El ¡°in¨²til y demag¨®gico¡± delito de clandestinidad
Los fiscales arremeten contra el Gobierno de Renzi por no abolir la ley de Berlusconi
En octubre de 2013, conmocionado ante los m¨¢s de 300 ata¨²des colocados en un hangar del aeropuerto de Lampedusa, el entonces primer ministro de Italia, Enrico Letta, decidi¨® rendir homenaje a las v¨ªctimas de aquel gran naufragio en el Canal de Sicilia concedi¨¦ndoles la nacionalidad italiana a t¨ªtulo p¨®stumo. Sin embargo, unas horas despu¨¦s, los 155 supervivientes ¡ªhijos, madres y hermanos de aquellos eritreos, sudaneses, et¨ªopes y sirios que se acababan de ahogar en el umbral de Europa¡ª fueron acusados del delito de clandestinidad. Solo los muertos pod¨ªan quedarse. Los fiscales tuvieron que actuar seg¨²n la ley contra la inmigraci¨®n aprobada en 2009 por el Gobierno de Silvio Berlusconi y la Liga Norte, en virtud de la cual todo extranjero que ¡°ingrese y permanezca ilegalmente¡± en Italia incurre en un delito penado con una sanci¨®n de 5.000 a 10.000 euros y la expulsi¨®n inmediata. La cuesti¨®n es que, a pesar de la ca¨ªda en desgracia de Berlusconi, ninguno de los tres Gobiernos siguientes ¡ªpresididos por Mario Monti, Enrico Letta y Matteo Renzi¡ª han sido capaces de abolir un delito que, m¨¢s all¨¢ de las cuestiones morales, es ¡°in¨²til, demag¨®gico e incluso perjudicial para la lucha contra la inmigraci¨®n clandestina¡±.
El entrecomillado no pertenece a una ONG, ni a un l¨ªder antisistema, ni siquiera al papa Francisco, quien sobre las aguas de Lampedusa clam¨® contra la globalizaci¨®n de la indiferencia. Quienes se muestran tan cr¨ªticos son ni m¨¢s ni menos que Franco Roberti, fiscal jefe de la Direcci¨®n Nacional Antimafia, y Roberto Sabelli, presidente de la Asociaci¨®n Nacional de Magistrados. Uno y otro se han pronunciado as¨ª despu¨¦s de que el Gobierno de Matteo Renzi haya decidido aplazar la abolici¨®n del llamado delito de clandestinidad por cuestiones de oportunidad pol¨ªtica, esto es, para no enfadar al ministro del Interior, Angelino Alfano, exdelf¨ªn de Berlusconi y miembro del Ejecutivo que aprob¨® aquella ley, y de la Liga Norte, siempre dispuesta a cebar la bomba de la xenofobia.
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