El previsible y anodino debut de Bert¨ªn Osborne en Telecinco

"El Rey ten¨ªa muchas ganas de ayudar a sus amigos machos". Justo en ese instante, cuando ?gatha Ruiz de la Prada se sinceraba sentada delante de Bert¨ªn Osborne, suponemos que a alg¨²n responsable de Televisi¨®n Espa?ola le dio un parraque -expresi¨®n acu?ada por Paqui 'la coles', l¨ªder de pensamiento est¨¦ donde est¨¦-. Claro, con semejante comienzo, esper¨¢bamos un programa repleto de situaciones inc¨®modas y revelaciones de secretos. Algo lo suficientemente impactante como para que la cadena p¨²blica prefiriera dejalo en un caj¨®n y olvidar su existencia. Pero, la verdad, no fue para tanto.

Ni esc¨¢ndalos, ni declaraciones capaces de remover los cimientos del pa¨ªs. Cuatro comentarios sobre ETA y la historia del "Luis, s¨¦ fuerte". La culpa es nuestra, que hemos visto demasiado House of Cards -y Juego de tronos-, y nos venimos arriba a la primera de cambio.

Como era de esperar, Mi casa es la tuya -o Tu casa es la m¨ªa, como crey¨® la mitad de los usuarios de twitter- ofrece lo mismo de siempre. Total, si algo funciona, ?para qu¨¦ cambiarlo? Tras un avance donde descubrimos las? sorpresivas? presencias de Fran Rivera o Mal¨² de cara a pr¨®ximos programas -?cu¨¢nta modernidad!-, Bert¨ªn Osborne lleg¨® a casa de ?gatha Ruiz de la Prada y Pedro J. Ramirez con cara de cansado y las ganas justas de re¨ªrse las ocurrencias a la dise?adora. Lo dem¨¢s, ya lo conocemos. Preguntas sobre la infancia, m¨²sica folk y la aparici¨®n casual -ejem- de Fabiola, la mujer de Bert¨ªn, para ejercer de copresentadora dicharachera. Tan intenso fue el d¨¦j¨¤ vu que acab¨® cayendo en las mismas piedras de siempre.

?Es necesario que, tras la cena, ellos se retiren al despacho para hablar de pol¨ªtica y literatura mientras ellas se dirigen al vestidor a probarse ropa y hablar de ni?os? S¨ª, claro, ella es dise?adora y ¨¦l periodista, pero esta escena la tenemos ya muy vista con cualquier tipo de invitado y/o profesi¨®n -a Sara Carbonero no se le pregunt¨® por el periodismo, precisamente-. Y ser¨ªa de recibo, en todo caso, si a ambos se les preguntase por su oficio, pero mientras uno hablaba de las noticias y las exclusivas, la otra respond¨ªa sobre su deseo de tener nietos. ?Alguna vez dejaremos de preguntarles ¨²nicamente a las mujeres por la maternidad? Son situaciones tan habituales que las hemos interiorizado como normales, pero, desde luego, no lo son.

Durante la primera parte de la entrevista llegamos a pensar que algo hab¨ªa cambiado. La dise?adora evidenci¨® las dificultades con las que se hab¨ªa encontrado en el mundo de la moda por el hecho de ser mujer y la lucha que hab¨ªa encabezado, por ejemplo, a la hora de modificar la normativa sobre la herencia de los t¨ªtulos nobiliarios -ah¨ª es cuando apareci¨® la referencia al rey em¨¦rito-. Pero no, fue tan solo un espejismo. En el universo de Bert¨ªn todo sigue igual -ya saben, aqu¨ª no se pueden contar chistes de mariquitas porque la gente no tiene sentido del humor-. Y lo peor de todo es que en la sociedad tambi¨¦n.

Bert¨ªn ha vuelto -redoble de tambores, aplauso y lagrimita- desafiando las leyes de la naturaleza televisiva. Sus defensores ac¨¦rrimos esgrim¨ªan que En la tuya o en la m¨ªa era "otra cosa", algo relajado y tranquilo, donde se escuchaba a los invitados, no como en todos esos programas de griter¨ªo y mal rollo que pueblan la parrilla de Telecinco. ?Y qu¨¦ hace el cantante? Aterriza en la misma cadena que alberga el universo?S¨¢lvame. Y, encima, se deja caer por el Deluxe para promocionar el programa. In your face! ?Qu¨¦ har¨¢n ahora los que demonizan cualquier producto que huela a Mediaset? ?Se tragar¨¢n el orgullo para no perderse el show de Bert¨ªn? Desde luego, no hay nada m¨¢s vol¨¢til que la fidelidad...

El cantante, eso s¨ª, puede darse con un canto en los dientes tras el cambio de cadena. No solo ha conseguido que Mediaset se baje los pantalones, perd¨®n, se rinda a sus pies, orquestando la promoci¨®n para pelota de la historia -?era necesario que hasta Pedro Piqueras le diera la bienvenida?-, sino que casi no ha emitido publicidad en su estreno y ha finiquitado el programa a las 12 de la noche -antes incluso de lo que lo hac¨ªa Televisi¨®n Espa?ola-. Y s¨ª, en el mismo canal que alarga cualquier programa hasta las dos de la madrugada para optimizar los datos de audiencia. ?Ten¨ªa que venir Bert¨ªn para conseguirlo! ?Nadie habr¨¢ pensado proponerle como presidente de consenso para no ir a elecciones? Siendo muy amigo de Albert Rivera, seguro que acepta.

Al final, Tu casa es la m¨ªa no deja de ser lo que esper¨¢bamos. Un reducto bien iluminado donde se respira olor a cerrado. Un programa pretendidamente inofensivo donde los hombres hacen cosas de hombres, las mujeres, cosas de mujer, y la empleada del hogar -vestida con dise?o de la invitada- sirve la comida en prime time. Ahora solo nos queda volver a preguntarnos si somos el target -el p¨²blico objetivo- del programa o si preferimos coger las maletas e irnos a una casa diferente. Yo estoy sacando ya el metrobus. Ustedes mismos.