Leche para nutrir los sue?os de una vida mejor
Una cooperativa lechera de mujeres en Paraguay transforma sus comunidades
En los ¨²ltimos cinco a?os, las integrantes del Comit¨¦ de Mujeres Productoras Mbocakaja-Poty (que en guaran¨ª significa leche de coco) han puesto en marcha una microempresa de producci¨®n lechera, fortalecido su autoestima y crecido como organizaci¨®n. ¡°Hemos demostrado que se puede so?ar. Basta con querer y pensar en nuestros hijos para hacer que las cosas mejoren¡±, dice Isolina Caballero, presidenta del comit¨¦. ¡°Todo se puede lograr con esfuerzo y trabajo mancomunado¡±, a?ade Regina Sanabria, otra de las socias.
Las caras de ambas reflejan el orgullo por lo conseguido desde que el comit¨¦ se form¨® en 2009 con el objetivo de ¡°conseguir una mejor calidad de vida y tener acceso a cosas a las que solas no pod¨ªamos¡±, asegura Caballero. Estas mujeres han cambiado sus vidas gracias al apoyo del Proyecto Paraguay Rural, financiado por el FIDA (Fondo Internacional de Desarrollo Agr¨ªcola, la agencia de la ONU especializada en desarrollo rural) e implementado por el Ministerio de Agricultura y Ganader¨ªa de Paraguay (MAG).
El gran cambio se produjo en 2011, cuando el Comit¨¦ de Mujeres Productoras Mbocakaja-Poty empez¨® a trabajarcon los t¨¦cnicos del Proyecto Paraguay Rural. ¡°Nos ayudaron a ver nuestras fortalezas y debilidades y elaboramos un plan de fortalecimiento de la organizaci¨®n. Ah¨ª comenz¨® todo¡±, dice su presidenta.
Tras varios meses de capacitaci¨®n en administraci¨®n contable, producci¨®n y comercializaci¨®n de productos agropecuarios y ¡ªtambi¨¦n¡ª en autoestima, las integrantes del comit¨¦ dise?aron un plan de negocio para poner en marcha su microempresa.
¡°Tuvimos que pensar mucho acerca de la actividad a la que nos dedicar¨ªamos. Ten¨ªamos que poder trabajar, seguir cuidando de nuestros hijos y, adem¨¢s, tener un mercado al que pudi¨¦ramos acceder f¨¢cilmente. La producci¨®n lechera era la mejor opci¨®n¡±, explica Caballero. ¡°No fue f¨¢cil¡±, a?ade Sanabria. ¡°Ten¨ªamos la estima personal muy baja y no confi¨¢bamos en nosotras mismas, era dif¨ªcil organizarse y no conoc¨ªamos el rubro [sector]¡±.
El plan de negocio inclu¨ªa la compra de una vaca para cada una de las mujeres, recipientes para trasladar lo orde?ado desde los establos al centro de acopio y un tanque enfriador en el que poder conservar la leche hasta que, cada dos d¨ªas como m¨¢ximo, un cami¨®n frigor¨ªfico de una empresa lechera pasa a recogerla. Gracias a que pueden conservarla ya no tienen que venderla por casi nada al primer intermediario que pase.
El proyecto invirti¨® un total de 43.000 d¨®lares estadounidenses (algo m¨¢s de 37.000 euros) en la compra de las vacas y dem¨¢s activos. Pero esa cantidad tambi¨¦n sirvi¨® para abrir una l¨ªnea de cr¨¦dito que ha permitido a las mujeres del comit¨¦ realizar mejoras en sus establos y granjas. M¨¢s de una, visto el ¨¦xito de la iniciativa, se lanz¨® a comprar una segunda y hasta una tercera vaca para aumentar su producci¨®n.
