De la acampada al plat¨®
El 15-M lo comenzaron sobre todo dos movimientos de los que no hemos vuelto a saber nada: Juventud sin futuro y Democracia real, ya!
Todav¨ªa est¨¢ por ver que el movimiento del 15-M, el de los indignados, se convierta en hecho hist¨®rico reconocible, como lo fue por ejemplo Mayo del 68, o si se confirmar¨¢ como uno m¨¢s de los muchos que han florecido en la Espa?a del desencanto, del final del zapaterismo y el comienzo de la Espa?a de los apandadores, que parece sin fin.
El 15-M lo comenzaron sobre todo dos movimientos que posiblemente han pasado a mejor vida: Juventud sin futuro y Democracia real, ya! No hemos vuelto a saber de ellos, y eso que sus reivindicaciones no se han cumplido en absoluto porque la juventud sigue sin futuro y la democracia real tal como la concibe alguien del 15-M no ha avanzado un ¨¢pice.
A toda esa masa que se movi¨® desde la Puerta del Sol hasta el ¨²ltimo rinc¨®n de Espa?a se unieron un mont¨®n de organizaciones, que fueron instal¨¢ndose en la plaza madrile?a en tiendas de campa?a con sus cocinas y sus sacos de dormir dentro. Hab¨ªa unos cuantos profesores de Ciencias Pol¨ªticas con el pensamiento de Ernesto Laclau y Hugo Ch¨¢vez bien aprendidos. Y aquello empez¨® a funcionar como quer¨ªan los profesores. Y naci¨® Podemos.
Eso fue hace cinco a?os. Y alguna formaci¨®n pol¨ªtica como esta ¨²ltima ha intentado hacerse con la paternidad del movimiento. Lo que ha generado algunas discusiones.
Pero ya no estamos hablando de lo mismo que hace cinco a?os despert¨® una simpat¨ªa sin l¨ªmites. Hoy el 15-M ha convertido lo que era un campamento en un gigantesco plat¨® que aprovecha una cadena de televisi¨®n que apost¨® por esa opci¨®n pol¨ªtica al mismo tiempo que los profesores.
Hoy ??igo Errej¨®n campea por ese plat¨® como lo hizo en sus tertulias su compa?ero Pablo Iglesias. Ninguno de los dos est¨¢ en una tienda de campa?a. Pero lo que m¨¢s llama la atenci¨®n es la seguridad: los guardias que velan por que de all¨ª no falte ni un bol¨ªgrafo trabajan para una empresa privada. Es posible que eso sea lo que m¨¢s choque con la gente que rodea el plat¨®.
Seguridad privada. Eso s¨ª que suena a liberalismo. Y quiz¨¢s explique lo que ha llevado a cambiar la tienda de campa?a por un plat¨®.
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