La tele no quiere dejar de ser mueble
Samsung lanza un televisor ideado por los hermanos Bouroullec que domestica la pantalla plana
?D¨®nde guard¨® los portarretratos, las figuras de porcelana o los ceniceros que decoraban su antiguo televisor? ?Colocar objetos sobre ¨¦l era un intento de domesticar el aparato o mero pragmatismo que lo ve¨ªa como estante a la hora de repartir las pertenencias? Los dise?adores franceses Ronan (1971) y Erwan (1976) Bouroullec parecen hab¨¦rselo preguntado. Han recurrido al papel que el aparato de televisi¨®n jug¨® en la decoraci¨®n dom¨¦stica de su infancia y han decidido poner esa nostalgia al d¨ªa con un dise?o que recupera el papel de la peque?a pantalla como mueble y combate su imagen extraplana y supertecnol¨®gica. El resultado es el televisor Serif que, fabricado por Samsung, remite en su perfil a la de la famosa tipograf¨ªa Serif, de ah¨ª su nombre.
El dise?o, que acaba de ser presentado en Espa?a, viene avalado por el premio If Gold, que concede el International Forum Design, y por la fama de unos dise?adores cuya obra se ha mostrado en el Centro Pompidou de Par¨ªs o en el MoMA de Nueva York desde que fueron ¡°descubiertos¡± por el empresario italiano Giulio Cappellini en 1997. Por entonces, los hermanos Bouroullec expon¨ªan en la galer¨ªa Kreo de la capital francesa. Su paso del dise?o experimental ¨Cque no han abandonado- al dise?o industrial resulta as¨ª, parad¨®jicamente, el contrario que ellos proponen para el televisor. El modelo Serif quiere combinar tecnolog¨ªa y decoraci¨®n pero ciertamente deja a un lado la imagen extraplana que ha caracterizado todos los televisores inteligentes aparecidos en el ¨²ltimo lustro para abrazarse a un experimento decorativo.
La televisi¨®n entr¨® en los hogares a lo largo del siglo XX de manera escalonada. Aunque fue el alem¨¢n Paul Nipkow quien logr¨® transmitir la primera imagen en 1925, Estados Unidos y Reino Unido fueron los pa¨ªses que adelantaron la transmisi¨®n de im¨¢genes en movimiento de forma generalizada. En los a?os treinta, les seguir¨ªa Alemania. Espa?a lo hizo en 1956. La mayor parte de ?frica subsahariana, en los a?os ochenta y Papua Nueva Guinea ha sido la ¨²ltima, en 2009. Con todo, la entrada del televisor en las viviendas los convirti¨® en todas las culturas en el nuevo centro del hogar sustituyendo r¨¢pidamente a la chimenea que hab¨ªa sido el coraz¨®n de las casas durante siglos. A esa posici¨®n central en el ¨¢mbito dom¨¦stico, ahora desplazada por la nueva est¨¦tica bidimensional de los aparatos, apelan los Bouroullec con su nuevo televisor. Enmarcado en una carcasa met¨¢lica coloreada, el aparato de los hermanos franceses recupera el papel de estante y montado sobre patas de tubo de acero adquiere una calidad m¨¢s emocional ¨Ccasi de mascota tecnol¨®gica- que pragm¨¢tica, puesto que unas ruedas hubieran solucionado mejor la movilidad.
?Es un contrasentido que los ingenieros se esmeren en aplanar la imagen y los dise?adores opten por engordarla? Seguramente. Sin embargo, es nuestro contrasentido: en las sociedades pudientes pero dominadas por la econom¨ªa de mercado nos hemos acostumbrado a que hacer lo contrario de lo que hicieron quienes llegaron antes sea lo que renueva las ofertas. Este es un ejemplo m¨¢s. ?Triunfar¨¢ la nostalgia? ?Se dulcificar¨¢n los futuros televisores o los ingenieros contraatacar¨¢n con pantallas m¨¢s planas y blandas?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.