Ya se pueden plantar lechugas bajo el mar

Jud¨ªas, fresas, ajos y lechugas tambi¨¦n crecen bajo el mar: en unos invernaderos subacu¨¢ticos, de entre 5 y 10 metros de profundidad, en la Bah¨ªa de Noli, provincia de Savona (Italia) dentro del proyecto de agricultura experimental Nemo¡¯s Garden. En estas biosferas de pl¨¢stico, ancladas con unos andamios al fondo marino, han sembrado en los ¨²ltimos tres a?os hasta 25 variedades de vegetales. Unos agrinautas se encargan de la siembra y los cuidados, y se comunican con una torre de control en el exterior.

El resultado de esta investigaci¨®n, que parece propia de Veinte mil leguas de viaje submarino, muestra que no hay diferencias entre estas hierbas y hortalizas y las de la tierra, asegura Luca Gamberini, portavoz del experimento impulsado por la empresa de equipamiento de buceo Ocean Reef. ¡°Es m¨¢s, nuestra albahaca parece ser m¨¢s rica en aceites esenciales y es m¨¢s arom¨¢tica¡±. Hay factores clave que permiten el crecimiento de las plantas en estas biosferas: la temperatura del aire interno y la del agua del mar, la cantidad de luz solar que llega al fondo y la humedad interior. Las plantas se mantienen hidratadas por las gotas de condensaci¨®n del agua en las paredes de las c¨¢psulas, y la temperatura casi constante entre d¨ªa y noche crea las condiciones ideales de crecimiento.

¡°Nuestra albahaca parece ser m¨¢s rica en aceites esenciales y es m¨¢s arom¨¢tica¡±, Luca Gamberini

El objetivo principal es desarrollar una soluci¨®n ecol¨®gica y sostenible, alternativa a la agricultura convencional. Pero tambi¨¦n persigue otros, como por ejemplo, estudiar el crecimiento bajo presi¨®n, criar plantas ¨²nicas para los mejores restaurantes y convertirse en una atracci¨®n tur¨ªstica de submarinismo para entender la sostenibilidad.

Gamberini enumera sus ventajas ecol¨®gicas: ¡°Todo el proceso de cultivo es respetuoso con el medioambiente. No consumimos energ¨ªa para tener una temperatura estable, sino que se crea por un proceso natural. El agua que usamos no vuelve contaminada al oc¨¦ano. Integramos la acuapon¨ªa, hidropon¨ªa y sistemas verticales [sistemas de cultivo]. Este ecosistema est¨¢ a salvo de par¨¢sitos, por lo que no necesitamos pesticidas. Y plantamos en un ¨¢rea considerada no cultivable, es decir, ampliamos el espacio para la agricultura sin necesidad de talar bosques o usar recursos limitados como el agua¡±.

Un problema de espacio

Hoy, el 70% de la superficie terrestre est¨¢ cubierta por agua, pero no significa que el 30% restante sea apta para el cultivo (en ciudades, monta?as, desiertos y otros lugares con climas extremos no es posible). ¡°Queda poca tierra cultivable. Se puede ampliar con algunas zonas de ?frica y de Sudam¨¦rica, pero no se va a hacer. Si el calentamiento global contin¨²a, podr¨ªan volverse cultivables zonas del norte de Rusia y Canad¨¢ o Siberia¡±, se?ala El¨ªas Fereres, presidente de la Academia de Ingenier¨ªa (RAI). La agricultura se enfrenta al desaf¨ªo de producir m¨¢s alimentos para la creciente poblaci¨®n mundial.

Nemo¡¯s Garden busca una tecnolog¨ªa alternativa, hoy econ¨®micamente inviable, dicen los impulsores, que seguir¨¢n investigando en nuevas localizaciones en el mar. Sin embargo, el futuro de la alimentaci¨®n humana puede estar en este medio marino: ¡°Depender¨¢ cada vez m¨¢s de los oc¨¦anos, pero centrada en la acuicultura, lo que requiere medidas para preservar la calidad de las aguas¡±, advierte Fereres.