Los 200 que hicieron rectificar a un presidente
Los ciberactivistas marfile?os se unen bajo el 'hashtag' #les200 para denunciar la carest¨ªa de la vida
¡°He decidido anular ese aumento. Mis queridos compatriotas, os presento mis excusas por la subida de vuestras facturas de la electricidad. Ser¨¢n anuladas. Pido a la CIE y la Sodeci que pongan en marcha esta medida¡±.
Habla Alassane Dramane Ouattara, presidente de Costa de Marfil. Lo hace en el tradicional discurso del 1 de mayo, televisado desde Aboisso a Tabou y de Odienn¨¦ a Bouna, las cuatro esquinas de este pa¨ªs clavado en el coraz¨®n de ?frica occidental. Un suspiro de alivio colectivo se eleva desde la autodenominada tierra de la esperanza: sus veintipico millones de habitantes esperaban estas palabras con el aliento retenido y las acogen con j¨²bilo. En teor¨ªa, la orden de Ouattara de rectificar las abusivas facturas de agua y luz pone fin a la revuelta pac¨ªfica que ha soliviantado las redes sociales del pa¨ªs en los ¨²ltimos tiempos. Una revuelta azuzada por la carest¨ªa de la vida, que empuja al ciudadano medio a las puertas de la asfixia y que pone en entredicho la bondad del ¡°milagro marfile?o¡±, esa recuperaci¨®n casi m¨¢gica de la estrella econ¨®mica africana en los setenta, que hoy vuelve a crecer a un ritmo vertiginoso y atraer inversiones y negocios.
Se entiende que las declaraciones de Ouattara son consecuencia directa de esa revuelta en p¨ªxeles y sin sangre, etiquetada con el hashtag #les200 y apoyada desde el ciberactivismo panafricano. Un hashtag y una revuelta que responden, con contundencia y v¨ªa Avaaz, Facebook y Twitter, a unas palabras desafortunadas y con un punto arrogante del ministro marfile?o de Nuevas Tecnolog¨ªas y Correos, Bruno Kon¨¦: ¡°Las redes sociales son mi sector de trabajo. As¨ª que puedo hablar bien de ¨¦l. Sin mirar los perfiles, cuando tomamos los nombres de quienes comentan la actualidad marfile?a, llegamos dif¨ªcilmente a 100 ¨® 200 personas (¡) Cuando hablamos con ellos sobre un tema, tenemos la impresi¨®n de que todo el mundo se revuelve contra una medida. Pero, en realidad, no son m¨¢s que 100 ¨® 200¡±.
Estancada en el puesto 86 del ¨ªndice de libertad de prensa de Reporteros sin Fronteras, por debajo de Senegal o Burkina Faso, Costa de Marfil tiene la suerte de gozar de un ciberactivismo comprometido y activo, bien conectado con sus hom¨®logos africanos y del resto del mundo y que pelea para empujar al cambio.
Hoy se agrupan bajo el hashtag #les200 en referencia a los 300 espartanos de las Term¨®pilas y tambi¨¦n a esas declaraciones del ministro Kon¨¦ minimizando el descontento popular que se expresa en la Red. Ejercen de todo sin cara, que amalgama a perfectos desconocidos num¨¦ricos con nombres c¨¦lebres de la blogosfera y las redes sociales marfile?as, los sospechosos habituales.
¡°Es una revuelta popular¡±, explica un ciberactivista v¨ªa Facebook, antes de precisar que prefiere el anonimato tras ser convocado por presidencia de Gobierno y sufrir el en¨¦simo intento de pirateo de su cuenta de esta red social justo en el momento en el que nos comunicamos. ¡°La gente ten¨ªa necesidad que expresarse sobre todo lo que no marcha bien. Por una vez, todos los marfile?os est¨¢n de acuerdo. Hay demasiadas se?ales de que la crisis se generaliza pero, adem¨¢s, todo el mundo lo siente directamente en su bolsillo. Facturas, carest¨ªa de la vida, tasas suplementarias como en el caso del carnet de conducir. Reformas estructurales que significan nuevos costes para los consumidores¡±. Y concluye, lapidario: ¡°No hay crecimiento inclusivo, s¨®lo macroeconom¨ªa e infraestructuras. Las peque?as empresas sufren. Los mercados est¨¢n encareci¨¦ndose¡±.
