¡°En Chile no hay otra como Julita Astaburuaga¡±
La reina chilena del glamour y la cultura muri¨® esta ma?ana a los 96 a?os
Fue una de las figuras m¨¢s reconocidas de la vida social chilena de las ¨²ltimas d¨¦cadas, la reina de las alfombras rojas y de la alta cultura. Julia Astaburuaga, m¨¢s conocida como Julita, ha muerto la ma?ana del lunes a los 96 a?os a causa de un c¨¢ncer al p¨¢ncreas en Santiago. De una familia tradicional y conservadora, fue una mujer querida por varias generaciones de chilenos. Ten¨ªa humor, realizaba comentarios inesperados, pero inteligentes, y todo sin perder la elegancia. Su personalidad era ¨²nica, seg¨²n relata Alfredo L¨®pez, periodista especializado en vida social de revista CARAS CHILE. La entrevist¨® muchas veces desde hace m¨¢s de 20 a?os, estuvo con ella en decenas de eventos y la vio por ¨²ltima vez en noviembre pasado.
Pregunta. ?Por qu¨¦ en Chile se le apreciaba tanto?
Respuesta. Porque fue una socialit¨¦ en toda la dimensi¨®n de la palabra que un¨ªa dos mundos: la aristocracia antigua, a la que ella pertenec¨ªa por su familia de origen, y los sectores m¨¢s amplios y populares. Su existencia, que fue mutando, camin¨® en paralelo a la historia reciente de este pa¨ªs. A los nueve a?os, por ejemplo, tuvo que cambiar radicalmente de estilo de vida, cuando a causa de problemas econ¨®micos se suicid¨® su abuelo, uno de los hombres m¨¢s ricos de Chile. De vivir en los barrios m¨¢s acomodados de la capital ¨Ccon clases de danza y de piano¨C, su familia se tuvo que instalar en una casa de calle Ej¨¦rcito, una zona m¨¢s sencilla del centro Santiago.
P. Esa experiencia la marc¨®.
R. Ah¨ª comienza su cambio, porque vive las asperezas de la sociedad chilena en carne propia. Eso moldea un car¨¢cter que la hace capaz de participar en eventos masivos y populares, como el festival de la canci¨®n de Vi?a del Mar, y en una supercomida con todo el cuerpo diplom¨¢tico presente en Chile o empresarios del m¨¢s alto nivel.
P. ?C¨®mo entonces lleg¨® a ser quien fue?
R. Cuando la familia cay¨® en la ruina, la madre le dijo: ¡°Somos pobres, pero dignas hasta el final¡±. Y esta ni?a forja un esp¨ªritu de solidaridad con el resto de la gente pero, a la vez, de muchos modos y buen gusto. Estas mujeres entonces eran pobres pero siempre con esta idea que pod¨ªan ser refinadas, aunque no tuvieran dinero. Hasta que se cas¨®, bastante crecidita para la ¨¦poca, a los 28 o 29 a?os, con el diplom¨¢tico Fernando Maqueira.
P. ?Qu¨¦ sucedi¨® entonces?
R. Comenz¨® una vida por el mundo, donde conoci¨® a la soprano Mar¨ªa Callas, los Rockefeller, a Grace de M¨®naco. En definitiva, Julita empez¨® a codearse con los principales s¨ªmbolos de la vida social a nivel mundial. Como su esposo fue designado a Nueva York, le toc¨® estar en esa ciudad en un momento muy atractivo para la socialit¨¦. Aunque tambi¨¦n estuvo en China, Par¨ªs, Venezuela, Costa Rica. A Julita le encantaba recibir a gente, lo que la convirti¨® en anfitriona de primer nivel.
P. Hasta que regres¨® a Chile en los setenta¡
R. ¡y se encontr¨® con nuevos ricos. Entonces, reci¨¦n separada, empez¨® a ganarse la vida con clases de protocolo y de c¨®mo poner en mesa. Con una clase alta que no sab¨ªa c¨®mo comportarse socialmente, Julita comenz¨® a ense?arles qu¨¦ regalar y hasta c¨®mo vestirse. Hay que pensar que era otro pa¨ªs: era un Chile sin brillo y totalmente encapsulado, claustrof¨®bico. No sab¨ªa c¨®mo funcionada el mundo diplom¨¢tico y del jet set. Chile ten¨ªa una clase alta analfabeta en lo social y Julita la comenz¨® a educar. En esos a?os public¨® un libro que titul¨® As¨ª lo hago yo ¨Cactualmente es tan dif¨ªcil encontrar que se ha transformado en un objeto de culto¨C donde daba sus recetas para saber comportarse en sociedad o ser buena anfitriona.
