La pregunta del mill¨®n: ?para cu¨¢ndo una vacuna contra el zika?
Las previsiones m¨¢s optimistas consideran que para finales del 2016 se podr¨ªan iniciar los estudios cl¨ªnicos en humanos con unos pocos candidatos
La infecci¨®n por el virus del Zika ha sido considerada desde su descubrimiento en Uganda en 1947 como una enfermedad relativamente leve, con s¨ªntomas similares a los del dengue pero de menor gravedad. Sin embargo, durante la actual epidemia en Am¨¦rica Latina la infecci¨®n se ha asociado con un aumento de casos de microcefalia en reci¨¦n nacidos as¨ª como con el s¨ªndrome de Guillain-Barr¨¦ en adultos. Numerosas instituciones nacionales e internacionales de salud, con el soporte de grupos cient¨ªficos especializados de todo el mundo han comenzado una carrera contrarreloj para intentar entender la enfermedad producida por este virus, pr¨¢cticamente desconocida hasta hace pocos a?os, y encontrar soluciones para hacerle frente.
Las principales estrategias que existen actualmente para poder controlar la epidemia y reducir el impacto en la salud de la poblaci¨®n afectada consisten en la mejora del diagn¨®stico y tratamiento de la infecci¨®n, el control de los mosquitos del g¨¦nero Aedes, responsables de su transmisi¨®n, y el desarrollo de vacunas que protejan frente a la infecci¨®n. Ninguna de ellas es considerada efectiva por s¨ª sola, sino que es la combinaci¨®n de las tres lo que resultar¨ªa en el control adecuado de nuevas epidemias. De las tres estrategias, el control de los mosquitos es la m¨¢s id¨®nea, ya que simult¨¢neamente podr¨ªa afectar la transmisi¨®n del virus del Zika y la de otras enfermedades trasmitidas por mosquitos como el dengue y el chikungu?a. Sin embargo, actualmente contamos con pocas herramientas que puedan garantizar un control duradero y sostenible de las poblaciones de mosquitos.
La necesidad m¨¢s inmediata es, junto con el desarrollo de tests diagn¨®sticos r¨¢pidos, baratos y fiables, la de una vacuna efectiva capaz de prevenir la infecci¨®n. Aunque en los ¨²ltimos meses ha habido un gran esfuerzo global por avanzar en su desarrollo, las expectativas m¨¢s realistas consideran que a¨²n ser¨¢n necesarios de tres a cinco a?os antes de que una vacuna pueda ser utilizada en la poblaci¨®n. Dadas las graves consecuencias que tiene la infecci¨®n durante el embarazo, ser¨¢ imperativo que la vacuna pueda proteger de forma segura a las madres y a los reci¨¦n nacidos. Idealmente, la vacuna deber¨ªa ser efectiva tras una ¨²nica dosis, con una protecci¨®n duradera contra los diferentes linajes del virus. Estas caracter¨ªsticas esperadas son muy similares a las de la vacuna contra el virus de la rubeola. En muchos aspectos, el actual reto del virus del Zika es similar al del s¨ªndrome de rubeola cong¨¦nita, responsable de causar numerosas complicaciones en reci¨¦n nacidos de madres infectadas. En este sentido, resulta interesante que el pasado abril de 2015 la Organizaci¨®n Panamericana de la Salud declarase la eliminaci¨®n de la rubeola cong¨¦nita en todos los territorios de las Am¨¦ricas, despu¨¦s de m¨¢s de setenta a?os desde su descubrimiento.
Actualmente contamos con pocas herramientas que puedan garantizar un control duradero y sostenible de las poblaciones de mosquitos
Por otro lado, la experiencia cient¨ªfica ya existente relativa al desarrollo de vacunas efectivas contra otros virus de la misma familia que el zika, como el virus de la fiebre amarilla o el de la encefalitis japonesa, puede ayudar a acelerar el desarrollo de la vacuna tanto en las fases de laboratorio como en las cl¨ªnicas. M¨¢s a¨²n, la vacuna podr¨ªa aprovechar el esfuerzo de numerosos grupos cient¨ªficos y sus diferentes plataformas de estudio utilizadas durante la ¨²ltima d¨¦cada para desarrollar una vacuna efectiva contra el virus del dengue. De forma similar, una aproximaci¨®n terap¨¦utica interesante que puede tener impacto en la enfermedad en el embarazo es la utilizada en la infecci¨®n por citomegalovirus. En estos casos, la inoculaci¨®n de inmunoglobulinas en la sangre de la madre podr¨ªa bloquear el virus y disminuir los efectos adversos de la infecci¨®n, evitando el desarrollo de complicaciones en el reci¨¦n nacido. Adicionalmente, entre los avances m¨¢s relevantes de los ¨²ltimos meses se encuentra el desarrollo de un modelo de enfermedad de virus del Zika en ratones, lo cual permitir¨¢ evaluar de forma r¨¢pida la seguridad y eficacia de los diferentes productos candidatos a vacunas.
Actualmente, existen al menos 14 instituciones p¨²blicas y privadas con diferentes iniciativas en todo el mundo con el objetivo de desarrollar una vacuna eficaz y segura contra el virus del Zika. Algunos de los proyectos m¨¢s realistas incluyen el uso de virus vivo-atenuado, virus inactivado (de forma similar a las vacunas de la fiebre amarilla o la encefalitis japonesa), el uso de virus quim¨¦rico-atenuado (similar a la vacuna del dengue usando la estructura del virus de la fiebre amarilla), vacunas basadas en DNA y vacunas basadas en prote¨ªnas recombinantes. Uno de los obst¨¢culos que requerir¨¢n especial atenci¨®n durante el desarrollo de la vacuna del zika es la relaci¨®n entre la infecci¨®n y el s¨ªndrome de Guillain-Barr¨¦, ya que desde la aparici¨®n en 1976 de la vacuna contra la gripe porcina se observ¨® la asociaci¨®n con dicho s¨ªndrome.
La carrera para desarrollar una vacuna efectiva contra la infecci¨®n por virus del Zika no est¨¢ exenta de obst¨¢culos. Las previsiones m¨¢s optimistas consideran que para finales del 2016 se podr¨ªan iniciar los estudios cl¨ªnicos en humanos con unos pocos candidatos a vacuna. El ritmo de desarrollo de vacunas incluye numerosos pasos para garantizar la seguridad y efectividad de los potenciales productos, lo cual hace muy dif¨ªcil que se pueda contar con una vacuna definitiva durante la actual epidemia. Sin embargo, si se tiene ¨¦xito nuevas epidemias podr¨ªan ser evitadas en un futuro no muy lejano. Uno de los grandes retos que se presentan es la sostenibilidad de los proyectos. Es imprescindible que el soporte institucional y pol¨ªtico internacional que actualmente existe contin¨²e, y que se desarrollen medidas globales de financiaci¨®n adecuadas que permitan continuar investigando y avanzando en el conocimiento que tenemos sobre esta enfermedad emergente.
Pablo Mart¨ªnez de Salazar es coordinador de la respuesta a la epidemia del virus del Zika y de la investigaci¨®n en arbovirus en el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
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