David Cronenberg
TRAT?NDOSE de David Cronenberg (Toronto, 1943), la originalidad, el ingenio, la preocupaci¨®n por la tecnolog¨ªa y la carnalidad sin concesiones de su primera novela no deber¨ªan sorprender a nadie. Es una obra de arte atrevida y provocadora que tiene el alcance y la exactitud po¨¦tica de las mejores novelas de Nabokov, la capacidad para intranquilizar y desarmar al lector y conseguir finalmente su complicidad. Sin embargo, en algunos medios seguramente ser¨¢ acusada de cualquiera de esos pecados que se inventan para compensar el miedo que muchas personas sienten ante el complejo funcionamiento y la inevitable decadencia de su cuerpo y de su mente.
'Consumidos' es tan eficiente por su contenido y estilo como las pel¨ªculas de su autor ¨Ce igual de provocativa por lo que se refiere al terreno que explora¨C, aunque con la riqueza a?adida de las descripciones detalladas y las subtramas que la prosa narrativa permite. Las primeras p¨¢ginas me produjeron el mismo efecto que los primeros 10 minutos de sus pel¨ªculas: al principio me desorientaron por su lenguaje especial, su tono coloquial y la aparente ausencia de un hilo conductor que me indicara con claridad la forma que iba a adoptar el argumento. Cuando me di cuenta, sin embargo, ya estaba totalmente inmerso en la doble y detallada realidad que se estaba desplegando, deseoso de seguir sus vueltas y revueltas, y decidido a saber qu¨¦ iba a sucederles a aquellos personajes, inicialmente enigm¨¢ticos.
Cuando la termin¨¦, ten¨ªa la impresi¨®n de haber devorado el equivalente a varias pel¨ªculas de Cronenberg. Sin embargo, la novela consigue mucho m¨¢s que evocar uno de sus lienzos cinematogr¨¢ficos. Cuesta explicar con palabras la ambici¨®n que ha plasmado y el magn¨ªfico resultado que ha obtenido creando una historia que es brutalmente ¨²nica. Yo nunca hab¨ªa escrito tantas ni tan variadas notas en los m¨¢rgenes de las p¨¢ginas de un libro. 'Consumidos' contiene muchos pasajes notables. Uno que me gust¨® en concreto fue: ¡°T¨² ves un cad¨¢ver, un cuerpo muerto, mutilado, an¨®nimo, y s¨ª, enfermo. Pero yo no. Yo viv¨ª en el paisaje de ese cuerpo muchos a?os. Cuando cambi¨® ese paisaje, cambi¨® mi vida con ¨¦l¡±. Algunas p¨¢ginas incluso me hicieron pensar en la m¨²sica expresionista, en esa pieza emocionalmente turbadora y progresivamente disonante que es el segundo 'Cuarteto para cuerdas' de Arnold Sch?nberg, o en la obra de pintores como Ernst Ludwig Kirchner. 'Consumidos' seguramente provocar¨¢ reacciones muy subjetivas en cada lector y es poco probable que deje a nadie indiferente.
Llama la atenci¨®n que Cronenberg nunca haya sido nominado como director para el Oscar. Y ello a pesar de una trayectoria excepcionalmente coherente como autor de pel¨ªculas audaces y aclamadas por la cr¨ªtica durante cuatro largos decenios y de haber sido reconocido como uno de los m¨¢s grandes cineastas vivos. Si no ha sido nominado por ninguno de los tres filmes en los que he tenido la suerte de colaborar con ¨¦l ('Una historia de violencia', de 2005; 'Promesas del Este', de 2007, y 'Un m¨¦todo peligroso', de 2011), que seguramente han sido sus aportaciones m¨¢s 'asequibles' a la cinematograf¨ªa mundial, es probable que ya no lo sea nunca. Y sospecho que va a tener la misma suerte como novelista. Por decirlo con sencillez, est¨¢ demasiado adelantado a su tiempo, y su obra como escritor inquieta a los cr¨ªticos y al p¨²blico tanto como sus pel¨ªculas, por mucho que les atraiga su singular enfoque de la narrativa. 'Consumidos' acaba de ser publicada en Espa?a por la editorial Anagrama.