P. Pero ella tambi¨¦n tuvo un fuerte v¨ªnculo con la cultura.
R. En esa misma ¨¦poca, junto con darse cuenta de que la clase alta chilena ten¨ªa un fuerte vac¨ªo social, Julita observ¨® que el pa¨ªs en su conjunto ten¨ªa enormes desaf¨ªos culturales. Que el Teatro Municipal de Santiago, por ejemplo, pose¨ªa un tel¨®n de un siglo de antig¨¹edad y se estaba apolillando, que no ten¨ªa piano y que los asientos estaban viejos. Por lo tanto, se necesitaba dinero para el teatro. Fue ah¨ª cuando Julita junto a un grupo de mujeres importantes chilenas forma la famosa Corporaci¨®n de Amigos del Teatro Municipal. Fue una de las fundadoras y primeras directoras.
P. ?Este hecho qu¨¦ signific¨® en su biograf¨ªa?
R. Que Julita Astaburuaga no solo fuera conocida por la elite, sino por toda la gente. Por su humor, esp¨ªritu y su forma de ser. Sab¨ªa re¨ªrse de s¨ª misma. Nunca entendi¨® muy bien por qu¨¦ la gente la quer¨ªa tanto. Pod¨ªa estar con un vestido de Valentino y un abrigo fino de piel, pero la gente del pueblo igual la saludaba con cari?o. De alguna forma, era como la Duquesa de Alba, que sab¨ªa ganarse a sus compatriotas. Y fundamentalmente esto se explica porque Julita hab¨ªa sido pobre y hab¨ªa sido rica.
P. ?D¨®nde viv¨ªa?
R. Ese es un punto interesante: ella nunca dej¨® de vivir en el centro de Santiago. Gracias a una herencia ten¨ªa una casa en el exclusivo barrio El Golf, pero nunca se fue a vivir ah¨ª, sino que la arrendaba. Julita viv¨ªa en el barrio de Bellas Artes de la capital, porque siempre fue fiel al presupuesto que ten¨ªa. Y, sin embargo, era rica igual, porque la gente le regalaba cosas, la convidaba a todas partes.
P. ?Nunca lleg¨® a ser rica?
R. Nunca, al contrario. Julita siempre vivi¨® con un presupuesto bastante justo y su casa de El Golf la alquilaba porque sab¨ªa que vivir ah¨ª era demasiado caro. Su departamento en el centro, en cambio, era peque?o. Ten¨ªa apenas dos ambientes.
P. ?Qu¨¦ supo usted de su ¨²ltima etapa de vida?
R. En la ¨²ltima etapa de su vida Julita siempre estuvo muy activa y segu¨ªa trabajando en el banco de ropa, que juntaba prendas de marca para venderlas y poder ayudar a mujeres pobres y emprendedoras. En la vida social fue hasta el final superactiva. Dec¨ªa que pod¨ªa estar muy cansada, pero se obligaba a s¨ª misma a salir a comer, a ver una obra de teatro, a la ¨®pera. Porque Julita se declaraba una mujer patiperra (gozadora de la vida). La ¨²ltima vez que la vi fue en noviembre pasado y le dije, ?qu¨¦ linda te ves! Como a ella le encantaba re¨ªrse de s¨ª misma me dijo: ¡°?Pero si lo ¨²nico que estoy estrenando es un marcapasos!¡±. Era de ese tipo de mujeres que sal¨ªa de la cl¨ªnica y al otro d¨ªa estaba en un evento tomando una copa de champa?a con un collar de perlas en el Teatro Municipal. En Chile no hay otra como Julita Astaburuaga. No hay nadie como ella.
P. ?Recuerda alguna an¨¦cdota que la retrate?
R. Nunca dej¨® de usar crema Ponds, que es un producto barato. Hab¨ªa sido una mujer muy bonita ¨Cque lleg¨® a ser segunda Miss Chile¨C, y jam¨¢s cambi¨® de marca. Cuando en Chile se dej¨® de vender, porque entraron firmas mucho m¨¢s finas y exclusivas, su ¨²nico lujo era encargarla al extranjero.
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