¡°La historia del Comit¨¦ Mbocakaja-Poty demuestra c¨®mo con poco dinero, sabiamente invertido y acompa?ado de asesoramiento apropiado, se puede cambiar decisivamente la vida de los peque?os agricultores¡±, asegura Claus Reiner, gerente de programas para Paraguay del FIDA. Reiner explica que, aunque las condiciones de vida de los peque?os agricultores paraguayos han mejorado mucho, todav¨ªa siguen sufriendo las consecuencias de una falta de servicios p¨²blicos adecuados.
¡°Con poco dinero y el asesoramiento apropiado, se puede cambiar decisivamente la vida de los peque?os agricultores¡±
¡°Afortunadamente, esta actitud ha cambiado y, junto con el Gobierno paraguayo, el FIDA trabaja desde hace varios a?os para fortalecer las organizaciones rurales en sus m¨²ltiples formas (sindicatos, cooperativas, comit¨¦s de producci¨®n, etc.). El ¨¦xito es visible y por eso el Gobierno de Nueva Zelanda ha entrado a cofinanciar el proyecto¡±, apunta Reiner.
El objetivo, como en el caso del Comit¨¦ de Mujeres, es que las organizaciones rurales puedan poner en marcha proyectos de producci¨®n y comercializaci¨®n que aumenten los ingresos de sus miembros y permitan a los peque?os agricultores paraguayos desarrollar t¨¦cnicas agr¨ªcolas para mitigar los terribles efectos del cambio clim¨¢tico sobre el pa¨ªs.
Una vida nueva
Las mujeres del Comit¨¦ sienten que su vida ha cambiado. ¡°Antes consegu¨ªamos a veces un peque?o trabajito aqu¨ª o all¨ª, pero el ¨²nico ingreso importante en la casa era el que tra¨ªan nuestros maridos. Ahora s¨ª que contribuimos a la econom¨ªa familiar¡±, explica Isolina.
¡°Ya no pasamos apuro. Podemos mandar a nuestros hijos a la escuela, ahorrar para cuando surge una necesidad especial o comprar alimentos que hacen que nuestra dieta sea mejor y tengamos m¨¢s bienestar¡±, a?ade. Las relaciones intrafamiliares han mejorado enormemente. Sus maridos las respetan y apoyan sus iniciativas. Sus hijos ya no se averg¨¹enzan de ser campesinos y, en lugar de pensar ¨²nicamente en emigrar, ven que es posible construir un futuro en la zona.
De media, cada familia ha pasado de ingresar 400 a 964 d¨®lares al mes
La producci¨®n de leche tambi¨¦n ha aumentado ¡ªde 1.500 litros al mes a 3.600¡ª gracias a la incorporaci¨®n de m¨¢s animales y al mejor manejo del ganado. Y obviamente, tambi¨¦n los ingresos. De media, cada familia de las socias ha visto crecer sus ingresos de 400 a 964 d¨®lares estadounidenses al mes.
A finales del a?o 2015, Mbocakaja-Poty se uni¨® a otros seis comit¨¦s de productores dedicados a la actividad lechera. La nueva organizaci¨®n se denomina Asociaci¨®n de Productores Lecheros O?ondivep¨¢ (en espa?ol, todos juntos) y re¨²ne a 85 hombres y mujeres. El aumento de la oferta que ha generado esta asociaci¨®n otorga a estos peque?os productores una mejor posici¨®n en el mercado.
Y las participantes no dejan de hacer planes de futuro. Quieren aumentar la calidad y la cantidad de su producci¨®n. El proyecto Paraguay Inclusivo, fruto tambi¨¦n de la colaboraci¨®n entre el FIDA y el MAG, les ayuda a fortalecer a¨²n m¨¢s su organizaci¨®n. El futuro est¨¢ lleno de esperanza. ¡°Queremos seguir aumentando nuestros ingresos, mejorando nuestras vidas. Ahora sabemos que se puede so?ar¡±, concluye Isolina Caballero.
Jorge Bello y Juan Ignacio Cort¨¦s son consultores del Fondo Internacional de Desarrollo Agr¨ªcola (FIDA) de las Naciones Unidas.
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