Felicidades, David; 'Consumidos' es una haza?a extraordinaria. He llegado a conocerte un poco, a ti y tu sensibilidad literaria, por haber trabajado en tres pel¨ªculas tuyas y a trav¨¦s de nuestra correspondencia durante los ¨²ltimos 12 a?os, y no me sorprendi¨® en absoluto comprobar que el libro es original y est¨¢ muy bien escrito. Nabokov dec¨ªa que ¡°algunos pensamientos son como un tumor maligno: los manifiestas, los extirpas y vuelven a aparecer, m¨¢s peligrosos que antes¡±. ?Qu¨¦ te impuls¨® a escribir esta novela? ?Creci¨® a partir de alguna frase, de alg¨²n p¨¢rrafo que se transform¨® en tumor? Aunque me gusta mucho Nabokov y tambi¨¦n el uso metaf¨®rico de las enfermedades, no pienso en el origen de este libro como en el desarrollo de un tumor, con toda la negatividad y las implicaciones patol¨®gicas que tiene esta imagen. La verdad es que me resulta dif¨ªcil precisar el germen de la novela. Hace algo m¨¢s de diez a?os empec¨¦ a escribir un guion basado muy libremente en las figuras de Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir. Siempre me ha parecido que su relaci¨®n era muy interesante, muy misteriosa y potente, y quise conectar con ella, jugar con ella, aunque de un modo muy indirecto y muy cambiado por necesidades argumentales, por cuestiones art¨ªsticas. Obviamente, los personajes no tardaron en cobrar vida y exigieron una historia propia, y de ese modo se distanciaron totalmente de la vida real de Sartre y Beauvoir. Frente a ellos puse a otra pareja, dos periodistas gr¨¢ficos estadounidenses, relativamente ingenuos, que encuentran a la pareja de fil¨®sofos tan fascinante como yo a la pareja de la vida real, y en consecuencia se ponen a investigar su vida. En esto me siento influido por Henry James, que a menudo opon¨ªa la espontaneidad y el idealismo ingenuo de los personajes estadounidenses a la mundanidad decadente de los europeos. En cierto momento me vi incapaz de seguir escribiendo el guion y retrospectivamente ¨Cuna impresi¨®n rom¨¢ntica y seguramente imaginaria¨C he llegado a creer que tropec¨¦ con las limitaciones de la estructura f¨ªlmica y que necesitaba pasar a la estructura novelesca si quer¨ªa explorar en profundidad todas las complejidades que estaba descubriendo con mis premisas iniciales. Aunque es innegable que hubo un arranque emocional y un crecimiento incontrolado (o sea, que existi¨® el factor tumor) en las primeras fases de la redacci¨®n, no tard¨® en calmarse, como deb¨ªa ser, y en discurrir por cauces m¨¢s controlados y r¨ªtmicos, durante unos ocho a?os (en ese tiempo hice cuatro pel¨ªculas), un proceso que parec¨ªa m¨¢s el saludable desarrollo de un ni?o que la evoluci¨®n de una enfermedad. Espero.
Los protagonistas de tu libro, Nathan y Naomi, son periodistas 'online' y adictos a los medios, que escriben sobre cr¨ªmenes inusuales y esc¨¢ndalos sexuales. Poco a poco se van implicando en la vida de los notables individuos que investigan, hasta el extremo de que se vuelven c¨®mplices voluntarios de sus cr¨ªmenes y particularidades sexuales. Nada parece estarles vedado mientras preparan sus denuncias fotoperiod¨ªsticas. En tu opini¨®n, ?hay alg¨²n terreno prohibido cuando se busca el conocimiento ecl¨¦ctico y la satisfacci¨®n de deseos o fetichismos personales? Naomi y Nathan se han educado en el vac¨ªo de Internet, que es, m¨¢s o menos como el inconsciente de Freud, el Ello, un lugar en el que no existen la moral ni la ¨¦tica y donde la satisfacci¨®n simb¨®lica del deseo de poder es moneda corriente. Si te gusta el cine y quieres ser cr¨ªtico cinematogr¨¢fico, empiezas un blog o creas una p¨¢gina web, dices que eres cr¨ªtico y ya lo eres. Nadie te ha dicho que no sabes ortograf¨ªa, que tu sintaxis es un desastre y que no tienes la menor idea de historia del cine. Por eso creo que mi joven pareja no es ni perversa ni malvada, ni siquiera que viole la ¨¦tica profesional a sabiendas. No han llegado al periodismo gracias a pel¨ªculas como 'Todos los hombres del presidente' y no saben nada de los imperativos del periodismo profesional. Se han formado con la taimada imagen de los periodistas como estrellas medi¨¢ticas de la Red y, como muchos de su generaci¨®n, se sienten fascinados por el poder y la fama reales, son atra¨ªdos por su fuerza de gravedad y, en consecuencia, deformados por ella. Y en una ¨¦poca en que el periodismo 'empotrado' (es decir, infiltrado) parece ser la norma, infiltrarse literalmente en la cama del sujeto al que investigas parece un movimiento inocente cuyos ¨²nicos obst¨¢culos son las consecuencias emocionales, no las consecuencias ¨¦ticas.
