El poder de la incertidumbre

Nuestra existencia est¨¢ llena de giros que superan la imaginaci¨®n del mejor guionista, aunque tratemos de analizarla como algo previsible. Por mucho que se quiera mantener el control, hay acontecimientos que tienen lugar de forma abrupta y que obligan a cada uno a replantearse la vida.

Se tiende a pensar que las rarezas y accidentes son poco frecuentes, cuando de hecho son parte fundamental de la realidad. No solo Am¨¦rica fue descubierta por Col¨®n por casualidad. Muchas de las cosas importantes que suceden aparecen sin que se hayan buscado. Bienvenido al reino de lo inesperado.

La ilusi¨®n de predecir

¡°Actuamos como si fu¨¦ramos capaces de vaticinar los hechos o, peor a¨²n, como si pudi¨¦semos cambiar el curso de la historia. Hacemos proyecciones a 30 a?os del d¨¦ficit de la Seguridad Social y de los precios del petr¨®leo sin darnos cuenta de que ni siquiera podemos prever unos y otros para el verano que viene. Nuestros errores de previsi¨®n acumulativos sobre los sucesos pol¨ªticos y econ¨®micos son tan monstruosos que cada vez que observo los antecedentes emp¨ªricos tengo que pellizcarme para verificar que no estoy so?ando. Lo sorprendente no es la magnitud de nuestros errores de predicci¨®n, sino la falta de conciencia que tenemos de ellos. Y esto es a¨²n m¨¢s preocupante cuando nos metemos en conflictos mortales; las guerras son fundamentalmente imprevisibles. Debido a esta falta de comprensi¨®n de las cadenas causales entre la pol¨ªtica y las acciones, es f¨¢cil que provoquemos cisnes negros gracias a la ignorancia agresiva, como el ni?o que juega con un kit de qu¨ªmica¡± (Nassim Nicholas Taleb).

Vivimos en el mar del cambio y la incertidumbre, pero eso no tiene por qu¨¦ ser malo. En su libro La ley del quiz¨¢s, la consultora de negocios Allison Carmen toma como punto de partida una c¨¦lebre f¨¢bula oriental que le cont¨® su profesor de chi kung, una terapia medicinal de origen chino que se basa en el control de la relajaci¨®n, para explicar su teor¨ªa sobre lo incierto. La historia se resume as¨ª:

Un d¨ªa, el caballo de un campesino se escap¨®. Su vecino le dijo: ¡°?Qu¨¦ mala suerte has tenido!¡±. El granjero le respondi¨®: ¡°Quiz¨¢s¡±. Al d¨ªa siguiente, el animal regres¨® acompa?ado de cinco yeguas. El hombre volvi¨® y le felicit¨®: ¡°?Qu¨¦ buena suerte has tenido!¡±. El due?o replic¨®: ¡°Quiz¨¢s¡±. Poco despu¨¦s, el hijo del campesino, que sol¨ªa montar a caballo, se cay¨® y se rompi¨® una pierna. El amigo le coment¨®: ¡°?Qu¨¦ mala suerte has tenido!¡±. Este contest¨®: ¡°Quiz¨¢s¡±. Al d¨ªa siguiente llegaron unos oficiales del Ej¨¦rcito para reclutar al muchacho y luchar en la guerra, pero no pudieron llev¨¢rselo porque ten¨ªa la pierna rota. Entonces el vecino exclam¨®: ¡°?Qu¨¦ buena suerte has tenido!¡±. El padre repiti¨®: ¡°Quiz¨¢s¡±.

El mensaje de este tradicional relato es claro: no se puede saber el alcance de lo que sucede a nuestro alrededor en todo momento. Las cosas acostumbran a pasar por algo, seg¨²n dicen algunos maestros, pero tal vez tardemos un tiempo en desvelar en qu¨¦ consiste ese algo. Era lo que Steve Jobs, fundador de Apple, defini¨® en su teor¨ªa de ¡°conectar los puntos¡± y que explic¨® en el c¨¦lebre discurso que dio en 2005 a los reci¨¦n graduados de la Universidad de Stanford. Muchos acontecimientos inesperados que suceden en la vida de cualquiera adquieren todo su sentido cuando se contemplan en perspectiva. Por ejemplo: una vocaci¨®n que se descubre despu¨¦s de haber perdido un trabajo que solo produc¨ªa insatisfacci¨®n, el padecimiento de una enfermedad que facilita la reflexi¨®n y que desembocar¨¢ en importantes cambios, o una ruptura que va seguida de forma imprevista por el hallazgo del verdadero amor.