¡°Puede ser que el pa¨ªs emerja a trav¨¦s de carreteras y puentes¡±, concede otro ciberactivista conocido, tambi¨¦n a cubierto del anonimato. ¡°El pa¨ªs crece con un producto interior bruto que tiende a las dos cifras, pero a la poblaci¨®n le da igual porque no llega a garantizarse una comida diaria. Ante la imposibilidad de poder salir a la calle para manifestarse, la gente expresa su hartazgo en los medios sociales. Kon¨¦ quiso decir que hay poca gente que proteste y que, adem¨¢s, eso no refleja el sentimiento general de la gran masa popular. Pero la verdad es que la poblaci¨®n tiene dificultades para vivir. Los precios de los productos casi se han doblado en el mercado. Los despidos son legi¨®n. Los desahucios tambi¨¦n. Parece como si el PIB creciera al mismo ritmo que el sufrimiento de la gente. No hay casi pl¨¢tanos en el mercado, ni atti¨¦k¨¦. La realidad que se presenta al exterior no tiene que ver con la que viven los marfile?os. No queremos cambiar a un ministro o un gobierno. Queremos que tomen conciencia de la realidad¡±.
Dos velocidades
Costa de Marfil mantiene hoy un idilio con el Fondo Monetario Internacional, reforzado con un crecimiento del 8,6% en 2015 y una previsi¨®n de 8,5 % para este a?o. Un FMI extasiado felicita al Gobierno de Ouattara por los ¡°excelentes resultados econ¨®micos en los ¨²ltimos cuatro a?os¡±, menea una cabeza aprobadora en plena ola de privatizaciones y gui?a el ojo a una capital econ¨®mica, Abiy¨¢n, que surge orgullosa de d¨¦cadas de desconcierto y estancamiento, pespuntada de grandes infraestructuras, sede del Banco Africano de Desarrollo, la FNAC, Carrefour, McDonalds y codiciado objeto de deseo de empresas de lujo e inversores locales y for¨¢neos.
Lo que el FMI no cuenta es que Costa de Marfil tambi¨¦n representa un caso de estudio t¨ªpico del desarrollo a dos velocidades: las cifras macroecon¨®micas pintan un para¨ªso, pero la mayor¨ªa de sus habitantes vive en la pobreza y el paro afecta a m¨¢s de cuatro millones de j¨®venes sobre una poblaci¨®n estimada de 26 millones. Los cortes en el suministro de la electricidad son continuos. La econom¨ªa informal sigue siendo la norma y la tasa de analfabetismo, inaceptable. Miles de marfile?os se quejan de la carest¨ªa de la cesta de la compra, el aumento de la tarifa de servicios b¨¢sicos como la electricidad o el agua y la aparici¨®n de nuevas tasas o cargos suplementarios y cambios en tr¨¢mites administrativos, como el carnet de conducir, que les van desangrando sin disimulo. Se insiste en imponer tasas, facturas e impuestos que exprimen a todo un pa¨ªs sin misericordia.
La universidad p¨²blica refleja perfectamente las contradicciones del pa¨ªs: las tasas se vuelven excluyentes, las huelgas se perpet¨²an en los campus, no hay medios ni recursos y las revueltas se generalizan. La ¨²ltima se ha producido cuando el Gobierno decidi¨® expulsar a 7.000 estudiantes de sus residencias con motivo de los pr¨®ximos Juegos de la Francofon¨ªa y gasearlos y apalearlos en el momento en que protestaron por esta medida que se les impone sin consultas ni alternativas.
Junto a un sector educativo que naufraga destaca una sanidad p¨²blica en escombros, desmantelada a base de planes de ajuste estructural impuestos por el FMI en los ¨²ltimos veinte a?os y a la que est¨¢n condenados la mayor¨ªa de los marfile?os mientras que quienes pueden permit¨ªrselo acuden a revisiones m¨¦dicas y puestas a punto en hospitales franceses.
