªnica de la Universidad de Barcelona: ¡°No existen datos sobre diferencias de g¨¦nero en la prevalencia de resaca. Pero s¨ª algunos que indican que las mujeres la padecen con m¨¢s intensidad que los hombres, igual que los bebedores m¨¢s j¨®venes o los que consumen alcohol con un patr¨®n de atracones (binge-drinking)¡±. Zarco y Ruz lo achacan a que en el h¨ªgado del var¨®n la velocidad de conversi¨®n y depuraci¨®n del alcohol a trav¨¦s de reacciones enzim¨¢ticas hep¨¢ticas es mayor que en la f¨¦mina ¡°Por este motivo, las cantidades de alcohol que se consideran ¡®de riesgo¡¯ son m¨¢s bajas en las mujeres que en los hombres¡±, concluyen los m¨¦dicos de familia.
La gen¨¦tica es otro factor a tener en cuenta, seg¨²n Prat: ¡°Un estudio australiano telef¨®nico ha identificado fenotipos de resaca (frecuencia, intensidad) que parecen tener una base gen¨¦tica¡ pero yo hablar¨ªa de personas con una mayor vulnerabilidad hacia el alcoholismo: hijos de personas alcoh¨®licas y sujetos con alto riesgo para una dependencia de alcohol presentan resacas m¨¢s severas y m¨¢s frecuentes que los hijos de personas no alcoh¨®licas o de bajo riesgo para el desarrollo de una dependencia de alcohol". Zarco y Ruz lo corroboran: ¡°Un estudio realizado en la universidad de Missouri-Columbia y publicado en la revista Adicction en el a?o 2014, con 4.000 personas de mediana edad, concluye que los factores gen¨¦ticos representan casi la mitad de las razones por las que se sufre resaca (45% en mujeres y 40 % en hombres). Existe una transmisi¨®n gen¨¦tica mediante la cual las personas que tienen un progenitor alcoh¨®lico tienen mayor probabilidad de padecer trastornos por el abuso de alcohol y, en su m¨¢xima expresi¨®n, ser alcoh¨®licos¡±.
La tendencia a la migra?a es otro causante de malas resacas. Pablo Irimia se basa en el estudio FACTOR, que eval¨²a los desencadenantes de jaqueca en Espa?a, dirigido por el doctor Valentin Mateos: ¡°En aproximadamente un 30% de los pacientes el consumo de alcohol (incluso en peque?as cantidades) es un desencadenante de migra?a. Es razonable pensar que las personas que la sufren, cuando consumen alcohol en grandes cantidades, desarrollen el dolor con agudeza¡±. Sin dejar de lado el resto de los s¨ªntomas asociados a la resaca. Por si hab¨ªa alguna duda, Zarco y Ruz aseguran la relaci¨®n entre la migra?a y la ingesti¨®n de alcohol qued¨® demostrada en un estudio del Colegio de Medicina Jefferson de la Universidad Thomas Jefferson.
La gen¨¦tica importa, vale. Pero los factores externos, tambi¨¦n. Gemma Prat entiende que la manera en que el alcohol afecta depende, tambi¨¦n, del tipo de bebida ¡ªlos alcoholes claros como el ron, el vodka o la ginebra presentan menor frecuencia de resaca y de menor intensidad¡ª; el patr¨®n de consumo, la presencia y tipo de comida en el est¨®mago (mejor alimentos ricos en grasas); el consumo simult¨¢neo de otras sustancias (el cannabis y benzodiacepinas tambi¨¦n producen resaca), vulnerabilidad, edad de inicio de consumo (sobre todo en las mujeres); y factores psicosociales como la situaci¨®n afectiva, o la ansiedad.
Pero no se deje enga?ar. En realidad pocos son quienes no padecen resaca, aunque no sea tan fuerte como la suya. Se deduce de los datos que da Gemma Prat basados en un estudio realizado por Ernest Harbourg en 1993 (Psychosocial factors, alcohol use, and hangover sings among social drinkers): el 75% de las personas que se han emborrachado la ha tenido alguna vez.
Llegado a este punto parece que la resaca es un mal inevitable tras el consumo de alcohol, pr¨¢cticamente imposible de prevenir. Prat lo tiene claro: ¡°No existe un consenso ni un tratamiento aceptado¡±. A pesar de ello prevalece la idea generalizada de que beber agua para no deshidratarse durante la noche; tomar bebidas isot¨®nicas o zumos de frutas; e ingerir un analg¨¦sico o antiinflamatorio antes de irse a dormir contribuye a paliar los s¨ªntomas. Pablo Irimia lo pone en duda. Y su conclusi¨®n es evidente: nada como no pasarse con el consumo de alcohol para evitar la resaca.
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