Allison Carmen dice al respecto: ¡°Los seres humanos tienen una asombrosa capacidad para olvidar que una de las pocas certezas con las que pueden contar a lo largo de la vida es que esta va cambiando. En cuanto las cosas dan un giro inesperado, tendemos a sentirnos abrumados por la incertidumbre. Pero cuando empezamos a aplicar la idea del quiz¨¢s vemos que el ciclo del cambio es incesante. Cada resultado ofrece m¨¢s posibilidades futuras¡±.

El ser humano se aferra de forma natural al mundo conocido, a lo previsible. A medida que nos convertimos en adultos, solemos hacer las mismas cosas y esperamos resultados que nos son familiares. Esto nos produce una sensaci¨®n de control que aporta calma, aunque ya haga tiempo que estemos aburridos con nuestra vida. Desconocer lo que suceder¨¢ equivale a salir de nuestro hogar para adentrarnos en un mundo incierto sin saber qu¨¦ nos deparar¨¢.

Lo que en psicolog¨ªa se ha etiquetado como ¡°zona de confort¡± fue definido por Bren¨¦ Brown, investigadora social de la Universidad de Houston, como aquel territorio donde la incertidumbre, la escasez y la vulnerabilidad son m¨ªnimos, es decir, donde creemos que hay espacio suficiente para el amor, la comida, el talento, el tiempo o la admiraci¨®n. Resumiendo: ¡°Un lugar donde creemos tener alg¨²n control¡±. Aunque la vida est¨¢ llena de imprevistos y esa seguridad que anhelamos es una ilusi¨®n, al abandonar la zona de confort ¨Cpor ejemplo, en un nuevo empleo o al inicio de una relaci¨®n¨C nos sentimos ansiosos y tal vez incluso estresados.

Se ha demostrado, sin embargo, que es justamente en esa clase de situaciones cuando se potencia la creatividad. Del mismo modo que el conductor que realiza siempre la misma ruta corre el riesgo de dormirse por falta de est¨ªmulos y sufrir un accidente, enfrentarse a situaciones graves nos impulsa a sacar lo mejor de nosotros mismos, ya que nuestros cinco sentidos est¨¢n puestos en aprender de ese mundo desconocido. En la primera cita con alguien que nos gusta, la conversaci¨®n adquiere un nivel de frescura y creatividad que luego, en una relaci¨®n estable, resulta dif¨ªcil de alcanzar. Eso prueba que la incertidumbre nos hace crecer. A veces, como veremos a continuaci¨®n, nos puede llevar incluso a lugares inesperados.

En su influyente ensayo El cisne negro, el investigador y financiero estadounidense Nassim Nicholas Taleb exploraba aquellas cosas que suceden contra cualquier pron¨®stico o previsi¨®n, lo cual tiene lugar con mucha m¨¢s frecuencia de lo que se pueda creer. Lo que este autor denomina ¡°cisne negro¡± es un evento que presenta estos tres atributos:

Es inesperado. Nada de lo sucedido en el pasado apuntaba a esa probabilidad.

Tiene gran impacto. Tal vez porque es ?inesperado, nos toma con la guardia baja y captura toda nuestra atenci¨®n.

Genera explicaciones ¡®a posteriori¡¯. Por el temor que produce lo incierto, cuando aparece esta figura animal se buscan toda clase de argumentos que justifiquen por qu¨¦ ha sucedido.

Las noticias demuestran diariamente que lo que se desconoce es m¨¢s importante que lo que se conoce. Nadie previ¨® en Estados Unidos que podr¨ªa suceder un atentado como el del 11 de septiembre de 2001, de la misma manera que las primaveras ¨¢rabes empezaron como una explosi¨®n espont¨¢nea de rebeld¨ªa. Y lo mismo se aplica a la gran crisis burs¨¢til del 19 de octubre de 1987, cuando solo en Nueva York los inversores perdieron m¨¢s de 500.000 millones de d¨®lares en un d¨ªa. Siguiendo la tercera ley del cisne negro, cuando sucede algo as¨ª, todo el mundo intenta rastrear las causas y predecir cu¨¢ndo volver¨¢ a pasar. Taleb cuenta que, tras la crisis de 1987, la mitad de los operadores norteamericanos esperaron un nuevo cataclismo el siguiente mes de octubre, sin tener en cuenta que el primero no hab¨ªa tenido ning¨²n antecedente. La ense?anza, tambi¨¦n para nuestra vida cotidiana, ser¨ªa esta: hay cosas que no tienen una explicaci¨®n racional, as¨ª que, en lugar de tratar de controlarlo todo, es mejor estar dispuestos a esperar lo inesperado. En vez de sucumbir al miedo, si aceptamos que la vida es cambio y una sorpresa constante, sabremos navegar en el torrente de nuevas posibilidades que nos lleva al futuro.

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