Resonancia
Ahora el nivel de un esc¨¢ndalo solo se mide por su capacidad de incendiar las redes sociales
El exabrupto que suelta un personaje ilustre, sea artista o intelectual; la basura infame que expande un programa de televisi¨®n; la idiotez que emite en una tertulia el pelanas m¨¢s inane, toda esa excrecencia humana est¨¢ irremisiblemente condenada al ¨¦xito. Cualquier insulto que lances en p¨²blico en un momento de cabreo siempre encontrar¨¢ un n¨²mero de oyentes o lectores que est¨¦n de acuerdo, y si eres conocido te abordar¨¢n por la calle para felicitarte. Lo que importa hoy es la resonancia. Nada m¨¢s f¨¢cil. Se han colapsado las centralitas, se dec¨ªa antiguamente como prueba del impacto de un suceso; ahora, el nivel de un agravio solo se mide por su capacidad de incendiar las redes sociales. La cultura y la pol¨ªtica espa?ola est¨¢n pobladas de gente airada, de cualquier edad e ideolog¨ªa, que compite por ocupar como h¨¦roe del d¨ªa la plataforma digital a cambio de exhibir las v¨ªsceras. La ira es una corona que sienta muy bien en la cabeza de los j¨®venes, pero nada hay m¨¢s pat¨¦tico que un viejo cabreado, y mucho m¨¢s si es un escritor, intelectual o artista pasado de ¨¦poca, que busca la resonancia medi¨¢tica dando lanzadas. A una edad, la ¨²nica resonancia favorable es la magn¨¦tica, que se utiliza para detectar alg¨²n deterioro interior del cuerpo, pero a veces sucede que uno cree que es c¨®lera contra la injusticia lo que en el fondo solo es odio enfrascado contra uno mismo al verse tan viejo en el espejo. La propia imagen deteriorada te obliga a recordar la seducci¨®n, los sue?os y el humor perdidos, lo bien que escrib¨ªas, pintabas, ligabas cuando eras un joven radical de izquierdas. Podr¨ªas creer que con asaltos col¨¦ricos vas a recuperar protagonismo y resonancia en la Red, pero, lo dicho, un viejo solo debe buscar la resonancia magn¨¦tica para descubrir si es odio o frustraci¨®n lo que arrastra uno por dentro.
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