Cibertriunfo
El presidente Alassane Ouattara estrenaba un flamante segundo mandato a finales del a?o pasado. Si embargo, una serie de medidas impopulares, dirigidas directamente contra los ciudadanos m¨¢s vulnerables y de las que ¨¦l responsabiliza a sus 36 ministros, han supuesto el primer escollo en una legislatura que se anunciaba triunfal.
El periodista Daouda Coulibaly, embutido en una camiseta de #les200, ha utilizado su videoblog para lanzar una advertencia al r¨¦gimen a cara descubierta. M¨¢s de 100.000 reproducciones despu¨¦s y compartido m¨¢s de 3.000 veces s¨®lo en facebook, parece que desmiente las cifras del ministro Kon¨¦ y pone en perspectiva un descontento social que crece.
El bloguero recuerda en su v¨ªdeo que algunos de los 200 a los que Kon¨¦ ridiculiza crearon el hashtag #CivSocial para auxiliar a sus compatriotas durante la guerra y acu?aron #DramePlateau para poner en marcha un dispositivo de localizaci¨®n de v¨ªctimas y apoyo a sus familias en la estampida de fin de a?o de 2012, que caus¨® m¨¢s de 60 muertos y paraliz¨® al Gobierno.Tambi¨¦n recuerda que ¨¦ste s¨®lo supo reaccionar deteniendo a dos ciberactivistas por ¡°obstaculizar¡± las labores de rescate. Coulibaly echa en cara al Eejcutivo, adem¨¢s, su falta de reflejos frente a otras emergencias, como las inundaciones de 2014, que de nuevo movilizaron de manera efectiva e inmediata a los ciberactivistas. ¡°Los ejemplos son legi¨®n¡±, subraya.
Voici comment les ivoiriens traduisent leurs souffrances ¨¤ @Gouvci ,@MIANSEH @FrdericGorBi @Treichvillois #Les200 pic.twitter.com/8hEbRq3Tle
— dapleu74 (@dapleu74) May 14, 2016
¡°Como ahora unos 200 se quejan de la miseria que nos hab¨¦is tra¨ªdo, pens¨¢is que dicen cualquier cosa¡±, clama. ¡°Las facturas de la CIE y de la Sodeci est¨¢n en el l¨ªmite de la realidad y rivalizan con el alquiler mensual de una casa. La vida se ha hecho insoportable en Costa de Marfil. Nuestro dinero que trabaja, lo hace en vuestros bolsillos. Es necesario un respeto. No es porque nos hay¨¢is impuesto el reinado de terror de un estado policial que estamos obligados a aceptar todo. Es verdad, tenemos miedo de salir a la calle, de manifestarnos, de decir no a las medidas impopulares que nos impon¨¦is d¨ªa y noche. Pero si no dej¨¢is de empujarnos hasta el ¨²ltimo reducto, un d¨ªa vais a sorprenderos. Preguntad al Bello Blaise, os puede dar un testimonio de lo que os digo¡±.
El discurso de Ouattara por el D¨ªa del Trabajador marca la primera batalla que ganan #les200, pero le preceden otros triunfos. Los cibernautas marfile?os tambi¨¦n se movilizaron tras la muerte de la modelo Awa Fadiga, que se sald¨® con una aplicaci¨®n m¨®vil para evitar agresiones en el transporte p¨²blico, una p¨¢gina con m¨¢s de 12.000 seguidores en Facebook y, sobre todo, dimisiones en el Centro Hospitalario Universitario (CHU) de Cocody, que la dej¨® morir. Tambi¨¦n tuvieron su peso en la decisi¨®n del Gobierno, apenas hace unas semanas, de retirar una pol¨¦mica medida administrativa en el aeropuerto F¨¦lix Houphou?t Boigny que incrementaba las tasas aduaneras y que escandaliz¨® en las redes sociales.
Bruno Kon¨¦ y el Gobierno de Ouattara al completo salen escarmentados de su particular batalla de las Term¨®pilas, pero #les200 anuncian que seguir¨¢n vigilando y entonando su canto de guerra cuando se perfile otro abuso que colme el vaso de la paciencia de los marfile?os.
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