Escenario
?Qu¨¦ es de nosotros al salir de nuestro entorno? El terapeuta fuera de la consulta, el trapecista del circo... Seres an¨®nimos, insignificantes
De repente le vi, caminaba por la acera de enfrente con la cabeza baja, mientras rebuscaba algo en la cartera. Me escond¨ª detr¨¢s de un coche para que no me descubriera. Fuera de su consulta, aquel hombre que conoc¨ªa mis angustias, mis miedos, mis odios, mis inseguridades, me pareci¨® peque?o y anodino. Sent¨ª verg¨¹enza, pero sobre todo pudor, como si le hubiera sorprendido sin peluca. La serenidad que transmit¨ªa, su seguridad, la sabia escucha, el conocimiento pausado de sus palabras¡ Todo eso hab¨ªa desaparecido, pens¨¦ con consternaci¨®n.
Cuando ten¨ªa 20 a?os me enamor¨¦ de un trapecista. El circo se hab¨ªa instalado durante las Navidades en una plaza cercana a mi casa. Iba a la funci¨®n todos los d¨ªas para verle. Su n¨²mero lo formaban dos parejas que se colocaban en dos barras fijas a gran altura, igual que jilgueros de brillantes colores. Desde all¨ª se lanzaban, volaban, se cruzaban, se sosten¨ªan. Colgado bocabajo en el trapecio, mi campe¨®n sujetaba al final a las dos mujeres. Por la noche, ya en la cama, so?aba con ¨¦l. Si aquel hombre se hubiera llamado Paris, yo habr¨ªa muerto por ser su Helena. Un d¨ªa me qued¨¦ esper¨¢ndole al final de la funci¨®n. Cuando sali¨® a la calle me cost¨® reconocerlo: era bajo, era feo, era un paleto. Hui.
?Qu¨¦ es de nosotros fuera de nuestro escenario? El terapeuta fuera de la consulta, el trapecista fuera del circo, el juez fuera del tribunal, el profesor fuera del aula, el m¨¦dico fuera del hospital, el atleta fuera de la pista, una infanta fuera de palacio¡ Seres an¨®nimos, insignificantes, rid¨ªculos.
elpaissemanal@elpais.es
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