Despu¨¦s de leer 'Consumidos' te pregunt¨¦ si ten¨ªas in?tenci¨®n de convertirla en pel¨ªcula. Respondiste que era factible pero complicado. ?Has vuelto a pensar en la posibilidad? Al principio me pareci¨® que ser¨ªa maravilloso y ¨²nico. ?Cu¨¢ntos directores consiguen hacer pel¨ªculas basadas en sus propias novelas? Pero muy pronto me di cuenta de que era lo ¨²ltimo que se me ocurrir¨ªa. El libro se hab¨ªa terminado, estaba completo. No necesitaba una pel¨ªcula para validarlo. Ser¨ªa como hacer un 'remake' de mi ¨²ltimo largometraje, un proceso aburrido e ingrato. Por el contrario, empec¨¦ a pensar que ser¨ªa mucho m¨¢s interesante que se encargara de ¨¦l otro director. Ha habido conversaciones sobre la posibilidad de transformarlo en serie de televisi¨®n. En ese caso seguramente intervendr¨ªan varios directores, adem¨¢s de un 'showrunner', que es un coordinador general, una especie de guionista-productor. No me interesar¨ªa ni siquiera dirigir un episodio de esa serie, aunque creo que, en las manos apropiadas, el resultado ser¨ªa interesante.
En la primera imagen, Cronenberg da instrucciones a Viggo Mortensen en la piel de Sigmund Freud en 'Un m¨¦todo peligroso' (2011). En la segunda, Mortensen en la filmaci¨®n de 'Promesas del Este' (2007).
En 'El mito de S¨ªsifo', Albert Camus afirma que ¡°solo hay una cuesti¨®n filos¨®fica realmente seria y es el suicidio¡±. ?Est¨¢s de acuerdo en todos los aspectos? ?Es un tema que te interese explorar en literatura o en cine? Pienso que cada vez que creas algo te haces ese planteamiento filos¨®fico. Quiero decir que has afirmado tu deseo de existir y de crear a pesar de la idea existencialista de que la vida humana es b¨¢sicamente absurda y carente de sentido. Un tema subyacente en todas mis pel¨ªculas es que mis personajes buscan un significado, unas veces mediante el crimen y la violencia, otras mediante la aventura cient¨ªfica, otras mediante la filosof¨ªa. Yo creo que el sentido de la vida es la vida misma, y eso es raz¨®n suficiente para seguir viviendo de manera productiva. No hay ninguna necesidad de suicidarse.
Para presentar la novela has viajado a varios pa¨ªses, donde los periodistas y otras personas que la han le¨ªdo te han hecho preguntas. ?Has visto en ellas alg¨²n nexo? ?C¨®mo relacionaban sus observaciones, si es que las relacionaban, con tu obra cinematogr¨¢fica? La verdad es que no han dejado de sorprenderme las preguntas a prop¨®sito del libro, y eso me ha gustado mucho. Cuando se trata de una pel¨ªcula, las preguntas de los periodistas acaban siendo muy previsibles. No s¨¦ si es porque los cr¨ªticos literarios interpretan las cosas de un modo m¨¢s variado o solo porque a¨²n no estoy acostumbrado a que me hagan preguntas como novelista. En realidad, siempre salen a relucir mis pel¨ªculas y se hacen comparaciones. A un periodista le dije que estaba esperando el d¨ªa en que me abordara un cr¨ªtico que no hubiera visto ninguna de mis pel¨ªculas para poder concentrarnos exclusivamente en el libro. ¡°Le deseo suerte¡±, me respondi¨®. Pero a¨²n no he conocido a ese cr¨ªtico.
?C¨®mo te ves en el terreno creativo en el futuro inmediato? Si se presentara la oportunidad, ?qu¨¦ preferir¨ªas en este momento, hacer otra pel¨ªcula o escribir otra novela? He hecho una veintena de pel¨ªculas, pero soy incapaz de decir c¨®mo surgen cuando llega el momento. Me parece algo tan inaudito ahora como cuando me limitaba a fantasear con ser cineasta. No s¨¦ si es porque ya he hecho muchas, o porque hacerlas se ha vuelto hoy insoportablemente dif¨ªcil, o simplemente porque he vuelto a ser el novelista que pensaba que ser¨ªa cuando era joven y ahora no se me ocurre pensar en otra cosa. La verdad es que trabajo en otra novela y no tengo ning¨²n proyecto cinematogr¨¢fico.
?'Consumidos' viene a ser una consolidaci¨®n de tu pensamiento tras a?os investigando como persona, cineasta y guionista? Cuando repasas tu trayectoria profesional, ?qu¨¦ temas te han preocupado m¨¢s y cu¨¢les crees que has analizado mejor? ?Qu¨¦ sido lo m¨¢s importante en el plano personal, al margen de las reacciones de cr¨ªtica y p¨²blico, y qu¨¦ direcci¨®n creativa te inspira en este momento? No es por eludir la cuesti¨®n, pero todav¨ªa no me siento capaz de mirar atr¨¢s y repasar mi trayectoria. Puede que nunca lo logre. Pero, en t¨¦rminos muy generales, a¨²n no puedo separar mis juicios de las opiniones que muchos cr¨ªticos han emitido a lo largo de casi 50 a?os, sobre todo en lo relativo a mis temas y mis presuntas obsesiones (siempre he dicho que no soy un obseso, sino simplemente un curioso). A¨²n no estoy seguro de lo que significa en el fondo un ser humano y me dedico a tratar de averiguarlo.
Traducci¨®n del ingl¨¦s de Antonio-Prometeo Moya
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